Un edificio de lujo hecho desastre

Riomar en sus estertores

Por Irina Pino

Bloque trasero de Riomar con piscina.

HAVANA TIMES — Como una gran mole que intenta desafiar los fuertes vientos y las borrascas marinas, se alza el edificio Riomar, situado en la calle 1era entre Cero y A, del reparto Miramar. Una construcción que data de los 50s del pasado siglo. Actualmente es ocupado por unas pocas familias cubanas, entre ellas, la vecina Elsa Torres Camacho.

HT: Quienes lo construyeron y en qué fecha. ¿Cómo se llamaban los dueños
originales?

Elsa Torres: El propietario era la Compañía Mercantil “Propiedad Horizontal Miramar S.A.” El proyecto fue realizado por el Arq. Cristóbal Martínez Márquez.  La
primera etapa de la obra se terminó en 1957.

HT: ¿Fue desde el comienzo un Apart-hotel?

ET: No, era un edificio de propiedad horizontal. Gran parte de los apartamentos ya tenían dueños desde que se inició la obra y por ese motivo la distribución de los locales, el equipamiento y los materiales de terminación empleados en cada apartamento responden al gusto, posibilidades económicas y requerimientos de cada propietario.

HT: ¿Desde cuándo ha vivido en este edificio?

ET: Desde 1960. Creo que soy la persona que lleva más tiempo “viviendo”
(si es que a esto le podemos llamar vida) en este edificio.

HT: ¿Cuál era su apartamento originalmente.

ET: El 852

HT: Hábleme un poco de las condiciones que tenía en aquellos momentos el inmueble.

ET: En 1960 Riomar era un edificio elegante. Además de los 11 pisos de apartamentos, contaba en la planta baja con vestíbulo, carpeta y casilleros para la correspondencia; pizarra telefónica con teléfonos intercomunicadores en cada apartamento para comunicación interna y con salida a la calle; sala de estar-recibidor (donde hoy está la farmacia); tres salones de fiestas (los que están entre el vestíbulo y el área exterior de las piscinas); dos
piscinas (para niños y adultos) con sombrillas, tumbonas, duchas en las áreas exteriores, servicios sanitarios para hombres y mujeres, máquinas expedidoras de refrescos, confituras, etc.; 6 ascensores (4 de público, 1 de la piscina y 1 de carga); una plaza de parqueo en el sótano para cada apartamento; áreas de tender cerradas con puertas y celosías en la azotea
para cada apartamento; chutes de basura en cada piso con incinerador en el sótano.

Parte del bloque trasero del edificio Riomar.

Los vecinos pagábamos una cantidad mensual para el mantenimiento de los apartamentos que cubría todos los gastos de cualquier arreglo (inmediato) de plomería, electricidad, carpintería, etc. Había un grupo de camareras que limpiaban diariamente los pasillos de todos los pisos y todas las áreas comunes del edificio. También había empleados que se encargaban de la limpieza de la piscina y las áreas exteriores.

HT: ¿Exactamente cuántos apartamentos tiene?

ET: Tiene 201.

HT: ¿En qué año vinieron y cuando se marcharon los técnicos extranjeros que habitaban en los apartamentos? ¿Cuándo los ocuparon los cubanos? O convivían juntos cubanos y extranjeros, explícame esto.

ET: Los técnicos extranjeros comenzaron a venir alrededor de 1960. Al principio había muchos latinoamericanos, principalmente chilenos. También había algunos americanos, pero la mayoría eran del campo socialista, principalmente rusos, aunque también había alemanes, búlgaros, checos, etc. Los trajeron a ocupar los apartamentos que iban quedando vacíos de los propietarios cubanos que se iban del país. También trajeron para el edificio algunos profesionales cubanos de prestigio que vivían en el interior y debían venir a realizar sus labores en La Habana y cubanos repatriados. Son 4 de las familias que aún viven aquí.

HT: Después que se fueron los técnicos extranjeros y empezaron a vivir cubanos, ¿sabe si los apartamentos se los asignaban a cualquier persona sin vivienda o si debían tener ciertos requisitos, los ocuparon todos?

ET: No, aquí no vino más nadie nuevo, al contrario, los que estábamos aquí, siempre hemos estado locos por salir de este lugar,  y en estos 20 años los vecinos no hemos dejado de escribir cartas a TODOS los niveles solicitando que nos saquen de aquí y hemos adjuntado informes de ingenieros estructurales alertando sobre la necesidad de realizar acciones urgentes de reparación y mantenimiento de la estructura y no nos han hecho caso. Solo
en una ocasión nos escucharon y repararon una columna del sótano. Yo conservo las copias de todas las cartas e informes que hemos escrito.

Los apartamentos que quedaron vacíos cuando sacaron a los extranjeros, siguen vacíos. Son 187 buenos apartamentos los que están vacíos desde hace mas de 20 años (201 en total-14 habitados=187). ¿No crees que habría sido ya el colmo de la discriminación con los cubanos si los hubieran traído después de sacar a los extranjeros porque no había condiciones para vivir aquí? ¡Que nos dejaran a nosotros que ya estábamos aquí no se notaba tanto! ¿Verdad?

Parte trasera del edificio Riomar.

Cuando la tormenta del siglo (1993) éramos 16 las familias cubanas, pero una logró que les dieran una casa en el Náutico y otra se fue del país. Las 14 familias que quedamos somos propietarios por alguna de estas vías:

– Son herederos (de alguna forma) de los propietarios originales
– Vivían aquí en un apartamento alquilado cuando la ley de reforma urbana (de principios de los 60) y en virtud de esa ley les entregaron la propiedad
– Son profesionales del interior que los trajeron para La Habana y les dieron
vivienda aquí al principio de los 60
– Son repatriados que les dieron vivienda aquí al principio de los 60
¿Suficiente? ¿Aclarada tu duda?

HT: ¿Cuánto tiempo duró la época dorada del edificio?

ET: ¿“Dorada”? Bueno, podemos considerarla así mientras hubo piscina. Eso fue como hasta alrededor de 1980.

HT: ¿El deterioro del edificio fue gradual, por falta de reparaciones regulares o existieron otras condiciones para que esto se produjera?

ET: Sí, también hubo deterioro gradual del edificio, como todo edificio al que no se le da mantenimiento durante décadas, y peor aún si es un edificio junto al mar. Por eso cuando penetró el mar pudo hacer “zafra” con él.

HT: Con el tiempo algunas empresas o firmas asumieron la reparación del edificio, pero luego esto cambió. ¿Por qué no siguieron con el proyecto?

ET: La única empresa que asumió algo aquí fue Cubalse (la dueña del edificio) que no tuvo dinero para el monto de esta inversión. En 2001 plantearon que había dinero para hacer la reparación total del edificio y por eso acondicionaron y nos mudaron hacia los apartamentos del bloque central del edificio, pues los trabajos iban a comenzar por los otros 4 bloques, que es donde está la mayor parte de nuestros apartamentos originales. Luego de la mudada, no hubo más dinero.

HT: Entonces de los cinco bloques, solo el bloque central está activo. ¿No tiene información de algún ingeniero civil o arquitecto, si este podría ser afectado por los edificios colindantes en un futuro, debido al creciente deterioro de estos?

ET: Claro que sí. Además de los bloques que conforman el edificio, los dos más deteriorados y con mayor amenaza de derrumbe son precisamente los que no se ven desde la calle, los que están junto al mar.

HT: ¿Cuántas familias viven ahora?

Piscina y parte trasera del edificio.

ET: Solo 14 familias.

HT: ¿Le ofrecieron alguna vez a Ud. o a los demás vecinos otros lugares para establecer su residencia?

ET: No, a pesar de las innumerables gestiones que hemos hecho “a todos los niveles” y siempre sin recibir respuesta.

HT: ¿Y en la actualidad, se ha hecho alguna gestión con alguna institución del estado ante el desmoronamiento de este inmueble?

ET: INNUMERABLES. Llevamos 20 años escribiendo cartas a todos los Presidentes de Cubalse, de Palco y hasta de la República.

HT: ¿Cree que la gente que habita este edificio se ha acostumbrado de alguna manera a esta situación, conoce de algunos que planean mudarse o buscar otras alternativas? ¿Y Ud. que hará en el futuro?

ET: Bueno, permutar no podemos por razones obvias, además la mayoría somos propietarios de otros apartamentos que no son los que ocupamos hoy y ni siquiera nos legalizan ni nos entregan estas propiedades a cambio de las nuestras.

El rostro de Elsa muestra signos de cansancio. Me abstengo de hacerle más preguntas.

HT: Gracias por su colaboración y buena suerte.

La espera de Elsa y los otros vecinos se ha convertido en una resignación.  Todavía habrá quienes aún se aferren a la esperanza de haya alguien que tome cartas del asunto en la reparación de este edificio, que en sus mejores tiempos tuvo todas las condiciones para vivir.  Pero esta reparación, costaría millones y quizás ya no tenga salvación por su estado actual, pero la pregunta queda suspendida: ¿qué empresa arriesgaría un presupuesto tan grande para un edificio de vivienda que no revertirá algún tipo de ganancia económica a largo plazo?

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