Transporte en Cuba: Muchos Planes, Pocos Resultados

Por Fernando Ravsberg

La organización del transporte privado es imprescindible para crear un sistema funcional. Foto: Raquel Pérez Díaz

HAVANA TIMES – Las nuevas medidas aprobadas para regular el trabajo de los transportistas particulares parecen imprescindibles, es más deberían haberse aplicado desde el comienzo y no años después de autorizada la participación privada en ese servicio público.

Valor del pasaje, definición de rutas, organización de frecuencias, combustible a precio mayorista y venta de repuestos, son medidas básicas y normales para organizar un sistema de transporte de pasajeros en cualquier parte del mundo.

Sin embargo, la reacción de la población ha sido adversa, basta leer los comentarios en el sitio oficial Cubadebate: “Ya estoy cansado de tantos experimentos” dice Juan López y pregunta Alberto “alguien me puede decir cuántos años llevamos haciendo experimentos”.

Otro, con el seudónimo de Cadillac, recuerda que prometieron dedicar las ganancias astronómicas de la venta de automóviles a la compra de buses. Nunca más se habló del tema a pesar de que se sigue vendiendo un KiaPicanto de segunda mano en US $ 30 mil.

En Cuba el transporte nunca ha sido suficiente, por mala organización o por falta de recursos. Foto: Raquel Pérez Díaz

El problema de fondo no está en las medidas que se toman sino en quien las toma. El Ministerio del Transporte ha hecho demasiadas promesas y ha cumplido muy pocas, si es que ha cumplido alguna, y en ese camino ha perdido la credibilidad entre los ciudadanos.

Prometan lo que prometan, pocos creen que una iniciativa de esa institución resolverá el problema. Incluso muchos temen que provoque mayores dificultades en el transporte de los ciudadanos, como ocurrió durante la última pulseada con los “boteros” (taxis colectivos).

Lo mismo sucede con quienes dirigen la agricultura, los cuales presentan cada año nuevos planes pero, al final de la jornada, cuando no se les pudren los tomates pierden las cosechas de frutales, o se olvidan de toneladas de frijoles en los almacenes.

Por supuesto que los cubanos también critican a los demás ministerios pero ningún otro tiene tan mala reputación. A los de Salud, Energía, Educación, Cultura, Minfar, Comercio Exterior, Interior, Comunicaciones, etc. siempre se les reconocen logros.

Lo ganado por la venta de automóviles nuevos o usados -un Peugeot a U$D 265 mil- iba a dedicarse al transporte de pasajeros pero nunca se rindió cuentas sobre eso. Foto: Raquel Pérez Díaz

Basta recordar que, durante la crisis económica de los 90, Salud Pública no cerró un solo hospital ni Educación un aula. Fueron tiempos durísimos pero se multiplicaron panes y peces, escasearon medicinas y lápices pero nunca faltaron médicos y maestros, aunque fueran “emergentes”.

Incluso a quienes dirigen la economía se les reconoce que han realizado una de las mejores negociaciones de deuda externa que podría esperarse, ampliado los lazos comerciales de la isla con el mundo y que hacen magia con el magro presupuesto del Estado.

Sin embargo, si preguntáramos por los éxitos de la Agricultura o del Transporte durante las últimas décadas, nos sería muy difícil nombrar uno solo. A pesar de que son los mayores productores de “proyectos de futuro”, de esos que “ahora sí” solucionarán todos los problemas.

Los directivos del transporte no fueron capaces de explicarme por qué ordenaron poner motores de EEUU a los autobuses comprados en China, sabiendo que después no habría repuestos por el bloqueo. Eso sí, prometieron que “en el futuro” pensarían en ese asunto.

Crear un mercado mayorista para los particulares que se dedican al transporte de pasajeros es una de las claves del asunto. Foto: Raquel Pérez Díaz

Ni que hablar de la decisión de entregar tierras ociosas a los campesinos prohibiéndoles fabricar una vivienda en ellas. Los directivos de la Agricultura necesitaron 2 años para comprender que los campesinos no pueden dormir en la ciudad y trabajar en el campo.

¿Qué confianza pueden tener los cubanos en una burocracia agraria que pierde el 57% de lo cosechado por los guajiros, obligando a gastar U$D 2000 millones anuales en la compra de los alimentos que ellos dejaron pudrir en los campos o centros de acopio?.

Imaginen las cabezas que rodarían si las FAR perdieran el 57% del armamento, si a Salud Pública se le murieran el 57% de sus pacientes o si en la educación reprobaran el 57% de los alumnos. Sin embargo, la burocracia agraria parece gozar de total impunidad.

En política la credibilidad es clave. Cuando los gobernados creen que una institución es incapaz de dirigirlos, la gente aplica el principio de “ordena lo que quieras y yo haré lo que me parezca”, porque, como dice José Saramago, “la necesidad también legisla”.

Con ese estado de ánimo de los transportistas y de los usuarios no cuajará ni el mejor proyecto del mundo. La ineficiencia ha sido tanta y durante tanto tiempo que si hubiesen consultado al pueblo se habrían “congelado” esos ministerios mucho antes que el trabajo por cuenta propia.

A pesar de lo invertido por el país, el transporte interprovincial sigue siendo deficitario. Foto: Raquel Pérez Díaz

 

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

15 años de prisión a la joven que transmitió las protestas

Se intenta suicidar en prisión Fray Pascual Claro Valladares al conocer su sentencia, de 10…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

“Distorsiones” de moda en Cuba

Nada nuevo, pero resulta que la palabra se ha puesto de moda, y esta semana…

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.