El Socialismo en Cuba: ¿Vale la pena intentar salvarlo?

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — Durante la última reunión ampliada del Consejo de Ministros, su Presidente, Raúl Castro, exclamó: “Discutir hasta la saciedad, esto es democracia.”

Havana Times ha sido catalogada por algunos como contrarrevolucionaria, porque aquí también se discute hasta la saciedad, especialmente sobre algo trascendente: ¿Vale la pena salvar el socialismo en Cuba?

Tal vez me sienta en minoría dentro de la discusión, pero pensando que el asunto va más allá del ámbito pequeño de un sitio en Internet, me arriesgo al decir que si vale la pena salvar el socialismo, y no sólo en nuestro país, sino como proyecto universal.

Los comentarios en HT denuncian generalmente múltiples detalles de la actualidad nacional, marcada por años de burocratismo, inmovilismo, corrupción, incapacidades y demás males de un proyecto que, como es conocido, no funciona ni siquiera para nosotros mismos.

Nada de lo anterior es “descubrir América”, pero es bueno descargar lo que se lleva dentro, sobre todo cuando hay apego a la verdad.

Ahora bien, la inevitable catarsis que vendrá después, debe enrumbar hacia un destino propio, inclusivo a todos los cubanos, que nos traiga la prosperidad anhelada, hasta donde sea posible en el eternamente limitado mundo material y sin límites en lo espiritual. De no ser así, ¿para qué descargar tanto?

Por eso me detengo en la polémica del momento: Socialismo vs. Capitalismo.

El socialismo hasta hoy conocido, como sistema real implantado tras revoluciones signadas por la marxista Dictadura del Proletariado, se nos presenta como un fracaso. Del capitalismo, cuyo origen es muy diferente, diré que igualmente es una marcada frustración. De los orígenes de ambos sistemas, parte para mí la respuesta al dilema.

El Capitalismo se entronizó en este mundo como algo al parecer natural, porque la propiedad privada, el mercado, el dinero y la concentración de riquezas en pocas manos, son consustanciales a la civilización desde sus comienzos, milenios atrás.

Las revoluciones burguesas aportaron la idea renovada de los derechos humanos y la restitución del republicanismo democrático, tradiciones muy antiguas en la cultura occidental.

El Socialismo es algo muy diferente, al surgir como respuesta a una contradicción insalvable hasta el momento: la anarquía económica no ha podido ser detenida y la democracia choca con el poder del dinero. El afán desmedido de lucro, imposible de controlar, hace trizas los ideales democráticos.

La idea de Marx es crear una sociedad que no sea la continuidad natural de otras parecidas, sino el resultado de la experiencia histórica acumulada por la humanidad; es decir, el hombre pasa a ser sujeto de la historia y construye por sí mismo su destino. Hasta hoy parece una utopía.

Partiendo de los presupuestos anteriores es lógico que el Socialismo tenga nombres responsables de sus fracasos, en tanto el Capitalismo quedará huérfano de culpables.

Por eso, a releer lo dicho por muchos opinantes en nuestro sitio Web, me preocupa que se releguen las realidades; o sea, a la vista de los árboles se olvida el bosque.

Cuba vivió una auténtica revolución popular, que liquidó el desalojo en campos y ciudades; socializó la educación, la salud, la ciencia, la cultura y los deportes; nacionalizó las riquezas naturales del país y recuperó la independencia nacional frente al agresivo imperialismo norteamericano. Lo dicho anteriormente suena a bla, bla blá,…pero se trata de una realidad insoslayable.

De la dictadura del proletariado, devenida en caudillismo, debemos salir igualmente. La democracia plena es irrenunciable, para mi entendida como participación popular efectiva en todas las decisiones; discusión hasta la saciedad, como dijo recientemente nuestro actual Presidente, sin que los llamados “derechos colectivos” se presten para cercenar los igualmente imprescindibles derechos individuales.

Un solo Partido no es el obstáculo a la democracia, si esta institución se convierte en totalmente incluyente, además de diferenciar sus funciones respecto al estado, lo que debe ser refrendado constitucionalmente. El Partido, como lo entendió Martí, con todos y para el bien de todos.

Entonces El Socialismo tendrá sentido, porque los hombres y mujeres de nuestra sociedad deben creer que son mejores de lo que parecen y pueden ellos mismos ser los constructores de su historia.

Marx escribió a sus escasos veintisiete años que “los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata, es de transformarlo.”

Pido y en la práctica lo hago, obviar calificativos previos a las personas o asuntos que citamos, pues las acciones valen más que determinados antecedentes.

¿De dónde salieron los reformadores en la URSS, la China Maoísta o el Vietnam Heroico? Los nombres pasarán, quedarán los resultados. Se trata de disponer y no de predisponer.

Según los creyentes, dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, los ateos afirman todo lo contrario. La Biblia nos dice en sus comienzos: Y dijo Jehová dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. (Gn.3-22)

De cualquier manera, la ecuación se nos presenta como un sencillo quebrado: 1/1. Siempre será igual porque lo esencial es el libre albedrío de los seres humanos. Por eso, repito, vale la pena salvar el socialismo.
—–
Vicente Morín Aguado: morfamily@correodecuba.cu

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.