El transporte en Cuba o las horas del desespero nacional…

Naty Gabriela González

Guagua cubana. foto: Caridad

HAVANA TIMES — Me monto en una guagua y veo como corren las personas para abrazarse de la puerta y cuidar sus tobillos de no ser descarnados. Observo a una madre que lanza su hijo al hombro y se sujeta de la cintura de otro pasajero que le rompe los callos al sujetarse del vecino. Llego y la puerta se cierra detrás de mí, todos nos miramos y repetimos no es fácil.

Pido permiso y me gritan que no hay sitio, que si quiero avanzar que brinque, me lo piden a mí y callo, nos pedimos permiso y nos golpeamos los unos a los otros. El chofer cierra las puertas traseras y deja a una mujer en mitad de la acera, quien grita, suelta el bolso y ve con desaliento a los demás amasarse juntos hacia un lugar desconocido, ¿Por qué callo, por qué no brinco, por qué nos golpeamos?

Este es un pasaje que se repite cada día al salir a la parada, al regresar a la casa, al ir al trabajo, al ir a la Universidad.

Disímiles han sido los debates que ha generado el transporte en Cuba desde el período especial en que tuvo su momento más álgido y que con la implementación de las guaguas Yutong, importadas de China hace unos años, mejoró considerablemente por un tiempo.

Al trascurrir como cinco o seis años de que estas guaguas fueran implantadas en la capital cubana, la situación del transporte es uno de los principales temas a tratar y que se debe modificar por el bien de la población, sobre todo de quienes no cuentan con 10 pesos en MN para pagar una máquina que es como se llama a los Chevrolets y a otros carros estadounidenses de los 50 y pico que prestan servicios como taxis colectivos con una ruta establecida.

La mala hora. Foto: Caridad

Como respiro a la situación, hace dos años se crearon las cooperativas de transporte, que son pequeños buses amarillos que cobran cinco pesos y no permiten llevar pasajeros de pie. A pesar de esta alternativa, las paradas permanecen atiborradas de personas, los lapsos de tiempo en que una guagua y otra pasan se hacen cada vez más extensos, las personas llegan tarde a los trabajos, citas, centros escolares, etc.

Todos somos víctimas del estrés que esto provoca, el principal chivo expiatorio es el chofer de la guagua o la persona que no avanza, porque supuestamente hay sitio al fondo del pasillo. Nos miramos con odio unos a otros por ocupar un pequeño espacio en el ómnibus.

No entiendo por qué el Ministerio de Transporte no repara las guaguas que están en desuso y fuera de circulación para abastecer con más unidades y, de alguna manera, mejorar la situación.

Soluciones: motivar el tema de las cooperativas de transporte y crear rutas de transporte privado, en las que se establezcan empresas de transporte colectivo que presten servicio a la población, ya sea con una flota de carros o pequeñas guaguas.

Estas pequeñas cooperativas pagarían impuestos, lo cual sería una entrada monetaria más al Estado y más que una ayuda, un respiro para el pueblo.

El planteamiento está dado, las vías, sin que la santa burocracia nos maldiga, las puede crear el Ministerio del Transporte, crear vías alternativas, pequeñas y medianas empresas de transporte, Pymes, que tanto resultado han dado en Latinoamérica. Incluso llegar a convenios privados-estatales si no se quiere privatizarlo, pero bajo ningún concepto se puede continuar con lo que un amigo describiría como las horas del desespero nacional…

 

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Noticias

Rusia ataca el “castillo de Harry Potter” en Ucrania y mata a cinco personas y más noticias internacionales

Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el martes 30 de abril de 2024.

  • Entrevistas
  • Mundo
  • Nicaragua
  • Segmentos

Un nuevo candidato en Venezuela que desafía al chavismo

¿Permitirá Maduro una elección competitiva, en la que puede perder el poder, o la anulará…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

Pena capital en Cuba para disuadir y amedrentar

Consciente de que solo el terror y la fuerza lo mantienen en el poder, el…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.