Los carros y la nueva economía cubana

Henry G. Delforn (*)

El Tata Nano, hecho en la India, se vende nuevo por unos 2.500 USD. Foto: wikipedia.org

HAVANA TIMES, 24 ene – Si deseas el bien para los cubanos, especialmente de la clase media, no te queda más opción que estar de acuerdo con la nueva economía del Presidente Raúl Castro.

Se espera que en el primer año de la mayor reforma económica de los últimos 54 años Cuba aumente su Producto Interno Bruto (GDP) en un 3,4 por ciento, a pesar del bloqueo estadounidense, que se ha mantenido durante 53 años.

La economía cubana es aproximadamente la mitad del tamaño de Google y un cuarto de Exxon. Pero a diferencia de los accionistas que se benefician ellos solos, se espera que el crecimiento del PBI cubano traiga bienestar directamente para los ciudadanos de la clase media.

Un indicador de estos beneficios proviene del sector automotriz, que es uno se los componentes del plan revolucionario de reformas de Raúl Castro, “Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social”.

Desde el cuarto trimestre del 2011, y en consonancia con el proyecto de reformas, los cubanos ya pueden comprar y vender autos de forma legal. Este cambio es el primer paso en un proceso múltiple para paliar los problemas de transporte e impulsar la economía.

Sin embargo, en Cuba, el costo de un carro típico usado es muy caro. Por ejemplo un carro ruso marca lada, fabricado a mediados de 1980, cuesta más de 10 mil CUC (11 mil dólares americanos) y ni siquiera las familias sustentadas desde los Estados Unidos pueden pagarlo. Por lo que los precios de los automóviles deben bajar para que este aspecto de la reforma tenga éxito. ¿Pero cómo pueden bajar los precios?

Existen dos posibles respuestas a esta cuestión. Primero, una nueva ley puede prohibir estos altos precios, pero esta ley no sería muy factible, pues desalentaría a los vendedores y no promovería el comercio ni incrementaría la economía.

Una circunstancia más probable sería la entrada al mercado de carros nuevos y baratos, para así disminuir los precios e incrementar el PBI con las ventas de nuevos carros a bajos precios. Por ejemplo, el Tata Nano, hecho en la India, que se vende nuevo por unos 2500 dólares, es un buen candidato.

Hoy en día se puede comprar una motocicleta eléctrica Minerva, de fabricación cubana, por unos 1500 CUC, y por lo tanto uno puede esperar que cuando se agote el mercado de esta motocicleta, se seguirá el paso número dos para importar carros nuevos.
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(*) Henry G. Delforn es un ingeniero eléctrico (ciudadano estadounidense nacido en Cuba) que vive en los Estados Unidos y viaja a Cuba con frecuencia.

 

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