La oposición cubana ante Raúl, con o sin Obama.

“Los regímenes comunistas son una forma de guerra civil latente entre el gobierno y el pueblo.  (Milovan Djilás, La Nueva Clase, 1957)

Por Vicente Morín Aguado

Foto: Luk Tuen Mong

HAVANA TIMES — Todavía resuenan los ecos de la soberana paliza política propinada por Obama a Raúl en su propio patio, sin embargo, otras palizas, rejas de por medio, acompañan a quienes retan semana tras semana al autoritarismo vigente en Cuba.

Los medios de comunicación oficiales no cesan en su empeño por minimizar la repercusión del brillante discurso del presidente estadounidense, incluso, Fidel Castro sacó la cara por su hermano menor, publicando una larga “reflexión”, donde, luego de un rosario de reclamos históricos,  terminó asegurando:

“Advierto, además, que somos capaces de producir los alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo.”

¿Acaso el Comandante de todos los comandantes, devenido en obstinado investigador de la producción agroalimentaria, nos tiene reservado un milagro? Sugerimos que no sea al estilo de las súper vacas F-4, el Cordón de La Habana o la Zafra de los 10 Millones.

Queda latente qué hará el actual presidente cubano con los presos políticos que prometió liberar de inmediato, una vez conocidos sus nombres. Mientras, se imponen los arrestos temporales. Habría que preguntarles a las Damas de Blanco el total de horas sufridas en prisión durante el pasado año, sumarían un registro Guiness nunca antes asentado en el célebre libro.

Cuando aún Obama no había abordado el avión,  el Foro Cubano por los Derechos y Libertades insistió al reclamar:

Al paso de los primeros años, vencida la resistencia inicial- violenta-, al proceso de matiz comunista, se perfeccionaron los órganos represivos. Sus acciones adquirieron un carácter selectivo.

“Cese inmediato de la represión contra todo cubano que defienda sus derechos y libertades fundamentales. Amnistía para los presos políticos. Ratificación y monitoreo sobre la implementación de los Pactos de DDHH de Naciones Unidas.”

A la vez, el foro advertía que: “Si las sugerencias previas son ignoradas, la visita del presidente estadounidense servirá solo para consolidar al régimen totalitario y no para empoderar a los actores pro democráticos.”

El reclamo es moralmente justo, la contradicción asoma cuando se exige plantearlo como parte de las negociaciones directas entre los dos gobiernos. Si la 10ma administración estadounidense en tiempos de revolución, decidió abandonar la política de presiones y tender La Rosa Blanca de Martí, queda fuera de lugar reiterar un método político que durante medio siglo no aportó hacia el interior del país frutos reconocidos.

Así lo aseguró Obama durante su intervención en la sala García Lorca: “Fui muy claro, los Estados Unidos no tienen la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba, los cambios dependen del pueblo cubano.”

Lo esencial de la actual situación interna atañe al origen del sistema totalitario imperante, premisa para comprender el fracaso de la anterior política de EE.UU.

Los barbudos derrotaron a Batista apelando a la consigna legítima de restaurar La Constitución de 1940. Con rapidez, Fidel Castro utilizó el poder originado para crear un aparato de gobierno que terminó institucionalizado en el binomio partido único-estado, llamado socialista.

Al paso de los primeros años, vencida la resistencia inicial- violenta-, al proceso de matiz comunista, se perfeccionaron los órganos represivos. Sus acciones adquirieron un carácter selectivo.

Se instauró el miedo, propaganda de por medio, aseverando hasta nuestros días la infalibilidad de los órganos policiales, creando en los ciudadanos un sentimiento de impotencia que conduce a la evasión como única salida posible. El resultado es la fuga a cualquier precio. El miedo paraliza. En silencio se admira a los disidentes, en público son denostados.

La modalidad es que no se apela al ejercicio masivo de la represión violenta. El totalitarismo instauró mecanismos más eficaces: monopolio absoluto sobre el sistema educacional, los medios de comunicación, la difusión del arte, empleos, salarios y, hasta la libre circulación de personas dentro y fuera del país.

Aplausos pero, Obama no manda en Cuba, sería ingenuo pedirle protección ante los desmanes de las autoridades locales.

Se trata precisamente de atacar esos monopolios, erosionarlos, paso necesario hacia la plena vigencia de las tan reclamadas libertades.

El 22 de marzo, el presidente de los Estados Unidos exclamó ante la presencia de su par cubano: “El estado de derecho no debería incluir detenciones arbitrarias para aquellas personas que ejerciten sus derechos.”

Aplausos, pero, Obama no manda en Cuba, sería ingenuo pedirle protección ante los desmanes de las autoridades locales. Nos queda el legado de Antonio Maceo, quien 120 años atrás escribió: “Mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos.”

Todos los que se atreven a ejercitar sus derechos sin pedir permiso,  muestran el camino, porque la guerra civil latente entre pueblo y gobierno continuará.

Ante la complacencia y el miedo queda el alerta del paladín de la No violencia, reverendo Martin Luther King:

“El tiempo funciona como aliado de las fuerzas primitivas del estancamiento social. De modo que debemos ayudar al tiempo y darnos cuenta de que siempre es el momento adecuado para hacer lo correcto.”
——
Vicente Morin Aguado: muchasemes@outlook.com

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