Los cubanos claman por una autopista nacional

Vicente Morin Aguado

La Carretera Central de Cuba. Foto: panoramio,com

HAVANA TIMES — “Accidente vial provoca tres fallecidos en Jatibonico. El siniestro, además, ocasionó 28 heridos y sucedió cuando un ómnibus que trasladaba turistas hacia la Villa de Trinidad resultó colisionado por una rastra.” (Juventud Rebelde, 3 de abril de 2016)

Se trata de la última colisión de gran envergadura asociada a la carretera central de Cuba. La peligrosidad es tal que algunos choferes advierten a los pasajeros:

“Si desean puntualidad, favor de respetar el horario de las paradas intermedias, no hay chance para acelerar, nos espera La Central, donde escasos centímetros separan a los vehículos al cruzarse a gran velocidad, es como jugarse la vida cada minuto y queremos conducirlos felices a su destino.”

La Central fue inaugurada el 24 de febrero de 1931, abarcaba 1139 km entre Pinar del Río y Santiago de Cuba, sus escasos seis metros de ancho enfrentan a duras penas el siglo XXI.

En la década del 80 de la pasada centuria comenzó la construcción de una ambiciosa autopista nacional, diseñada para 6-8 carriles con separador intermedio. Se terminó el trazado Pinar del Río- Habana-Santa Clara, alcanzando las proximidades de Taguasco. Desde Santiago de Cuba fueron desbrozados unos 45 kilómetros de montaña hasta San Luis, el único obstáculo geográfico difícil de un recorrido llano, ligeramente superior a los mil kilómetros.

Los trabajos fueron suspendidos en 1990, sumando cerca de 495 km, el resto, unos 550 km entre Santa Clara y las cercanías de Palma Soriano, pertenece a la casi centenaria carretera. Allí permanece la mayor letalidad  del tráfico automotor en Cuba.

La autopista nacional. Foto: panoramio.com

El pasado 30 de enero, Granma y Juventud Rebelde reportaron el balance de 2015 de accidentes del tránsito, la mitad de las opiniones quedan reflejadas en estos dos comentarios:

“Pienso que el mayor problema de los accidentes de Cuba es el mal estado de las vías, eso no se menciona en este reportaje, si seguimos justificando los problemas seguiremos teniendo accidentes, muertes y lesionados.”

“Yo pienso que el gobierno de Cuba debe garantizar la terminación de la autopista nacional, es importante el gran flujo de turistas que visitan la Isla y la verdad, las opiniones no son buenas acerca de las carreteras.”

¿Por qué no tenemos todavía la imprescindible autopista nacional?

Hasta ahora el costo de la inversión, con la agravante del “bloqueo”, pretende justificar la precariedad existente. Un breve análisis prueba lo contrario.

Consternado por el trágico accidente de Jatibonico, un comentarista propuso “para no pedir mucho, la ampliación a dos sendas para cada sentido y al menos un terraplén paralelo donde circulen los carretones, bicicletas y tractores de pobladores de la zona, netamente agrícola, quienes no disponen de otra vía conveniente.” Implícito está el separador intermedio.

Calcular el costo de la anterior propuesta se complica, porque el porcentaje mayor sería en moneda nacional, no obstante, en 1988 el tramo La Habana-Pinar del Río (6 carriles- 170 km), costó  650 mil pesos por kilómetro. Redondeamos la cifra al  millón, compensando el aumento del precio de los materiales con la reducción del ancho total de la pista. Se trata de 550 millones por similar cantidad de kilómetros. Al estilo del actual presidente, sin prisa pero sin pausa, de haber construido 28 km cada año, en dos décadas el país contaría con la moderna vía.

Si alguien sigue atragantándose con el cuento de la falta de recursos provocada por el consabido “bloqueo”, es bueno recordar la historia de los Pedraplenes.

Entre 1987 y los primeros años del siguiente siglo, fueron construidos 172 km de viaductos sobre el mar abierto y las marismas, enlazando cayos e isletas en los Jardines del Rey, al norte de las provincias de Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey. Similar distancia en tierra firme costaría varias veces menos, sin obviar la dudosa validez económica de las megas calzadas marítimas junto a su negativo impacto medio ambiental.

Uno de los costosos pedraplenes de Cuba. Foto: ecured.cu

Abundan polos turísticos radicados en islas paradisiacas sin la molesta presencia de los Pedraplenes. Lo curioso es que la evidencia no necesita salir de Cuba, se trata de Cayo Coco contra Cayo Largo.

El primero fue conectado a tierra firme por un camino de 17 km sobre el mar. La menor distancia entre Cayo Largo y la isla mayor es siete veces superior, impensable un pedraplén; sin embargo, ambos polos turísticos cuentan con aeropuerto internacional. Es significativo que la  Wikipedia promocione: “Desde 2005, los turistas pueden volar directamente al aeropuerto en Cayo Coco, en lugar de tener que hacerlo a través de la isla principal de Cuba.”

Uno y otro enclave crecen en inversiones y visitantes.  ¿Era necesaria la súper carretera?

El capricho megalómano de los pedraplenes equivale al costo de la imprescindible autopista nacional. Resulta innecesario argumentar los aportes a la economía de una carretera moderna a todo lo largo del país.

Los peritos certifican las causas directas de los accidentes, el asunto esencial no les incumbe.

La Comisión Nacional de Seguridad Vial ofreció una espeluznante estadística: “Durante el 2015 ocurrió como promedio un accidente en la vía cada 47 minutos y hubo un muerto cada 11 horas.”

Vicente Morín Aguado: muchasemes@outlook.com

Articulos recientes:

  • General

App de un nicaragüense revoluciona la industria de la Salud

La app del nicaragüense Nicolás Ibáñez fue incluida en la lista de “30 promesas de…

  • Cancion del Dia
  • Cuba
  • Noticias

Omar Sosa & Yilian Canizares – Canción del día

Los artistas destacados de hoy son Omar Sosa (piano) y Yiian Canizares de Cuba  con…

  • Chile
  • Cuba
  • Mundo
  • Nicaragua
  • Reportajes
  • Segmentos

Los presidentes exguerrilleros en América Latina…

Los que optaron por cambios graduales tuvieron más éxito, mientras que aquellos que eligieron proyectos…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.