Cambiar parece ser la palabra de orden

Por Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — Muchas personas hablan o escriben sobre la necesidad de cambios en el mundo. Y no les falta razón, sólo que la petición o la exigencia de cambio no la dirigen hacia el lugar correcto.

Acabo de leer un comentario sobre una religión en cuyas publicaciones se pregunta ¿qué solución hay para la pobreza? Y ¿cómo podemos salvar el medio ambiente?

También esa religión plantea, según el comentario, que es necesario cambiar en una serie de temas que relaciona, como el hambre, la guerra, las enfermedades, la pobreza, la injusticia, la contaminación, los prejuicios y los delitos.

Yo le agregaría la ignorancia, que en la mayoría de los casos es la fuente de muchas de las lacras que proponen cambiar.

Pero, cuando yo creo que el comentarista va a entrar en materia sobre todos estos temas que plantea la religión en cuestión, finaliza el comentario haciendo la siguiente pregunta: ¿En realidad en la Cuba actual algo ha cambiado o está cambiando?

Yo me siento en el deber de contestarle esa pregunta al comentarista de marras. En primer lugar, en Cuba se hizo una revolución, que tomó el poder el primero de enero de 1959. Y como una revolución es cambiar todo lo que deba ser cambiado, desde esa fecha Cuba no ha parado de cambiar cosas.

Con aciertos y desaciertos, como toda obra humana, pero siempre buscando mejorar las condiciones de vida del pueblo.

En cuanto al hambre, las enfermedades y la pobreza, Cuba está entre los países que más han hecho para disminuirlas, a pesar de que tiene un enemigo muy poderoso que busca por todos los medios que fracasemos en ese empeño y para ello procura, según sus objetivos declarados, “causar hambre, enfermedades y desesperación”.

Con ese objetivo introdujeron en Cuba la fiebre porcina africana, el Trips Palmy y otras enfermedades para acabar con las fuentes de alimentación del pueblo. Con la misma finalidad introdujeron el virus del Dengue Hemorrágico, que costó la vida a más de cien niños. También con el mismo fin se le niega a Cuba la posibilidad de comprar medicamentos que podrían salvar o mejorar la vida de muchos niños aquejados de cáncer.

Sólo he puesto unos pocos ejemplos. Hay miles, que no cabrían en este comentario.

Ahora bien, ¿por qué se le pide a Cuba que cambie y no a quienes tratan de matarnos por hambre y enfermedades? Como ya dije anteriormente, Cuba no ha dejado de cambiar desde que triunfó la Revolución.

En cuanto a los demás temas que se plantean en el mencionado comentario, como la guerra, la injusticia, los prejuicios, los delitos y la contaminación, no es precisamente en Cuba donde hay que cambiar. La guerra nos la hacen a nosotros, por todos los medios posibles. Jamás Cuba ha agredido a nadie. La injusticia se comete contra nosotros.

Un ejemplo fehaciente, son los cinco cubanos que fueron sancionados en Estados Unidos a penas irracionales, solo porque se infiltraron en grupos terroristas anticubanos, para evitar más muertes de las que ya ha ocasionado ese flagelo.

Se les acusó de espías, a pesar de que no estaban infiltrados en organizaciones del gobierno, sino en grupos terroristas. ¿O es que ese terrorismo sirve al gobierno de Estados Unidos?

Los prejuicios van desapareciendo poco a poco. No es un tema que se pueda cambiar por decreto. Tiene que ir cambiando la mentalidad de los seres humanos y eso solo se logra con el tiempo y una política bien dirigida a ese fin.

La disminución de los delitos tiene que ser una tarea de todo el pueblo, junto con la educación de las nuevas generaciones y las adecuadas medidas de protección y de control.

Por último, la contaminación es un tema por el que no se ha dejado de luchar en Cuba.

Según las posibilidades económicas del país lo permiten, se van eliminando las fuentes de contaminación de las aguas y de los suelos, y en cuanto a la de la atmósfera, a pesar de ser un pequeño país, su aporte ha sido grande en la eliminación del uso de gases de efecto invernadero, mientras la reforestación aporta millones de toneladas de oxígeno y recoge el co2 que contamina la atmósfera.

En cuanto a las preguntas planteadas al inicio por la religión en cuestión, mi respuesta es que hay solución para la pobreza y que podemos salvar el medio ambiente; pero para ello se necesita una voluntad política que no tiene el capitalismo neoliberal.

Sólo cambiando ese sistema se podrá cambiar en el mundo la situación existente en los temas planteados y en muchos otros.