Obama: “a veces la política parece sucia”

Fernando Ravsberg*

Entre los cambios que reconoce Obama seguramente está la apertura del trabajo autónomo que en solo 5 años suma a casi medio millón de personas.

HAVANA TIMES — Una noticia recorre el mundo, el presidente de los EEUU, Barack Obama, se ha dado cuenta de que en Cuba están ocurriendo cambios y por ende propone “actualizar” su política hacia La Habana, la cual es más o menos la misma desde los años 60.

Finalmente sus asesores se percataron de que en Cuba se liberó a los presos políticos, reparten las tierras cultivables, permiten el trabajo por cuenta propia, la pequeña empresa y se abrió el acceso a internet, a los hoteles, a comprar casas o a viajar al extranjero.

Obama dice que ahora hay que “ser creativos” y “seguir actualizando nuestras políticas”, todo un cambio viniendo de un presidente que durante su campaña electoral creía que el Embargo Económico sería la palanca mágica que le permitiría mover Cuba.

La esencia de la estrategia estadounidense fue definida a comienzo de los años 60, en un documento del Departamento de Estado donde se proponía generar hambre, miseria y desesperación entre los cubanos para que se rebelen y derroquen la revolución.

Obama ha hecho cuentas y concluyó que cuando “Castro llegó al poder yo recién había nacido, por lo que no tiene sentido la noción de que las mismas políticas que implementamos en 1961 serían de algún modo tan efectivas como lo son hoy en la era de Internet, Google y los viajes mundiales” (1).

Obama podría cambiar la Ley de Ajuste Cubano en respuesta a que La Habana eliminó las barreras para viajar al exterior, que existían desde hacía medio siglo.

En realidad tampoco en sus inicios fue una estrategia muy efectiva, por el contrario, la agresividad de los EEUU sirvió para que Fidel Castro se encarnara como el defensor de la soberanía nacional y uniera tras esa bandera a una gran parte de los cubanos.

Se necesitó una decena de presidentes aplicando esa política y obteniendo exactamente los mismos resultados, para que un inquilino de la Casa Blanca reconozca abiertamente que la estrategia está obsoleta y debe ser modificada si se quiere obtener algún éxito.

De todas formas, el ex diplomático cubano Carlos Alzugaray remarca la importancia de que Obama declare “públicamente que en Cuba hay cambios”, porque “va contra el discurso de la extrema derecha y de personajes como Fariñas y Berta Soler que dicen que en Cuba no cambia nada”.

Lo que realmente resulta curioso es oír a la Casa Blanca utilizar el mismo lenguaje del gobierno cubano, ninguno de los dos maneja el término “cambio”, prefieren decir que “actualizan” políticas o modelos para no descalificar lo que se ha hecho hasta ahora.

Nadie puede saber a ciencia cierta si la declaración tendrá consecuencias en las relaciones bilaterales o forma parte de una retórica de buenas intenciones sin efectos prácticos, como su promesa de cerrar la prisión de Guantánamo, en el oriente de Cuba.

Aun así, el mensaje preocupó a los disidentes que se apresuraron a pedirle que no los deje fuera de una negociación con el gobierno de la isla. Es que los americanos son muy suyos y los cubanos recuerdan que ya una vez negociaron sin ellos la independencia de Cuba.

Por lo pronto, los que pueden se apresuran a obtener la residencia en EEUU porque se rumorea que entre las “actualizaciones” políticas de Obama se incluirán cambios en la Ley de Ajuste Cubano, como respuesta a la apertura migratoria de La Habana.

Las tierras cultivables están pasando de forma gratuita de las manos del Estado a la de los campesinos.

Ya era bastante escandaloso dar refugio político a cientos de miles de personas que después pasan sus vacaciones en el país que los persigue pero ahora los “exiliados” pueden incluso mantener su residencia en Cuba mientras se acogen a los beneficios de EEUU.

La apertura migratoria cubana y el resto de las reformas “raulistas” le propiciaron graves heridas a la vieja estrategia de Washington. En realidad tanto la política de uno como la del otro estaban desfasadas pero La Habana se les adelantó en la “actualización”.

Por eso los analistas del Cuba Study Group de Washington recomiendan a Obama dar “pasos más audaces, romper el aislamiento, fortalecer al creciente sector empresarial en Cuba y eliminar sanciones contraproducentes que solo representan obstáculos para un mayor cambio en la isla”.

Un cubanoamericano de los que se reunió con Obama en Miami me comentó que el Presidente quiere dejar como legado de su mandato el cambio de la política hacia Cuba, aprobando medidas como la autorización de los viajes de los estadounidenses a la isla.

Sin embargo, el mensaje del mandatario viene encriptado y es difícil de descifrar. Se reúne con lo más rancio del anticastrismo y proclama la necesidad de cambiar la política hacia Cuba pero con el cuidado de evitar decir cuáles son los aspectos que pretende modificar.

De alguna forma Obama dijo lo que unos y otros querían escuchar y esa ambigüedad le permitió recaudar dinero entre tirios y troyanos pero al final de su alocución reconoció ante su auditorio “que a veces la política parece sucia y fea”.
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(*) Publicado originalmente por BBC Mundo.

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