El aguante de los cubanos

Yoel Diaz Barzaga*

Estudiantes cubanos. Foto: Caridad

HAVANA TIMES — Es recurrente en foristas de Havana Times y algunos escritores de su plantilla, la incitación a que los cubanos de la isla expresen con más firmeza su sentir por la situación del país.

Algunos incluso, ofenden, profetizan y dicen lo que debemos o no hacer, para cambiar la situación actual, o en el mejor de los casos como derrotar y echar del poder a la dictadura del castro-comunismo. Formulas van y formulas vienen, pero nada en concreto.

No entienden porque una mayoría acepta pacíficamente: disposiciones, caprichos e idioteces, convertidas en leyes y decretos, que muchas veces, en vez de aligerar la carga, hacen cada día más difícil la supervivencia en nuestra nación.

En mi criterio muy personal opino, que en realidad no somos tan aguantones. Casi 150 años de históricas luchas, desmienten cualquier equivocación en este sentido. El pueblo cubano ha demostrado que cuando en realidad un gobierno, sistema o tiranía, objetivamente no le ha convenido, ha sabido sacudírselo de encima, ya sea a las buenas o a las malas.

Pero que nos está pasando. ¿Hemos envejecido? ¿Realmente no tenemos problemas? ¿En realidad estamos todos a favor del sistema y gobierno actual? Considero que no, en las tres preguntas.

La juventud, locomotora indetenible en cualquier proceso revolucionario o de cambio, fuerza motriz por su ímpetu, valor y rebeldía, es casi la misma que en periodos pretéritos.

Pero esta juventud, que en su mayoría se siente identificada con sus líderes estudiantiles; no tiene necesidad de tirarse a la calle como en Venezuela o Ucrania, para hacer reclamos políticos.

Este régimen ha sabido encausar con inteligencia la adrenalina imberbe, para que esta no se convierta en el núcleo insurrecto de otros siglos, ni materia prima de las numerosas campañas mediáticas, ni planes violentos.

Estudio y mucho estudio. Posibilidades de superación impensables en otros países. Los muchachos de hoy, están absorbidos totalmente por el sistema académico actual. Con horarios de clases, que dejan poco margen a otras actividades extra docentes, a no ser deportivas y de recreación. El estado regula y vigila la educación general de todos los niños y mozalbetes. Y hacen responsables a los padres por la continuidad de estudios de sus hijos.

Muchos jóvenes son apolíticos. Pueden estar a favor o no del gobierno, pero su idea fundamental es divertirse en esta etapa de su vida, quizás no como se debe, pero si como se puede. Las referencias externas a pesar de la apertura mediática, son escasas. La juventud comunista al frente de esta misión, ha creado espacios para el sano ejercicio de esta actividad, con precios relativamente bajos, con relación a otros lugares.

La Universidad de La Habana

No obstante, el éxodo hacia otras naciones, después de culminar sus estudios es significativo en este sector, aunque, como se ha reflejado en estas páginas, no existe una estadística certera.

A las nuevas generaciones les sigue gustando la idea de abrirse camino por sí mismos, de contar con dinero propio, lejos de las estrecheces. Viajar, conocer el mundo, nuevas culturas. Deseosos de hacer lo que es normal en otros países, pero siempre regresar a su patria. Son pocos los que ven su futuro lejos de Cuba, de su gente, de su entorno.

En realidad no tienen que pensar como comen, viven o se visten, los padres se encargan en su mayoría de todo.

La violencia en Cuba se manifiesta en hechos aislados y controlados. No existe una concentración organizada de mozos dedicados a violentar el sistema. Eso, la disidencia, ni el gobierno de los Estados Unidos lo han logrado ni creo que lo logren. Es cierto que algunos participan en actos en contra de la revolución, pero estudiantes y trabajadores no son representativos en ese conjunto.

Problemas tenemos todos, el dinero no alcanza, el racionamiento tampoco. Pero más problemático seria una guerra civil. Disturbios, asaltos a establecimientos, robos, muertes, el caos. El cubano de hoy es apegado a la familia e incompatible con el dolor filial. Desde afuera todo es fácil, pero en la caliente son pocos los que se aventuran a acometer acciones iracundas.

Si hasta hoy se ha resistido todo, es también gracias a lo que están afuera. Aunque no existe en ningún análisis económico oficialista, las remesas enviadas por los compatriotas en el exterior, constituyen un importante sostén de la economía domestica. Hipócrita en su moribunda dualidad monetaria, y triunfalista en su perspectiva futura.

No podemos afirmar que hoy la popularidad de la dirección histórica de la revolución actualmente sea positiva. Como tampoco que es negativa en su totalidad. Debemos reconocer que ha sabido sortear obstáculos con pericia. Mantener prestigio, relaciones internacionales y alianzas oportunas.

Y lo que la ha mantenido en el poder, en mi humilde opinión: es la tranquilidad ciudadana imperante en la isla. La protección oficial a sectores vulnerables de la sociedad, como niños y ancianos.

A una férrea vigilancia interna que muchos tildan de represión o mano de hierro. Y a una bien estructurada política de formación de cuadros y dirigentes que pueden pensar o no diferente, pero que hasta este minuto responden a los intereses de la revolución y son elementos esenciales de la supervivencia del sistema cubano actual y en su modo de vida. Por eso creo que en este momento seguiremos con más de lo mismo.

(*) Yoel Diaz Barzaga, 45, vive en La Habana, y es Director Contable Financiero de un Centro de Investigaciones.

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