Mislenis Gil Gómez habla de su proyecto Mar y Sueños
Vicente Morín Aguado
“Estamos en los comienzos, como usted puede ver, funcionan tres castillos inflables, la cama elástica, una piscina y el área especial para niños pequeños, además de los carritos que pueden pasearse por todo el local. ¡Ah!, no puede faltar, un payaso contratado por nosotros sin pago previo por parte de los visitantes.”
HT: No es común un parque recreativo infantil fuera de la iniciativa estatal. ¿Resultó difícil la licencia?
Llevo aquí dos meses. Licencia y demás acciones legales fueron fáciles. Ningún impedimento estatal, cuando vienen a chequear, por ejemplo, «Higiene y “Epidemiología» hicieron algunos señalamientos válidos, fueron cumplimentados y así vamos. Más bien nos alientan a terminar el proyecto, porque es en función de la comunidad, de los niños.”
HT: Es complejo dedicarse a los más pequeños, ¿Tus afanes se relacionan con tu propia vida?
HT: ¿Precios? ¿Se cobra la entrada?
La entrada es libre, se cobran las instalaciones a cinco pesos por cinco minutos, siempre en moneda nacional. 25 pesos o su equivalente, un CUC, por media hora tratándose del área especial para menores de cuatro años, donde ofertamos juguetes propios de esa edad. Aclaro que en parques similares, privados, es igual, solamente La Maestranza en La Habana Vieja, estatal, cobra 3 pesos.
Debemos considerar que es un parque de barrio, aunque bien ubicado en Centro Habana. De viajar hasta el casco histórico de la ciudad, los clientes gastarían necesariamente mucho más.
HT: Por cierto Mislenis, al comienzo hablaste de un proyecto en ejecución, ¿qué falta?
HT: El Estado brinda facilidad de préstamos a los cuenta propistas, ¿te interesa la oferta?
De préstamos nada, no me interesa y ni siquiera he averiguado. Avanzo con lo mío, no deseo estar endeudada. Ni en Cuba ni antes en España pedí créditos, si quería comprarme algo, esperaba a tener el dinero para hacerlo.
Una visita de sábado indica buena concurrencia al caer la tarde. El Payaso “Mantequilla” hace reír a los chicos y a la par vende entradas. El custodio ayuda a un varoncito con cara de “el malo de la película”, guiando su coche por entre los entretenidos presentes. La muchacha usualmente en la taquilla de control va hacia el castillo “Germán”, porque un niño, al parecer, no encuentra su diversión allá dentro. Viene la obligada pregunta:
HT: ¿Cuál es tu criterio a la hora de seleccionar a los trabajadores?
Creo en los jóvenes con sangre en las venas, energía, simpáticos y pacientes a la vez. Cuando los veo caminar sé si valen para este trabajo. Tenemos cinco trabajadores. De acuerdo con la ley, podemos contratar cinco personas adicionales sin necesidad de impuestos extras, eso pertenece al futuro.
El mínimo obligado por ley ronda los 500 pesos, pagamos mucho más, aún cuando estamos en camino. Inculco a mis trabajadores la necesidad de enfrentar obligaciones, estar aquí es mejor que en la calle. Esto es capitalismo, soy la dueña y les pago para que trabajen. Si juntos avanzamos, el futuro será mejor para todos, aumentará el salario, trabajarán en buenas condiciones, con niños, se sentirán útiles y parte de un proyecto común.
HT: ¿Cómo aprecias el futuro?
Organizo mis prioridades, esta semana arreglo una pared, la próxima otra y la que viene arriba tal vez el baño. Nunca dejamos de abrir, ni siquiera un día en el mes, muchas veces el dinero solamente cubre los gastos, es suficiente porque mantenemos abierto el lugar, no defraudamos las expectativas.
HT: Rechazas la ayuda estatal, ¿podrías resumir tu filosofía?
Dejar a cada cual hacer con su proyecto, avanzar por sí mismos, que cada persona sea responsable de lo que está haciendo. A mí que me dejen, lo que yo sea capaz de hacer es lo que yo voy a tener. Si la casa es tuya, arréglala tú.
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Vicente Morín Aguado: morfamily@correodecuba.cu
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