Los Sindicatos en Cuba

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — La historia del movimiento obrero en Cuba comienza muy atrás en el tiempo, y fueron los tabaqueros los primeros en constituir su gremio en 1866, bajo la dominación colonial de España: la Asociación de Tabaqueros de La Habana.

Desde su nacimiento, y precisamente por su carácter de clase explotada, la clase obrera ha sido siempre la más revolucionaria, y su movimiento sindical la vía idónea para movilizar a la masa trabajadora en su lucha contra la explotación capitalista, para obtener mejoras salariales y sociales.

En Cuba, no es posible explicar el grado de desarrollo del pensamiento y del quehacer revolucionario, sin estudiar la influencia del movimiento obrero sobre estos dos aspectos.

Pero la historia del movimiento obrero cubano se divide en dos grandes etapas: antes de la Revolución de 1959 y después de esa fecha, hasta nuestros días.

Especialmente en la etapa de la pseudorrepública, de 1902 hasta 1958, las luchas obreras tuvieron un carácter revolucionario, antimperialista y reivindicativo.

Cada fecha de aniversario del proletariado, como el primero de mayo, fue utilizada para reclamar sus demandas, y cada congreso del movimiento obrero se planteaba nuevas luchas para arrancarles a los capitalistas, aunque fuera una parte de las aspiraciones obreras.

Muchos dirigentes sindicales fueron asesinados antes de la Revolución, por su intransigencia revolucionaria, su moral y su capacidad para movilizar a la clase obrera en la lucha por lograr la consecución de sus demandas.

La huelga fue uno de los métodos más efectivos para obtener éxito en sus reivindicaciones, pues cada día de paro significaba miles de pesos en pérdidas para los dueños capitalistas.

He leído algunos comentarios mal intencionados, o mal informados, en los que afirman que los sindicatos en Cuba no tienen ninguna función porque no existe el derecho de huelga.

A partir del primero de enero de 1959 la situación cambió radicalmente, pues la Revolución instauró un gobierno del pueblo y para el pueblo. Los trabajadores pasaron a ser los dueños de los medios de producción, y las aspiraciones del gobierno revolucionario coincidían completamente con las de los trabajadores.

Comenzó así a forjarse una nueva conciencia obrera. Si el gobierno revolucionario ha considerado a la clase trabajadora como uno de sus pilares fundamentales, los trabajadores han respondido como correspondía a su conciencia de clase: con el apoyo irrestricto a la Revolución.

Lo han demostrado a lo largo de más de 50 años, con la masiva participación, junto a los demás sectores populares, en todos los actos, desfiles y concentraciones que se han efectuado en apoyo al proceso revolucionario.

Se demuestra también mediante la unidad de todos los trabajadores en una sola Central sindical, que los representa y los orienta: la Central de Trabajadores de Cuba (CTC).

Precisamente, en estos momentos, la clase obrera cubana se encuentra inmersa en el proceso de preparación de su XX congreso.

He leído algunos comentarios mal intencionados, o mal informados, en los que afirman que los sindicatos en Cuba no tienen ninguna función porque no existe el derecho de huelga.

Sería imposible, en el espacio de este comentario, narrar las numerosas demostraciones que ha dado la clase obrera cubana en apoyo a su Revolución, pero a ningún trabajador o dirigente sindical se le ocurriría declarar una huelga para pedir algo a lo que tienen derecho, pues solo con plantearlo en una asamblea, o directamente a los dirigentes sindicales, los problemas se resuelven o se explica por qué no se pueden resolver.

Hoy no es concebible una huelga en Cuba, porque esta no afectaría la economía de ningún dueño capitalista, sino la de todos los trabajadores, que son los verdaderos dueños de los medios fundamentales de producción.

Hoy no es concebible una huelga en Cuba, porque esta no afectaría la economía de ningún dueño capitalista, sino la de todos los trabajadores, que son los verdaderos dueños de los medios fundamentales de producción.

Es un error ver al Estado como un ente independiente dueño de todo. El Estado socialista no es más que el representante de todo el pueblo, que es el verdadero dueño de los medios de producción.

Las funciones de los sindicatos en el socialismo difieren mucho de las que tienen en el capitalismo, pues la Revolución socialista se hace precisamente para darles a los trabajadores todo a lo que tienen derecho.

Hoy los trabajadores cubanos participan en la confección y el control de los planes de producción en sus empresas. Si una administración no cumple con su responsabilidad hacia los trabajadores, allí está el sindicato, que forma parte del Consejo de Dirección, para exigir que se cumpla lo establecido.

En el Consejo de Estado también está representado el movimiento obrero, y forma parte, mayoritariamente, de la Asamblea Nacional, donde se aprueban las leyes. Precisamente, en este proceso de preparación del congreso obrero se discutirá por todos los trabajadores el nuevo Código de Trabajo, que luego será sometido a la Asamblea Nacional para su aprobación.

Por lo expuesto hasta aquí en apretada síntesis, creo que es fácil entender que los sindicatos en Cuba trabajan por los mismos objetivos que el gobierno. Eso explica que no existan contradicciones antagónicas.

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