¿Cómo Aprendemos a Odiar a Cuba?

Henry G. Delforn*

El senador de la Florida, Rene García

HAVANA TIMES — ¿Cómo aprendemos a odiar lo que no conocemos? En la Franja de Gaza, Palestina, una madre le enseña a su hijo cómo tirar una piedra a los tanques de guerra contra los Israelíes. Ese acto inútil no es de defensa sino de odio, transmitido de la madre a su hijo. En Hialeah, Florida, los padres cubanos le enseñan a sus hijos cómo consumir y producir propaganda contra Cuba en la guerra mediática. Ese acto inútil no es de defensa sino de odio, transmitido  de los padres a sus hijos.

Tomemos el ejemplo del senador de La Florida, Rene García. Este muchacho republicano, que nació en Hialeah en 1974 de padres cubanos, y como se va explicará aquí, le ha hecho un daño incalculable al estado de La Florida con su odio hacia Cuba transmitido por sus padres.

El odio de Rene García no es contra una sola persona, por ejemplo, Fidel Castro, ex-presidente desde 2008 Fidel, ni contra algún acto especifico hecho por la República de Cuba, como si el país no tuviera soberanía por ejemplo, – No! El odio de Rene García es un odio inútil que el carga en su alma, solamente para demostrar su amor a sus padres desde su niñez. La palabra “gusanos” para mencionar estos padres solo causa más dolor, y no lo haré..

¿Qué ha hecho el senador Rene García? Este muchacho es uno de dos que en 2012 originó una ley en La Florida prohibiendo que empresas de La Florida realicen contratos de trabajo  con el estado de La Florida si tal empresa mantiene negocios con Cuba.

El gobernador de La Florida, Rick Scott, fue forzado por la “mafia política cubana de Miami”, a firmar esa ley. Rick Scott, después de firmar la ley, dijo que esta va en contra de la constitución de los Estados Unidos. Marco Rubio, senador de los Estados Unidos, criticó a Scott y apoyó la ley de García.

Con esta ley nueva, los contactos políticos de Rene García introdujeron un pleito legal contra una empresa en La Florida llamada Odebrecht con $ 3 mil millones en ofertas de contratos en construcción con el estado de La Florida, solamente porque Odebrecht tiene una conexión remota con otra empresa basada en Brasil que realiza trabajo en la bahía y el puerto de Mariel, Artemisa Cuba.

Este grupo político de García no tomó ni tiempo ni esfuerzo en estudiar la conexión de negocios legal de esta empresa, y lanzaron su odio con el pleito legal.

¿Y qué pasó? Después de un año de costos incalculables en las cortes legales de La Florida, un costo pagado por los ciudadanos del estado y que hubiera podido ir a proyectos humanos, al fin la corte federal anunció lo mismo que dijo el gobernador de La Florida, Rick Scott, cuando firmó la ley, que la ley va contra la constitución de los Estados Unidos y fue rechazada!

El abogado de la empresa Odebrecht, James Moye, dijo que “El gobierno federal continuará manteniendo todo lo que considere es la correcta relación con Cuba. No son los gobiernos estatales ni locales los que deben establecer los parámetros para las relaciones con Cuba.”

¿Qué significa todo esto, quién tiene la culpa, será como la canción de Buena Fe, La Culpa, que “la maldita culpa no la tiene nadie”? – No señor! La culpa se comparte entre dos: los padres de René García por enseñar a su hijo cómo tirar piedras, y el propio hijo por no despertar su conciencia adulta.

Pero quizás Buena Fe nos sirve mejor en la paz porque René García es simplemente una víctima de la máquina de la guerra mediática y propaganda contra Cuba (la “mafia política cubana de Miami”) que recibió este año $20 millones para la promoción de odio contra Cuba.

La “mafia política cubana de Miami” incluye: Pan American Development Foundation; Grupo de Apoyo a la “Democracia”; International Relief and Development; National “Democratic” Institute; Foundation for “Human Rights” in Cuba; Pan American Development Foundation; National Endowment for “Democracy”; U.S. Agency for International Development (USAID); y el U.S. Department of State que administra el dinero.

Todo este dinero, que hubiera podido ir a proyectos humanos, todo este dinero en el nombre del odio, del odio inútil, inútil porque la Revolución cubana y la soberanía de la República de Cuba es absoluta y es una realidad de la vida, y lo mejor que los “Renés Garcías” del mundo pueden hacer es aprender cómo analizar sus odios contra los países que ni siquiera conocen.
—–
(*) Henry G. Delforn es un ingeniero eléctrico (ciudadano de origen cubano, EE.UU.) que vive en California y disfruta de su afiliación política independiente.

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