Una ocupación a la cubana

Por Yusimi Rodriguez

Iris baldeando la casa.

HAVANA TIMES, 19 oct. – Iris y Amaury, integrantes del proyecto artístico Omni Zona Franca, constituyen una pareja desde el año 2005 y tienen seis hijos (uno de ellos nacerá este mes).   Ante la falta de espacio para habitar como familia, han penetrado en una casa que permaneció vacía durante diez años.  Allí, Iris le explicó la situación a HT, mientras su esposo se encontraba en una reunión de Omni.

HT: ¿Por qué estás aquí, qué te hizo meterte con tu familia en este apartamento.

Iris: Viví con mis padres toda mi vida y mientras estuve sola no hubo problemas.  Después tuve mis dos primeros hijos, pero nunca viví con su padre.  Mis padres me ayudaron a criarlos.  Cuando comienzo mi relación con Amaury empezaron los problemas de convivencia por diferencias generacionales, culturales, de raza…

Al padre de Iris no sólo le afecta el hecho de que Amaury sea un hombre negro, sino su vestuario (sayas) y estilo de vida.  No es un hombre que trabaja con pico y pala, tiene su espacio para practicar meditación, su religiosidad, es poeta.  El padre de Iris es un hombre de casi ochenta años que ha vivido de forma distinta.

Desde el principio de la relación, Iris y Amaury intentaron buscar un espacio.  Cuando estaba embarazada de Samadhi, en el 2006, fueron a la Agricultura, a proponer un proyecto, en él brindarían su espacio cultural a cambio de un pedazo de tierra donde pudieran construir su casa y a la vez ofrecer actividades culturales para niños y jóvenes de la comunidad.  Les dijeron que no era posible.  No terreno para algo así, ni mecanismo legal para hacerlo.

En el 2007, Raúl sacó esa ley de que se podía repartir tierra a todo el que estuviera dispuesto a sembrar.  Regresaron a la oficina de Agricultura con el proyecto, esta vez dispuestos a cultivar la tierra.  La respuesta fue que ya lo habían repartido todo.

Entonces iniciaron las gestiones por Vivienda, iban a tener otro niño y se agravaban las contradicciones entre el padre de Iris  y Amaury.  Él no podía entrar a la casa.  Ella debía salir con los niños a la escalera.  Dormían en el Taller que tenía Omni en la Casa de la Cultura.  

Interior de uno de los cuartos

Iris: Aquel fue durante mucho tiempo nuestra casa.   Hasta que en el 2009, a Omni le quitaron ese espacio.  Aquel desalojo fue terrible, porque lo perdimos todo.

Iris se dirigió a Vivienda con su padre, que se daba cuenta de que ella no podía conformar una familia en esas condiciones.  

Iris: Allí nos dijeron que para que se te abra un expediente, que te da la oportunidad de tener una casa en algún momento, debe haber doce personas en la casa.  Entonces se considera hacinamiento.  Sólo éramos siete, sin contar a Amaury, que no vivía allí, aunque ya estaba embarazada:  Íbamos a ser ocho, pero no podíamos aspirar a una casa.

Los padres, en algún momento, pensaron dividir el apartamento.  Eso representaba que ellos se quedaran con la sala, un cuarto y el baño.  Para ella, con Amaury y todos sus hijos quedarían dos cuartos y un patio, y ahí tenía que hacer un baño.

Además, los padres son personas mayores y tenían la esperanza de permutar ese apartamento, que está en un cuarto piso, por uno en planta baja.  La madre tiene problemas del corazón y no puede subir y bajar las escaleras constantemente.  Al dividir el apartamento, perdían esa oportunidad.

Durante mucho tiempo Iris exigió la división en todas las discusiones, su padre decía que sí.  Los trabajadores sociales y el delegado les dieron todos los papeles para comprar los materiales necesarios.  Al final, hubo que venderlos, porque el padre se arrepintió.

Las cosas llegaron a ponerse muy violentas y los niños estaban en el medio.  Su padre la avergonzaba frente a las amistades que la visitaban.  Por último, accedió a la división y ella contrató a un albañil; cuando el hombre fue con las herramientas, le armó un escándalo.

Iris: Ahí le dije: “Mira, no vivo más aquí, voy a salir a gestionar una casa para vivir con mis hijos.”

Fue al Poder Popular en busca de alguna ayuda.  La compañera del Departamento de Atención a la Población le dijo que ella no veía solución para su problema, únicamente que Amaury empezara a trabajar en las Microbrigadas, o buscara dinero para comprar una casa.

Interior de la casa.

HT: ¿Amaury no ha pensado en ponerse a trabajar en una Microbrigada?

Iris: Ya las Microbrigadas no existen.  Pero conocemos amistades que llevan diez años trabajando y aún no les han dado apartamento.  Dicen que tienen que cumplir una norma de haber construido no sé cuántos edificios.  Al final, en esos edificios tienen apartamentos vendidos, apartamentos para queridas…

HT: ¿Queridas de quienes?

Iris: De altos funcionarios…eso es de conocimiento público, igual que las ventas de apartamentos.

HT: ¿Amaury trabaja en este momento?

Iris: Sí, en Omni Zona Franca.

HT: ¿Percibe algún salario por su trabajo en Omni?

Iris: No, pero siempre se sacan dividendos con los que él sostiene un poco a la familia.  Hace un proyecto comunitario y ahí se destina el presupuesto para la producción, dentro de esta se saca el salario de los que van a trabajar en el proyecto.

HT: ¿Quién pone esa producción?

Iris: Generalmente espacios extranjeros, ONGs, amistades…

Iris trabajaba como profesora de arte en el Instituto Superior Pedagógico.  No cogía licencia de maternidad durante los embarazos.  En el 2009, cuando se dio la situación con Omni, le dijeron que debía pedir la baja, no podía haber profesores con problemas ideológicos.  Es la esposa de Amaury y miembro de Omni, que había sido declarado un grupo disidente.  

Iris: He vendido comida, ilegalmente, por supuesto, antes de que volvieran a dar licencias.  De hecho hice un performance.  Saqué mi carrito de vender comida, y a la vez decía los textos de Madre Coraje, de Bertolt Brecht.  Lo hice en la Zona 6, frente a todo el mundo, y vendí la comida… Así vamos resolviendo, entre lo que él gana cuando hace un proyecto, la venta de la comida y la ayuda de los amigos.

Tras su conversación con la mujer del Poder Pupular se dirigió a Vivienda.  Allí la atendió un compañero que le dijo:  “Ni los propietarios de la casa, ni el Estado, se tienen que comer a tus hijos, eso es un problema tuyo.”  Dijo que Amaury debía partirse el lomo para darles un espacio.

Madre de Iris con tres de sus nietos y una niña vecina.

Cuando supo que era poeta, como José María Heredia, José Martí y el actual Ministro de Cultura, afirmó que lo que debía hacer era ponerse a trabajar “de verdad.”  Reaccionó de la misma forma al saber que Iris es actriz.  Al final, les dijo que debían moverse y resolver.

Iris le preguntó al Director Municipal de Vivienda qué vías legales existen para tener una vivienda en Cuba:  ¿El Estado tiene una casa para vender o alquilar? La respuesta fue: no.  

Iris: Lo que me están mandando a hacer, al decirme que resuelva, es tan ilegal como esto.  Hasta el Jefe de Sector  habló de la cantidad de casas que se habían vendido por aquí.  Hay  dos opciones, ambas ilegales:  Comprar la casa, si tienes el dinero; o meterte en una vacía, si tienes el coraje.

Durante los diez primeros días, recibieron visitas de autoridades y funcionarios que intentaron convencerlos de abandonar el apartamento.  En cada ocasión dijo que no se iba.  Le ofrecían regresar a su lugar de origen a cambio de abrirle un expediente en Vivienda como caso social, para resolverle un albergue o tal vez una vivienda…  en un futuro.

Iris: No necesito un expediente, sino una casa para mis hijos.

Le pusieron el ejemplo de la Delegada de la circunscripción, quien tiene a doce personas viviendo en su casa, y nunca ha invadido una vivienda.  Tiene un expediente abierto, ha escrito cartas a diversas instancias y siempre ha recibido respuesta.  Hasta el momento, su situación permanece igual.  

HT: ¿Cómo es posible que a pesar de vivir con tus padres y de tener dos hijos de una relación anterior, hayas decidido traer al mundo cuatro más?

Iris: Es cierto que la planificación familiar existe, pero le tengo terror a los legrados, prefiero parir ochenta veces.  Lo otro es una cuestión religiosa, pienso que hay que darle entrada a un hijo que venga concebido con amor, por dos personas que piensan permanecer juntos.  No interrumpo ese proceso.

HT: También podrías haber usado un método anticonceptivo.

Iris: A pesar de tener un DIU en estos momentos, salí embarazada.  No usamos condón, porque a Amaury no le gusta.  Somos monógamos, estables; incluso planificamos la sexualidad, porque tenemos períodos de purificación y abstención total.  No fumo, no tomo café, no bebo, y practico meditación.

Interior del baño.

Iris comenzó a tener una vida religiosa con él.  Estaba cansada de la vida intensa que tenía, muchas relaciones sin encontrar a nadie que le diera algo más.   Amaury no la enamoró de la forma tradicional, le propuso un proyecto de crecimiento espiritual en pareja, y así ha sido.  

Lejos de estar molestos con la situación, los dos hijos mayores de Iris, de su anterior relación, están felices.  Ambos se llevan bien con Amaury.  Es cariñoso con ellos.  Ella y Amaury les han explicado que el estar en este apartamento es un ejercicio de civilidad, porque tienen derecho, como niños, a un hogar.  Están contentos y encuentran el apartamento bonito.

Sin embargo, no tienen electricidad, ni agua, ni tuberías.  No pueden cocinar.  La comida se las trae la madre de ella o alguna amistad.  El padre, aunque tiene contradicciones con Amaury, apoya lo que está haciendo su hija.   

Las personas que intentaron que abandonara el apartamento, dijeron que había que ponerles una permuta forzosa a los padres para que ella tuviera espacio con sus hijos.  Pero no está dispuesta a eso, porque solo dividiría más a la familia.  La madre se ganó su apartamento cuando era militar.

La propietaria del apartamento que ocupó Iris con su familia, es una niña de diez años que vive fuera del país.  Esta es la dirección en Cuba que aparece en su DNI; la necesita para conservar la ciudadanía.  Viene todos los años y ha planteado que no le interesa el apartamento.  Durante el período de tiempo que estuvo abandonado fue saqueado por completo.  

Iris y su familia han contado con la solidaridad de cantidad de personas, incluso de vecinos del edificio.  Una señora les regaló un televisor y comida.  Iris, Amaury y los niños, son vegetarianos. Para bañarse, cargan agua.  Los amigos, e incluso el padre de los hijos mayores, les llevan vasijas con agua.  

Iris: De la casa del poeta Juan Carlos Flores han venido carretones de agua.

Cada dos días, Amaury y ella se levantan de madrugada para cargar agua, en el momento que está entrando a la cisterna.

Otros vecinos les pasan un cable por la noche, enganchado de sus propios tomacorrientes dentro de la casa, para que puedan poner un ventilador y una lamparita.  Al principio, lo hacían  desde temprano, pero el Jefe de Sector los amenazó con 1500 pesos de multa.

El dueño de la casa contestó que nadie podía impedirle hacer con su corriente eléctrica lo que quisiera, pero de todas formas se creó tensión y ahora les pasan el cable por la noche.  Iris le echó en cara al Jefe de Sector que estaba amenazando a unas personas, con algo que no aparecía estipulado en ningún lugar, para privar de electricidad a unos niños.

Iris amamantando a su hijo Satyam, acompañada de sus hijos Samadhi y Darshan.

Han transcurrido diez días sin que haya venido nadie a intentar sacarlos, pero Iris no tiene idea de cómo se resolverá el problema.  Como el apartamento tiene propietaria, Vivienda no se encarga del asunto.  Al no existir acusación formal por parte de los propietarios, luego de veinte días, de que el caso haya sido publicado en Internet y de que los familiares de la niña lo sepan, la policía no puede actuar.  Los últimos en hacer presión fueron los del Poder Popular, pero no han regresado.    

Iris se dirigió a Salud Pública a explicar su situación de madre con niños pequeños en una casa sin agua ni electricidad, en un momento en que hay brote de dengue en la cuadra.  Allí, le dijeron que no podían resolver el problema, porque ningún sector funciona de forma independiente.  

Si Vivienda no envía un papel mostrando que ellos están ahí de forma legal, no se puede hacer nada.   Iris continuó presionando ante la posibilidad de que uno de sus hijos se enferme de dengue.  Finalmente, propusieron que la trabajadora social le diera una carta pidiendo a los compañeros de Acueducto y de la Empresa Eléctrica, que les pusieran el agua y la electricidad, al menos de manera transitoria.

Iris tuvo que ir a la escuela, porque la maestra de Jesús David lo hizo pasar momentos incómodos frente a sus compañeros, con preguntas como:  ¿Dónde haces caca?  ¿Cómo se descarga el baño?  Le dijo al niño que vivía en una cochinada.

Iris: Le dije a la directora que eso no podía ser.  En Cuba hay maestros que viven en solares con baños colectivos.   Nunca pregunto cuál es el estrato social del maestro que va a enseñar a mis hijos…  Hemos hecho tremendo esfuerzo.  Todo esto empezó el viernes previo al lunes que iniciaba el curso y ellos asistieron el primer día, forraron todos sus libros en cuanto se los entregaron, no han faltado a la escuela, todos los días llevan su uniforme limpio.  Se les lava aquí, en la palanganita o en casa de algún amigo.

HT: ¿Estás decidida a quedarte aquí hasta que se resuelva la situación?

Interior del apartamento.

Iris: Sí, hasta que den una respuesta que sea definitiva… Le pueden dar otra dirección a la dueña, tal vez la de un inhabitable, para que resuelva su situación cuando venga a Cuba… O me dan un apartamento con las condiciones necesarias para mis hijos… Esa es la solución.  A mí, ni un expediente ni un nada.  Si vienen a sacarnos por la fuerza, estaremos en la calle.  La casa de mis padres tiene propietario igual que esta, así es que allá no regreso.

Hijos de Iris y Amaury:  Andy Arturo,  10 años y Jesús David, 9 (del primer matrimonio de Iris); Samadhi cumplirá 4 años en noviembre; Krishna Darshan cumplirá 3 en febrero, Satyam, un año y Kali (por nacer), todos de Amaury.

HT: ¿Piensas tener más hijos?

Iris: Ahora sí es posible que me ligue.

La última información que he recibido es que Iris volvió al Poder Popular y allí le dijeron que no se le podía poner agua ni electricidad, que todo lo que podían hacer era intentar convencerla de abandonar el apartamento, para que no se le cierren más puertas.  La respuesta de Iris:  “En realidad hasta ahora no se me ha abierto ninguna.”   

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