TostoneT, una empresa cubana con vocación social

Por Irina Echarry  Photos: Caridad

HAVANA TIMES — Desde octubre de 2012, una pequeña empresa instalada en la zona más céntrica del Vedado capitalino, intenta sobrevivir y llevar adelante sus proyectos. Cumpliendo con los elementos básicos del marketing -nombres cortos, sonoros y fáciles de recordar-, sus fundadores escogieron el simpático nombre de TostoneT, simbiosis del tostón cubano con las nuevas tecnologías.

Liber Puente Baró, además de ser el líder de TostoneT, imparte clases sobre cómo utilizar las tecnologías para los negocios, y conoce bien las “virtudes y defectos” del trabajo por cuenta propia en Cuba. Desde el inicio advirtió: “Existe un reconocimiento tácito del cuentapropismo en Cuba -Raúl Castro dijo que llegó para quedarse- pero no hay medidas que favorezcan y faciliten el desarrollo y desenvolvimiento del trabajador particular”.

Robert Glez y Liber Puerte Baró

HT: ¿A qué se dedica TostoneT?

LPB: A la reparación, mantenimiento y configuración de laptops, PCs, impresoras y teléfonos, así como al diseño, edición e impresión de documentos, imágenes y otros soportes, y al desarrollo y comercialización de software. También tenemos un servicio de actualización del software de las cajitas para televisores para que tengan más prestaciones. Hay una institución cubana que publica esos softwares, pero casi nadie lo sabe, pues un alto por ciento de cubanos no tiene acceso a Internet y los que lo tienen conocen poco de la información disponible desde los portales nacionales.

Para abrir el negocio tuvieron que solicitar varias licencias: una de reparador de equipos de oficina, otra de fotografía que les permite hacer impresiones, y ahora la de agente de telecomunicaciones de Etecsa. Más allá de esos servicios, TostoneT tiene sueños que no puede realizar por falta de infraestructura. Según Liber, los cubanos hemos dejado de ser mimados, por eso su empresa se propone recuperar el hábito de atendernos.

LPB: En Cuba se le teme mucho a los negocios, la imagen que tenemos es la de un tipo haciéndose rico, pero es más que eso. Es fundamental que los pequeños negocios se basen en el principio de economía comunitaria y socialmente responsable. Como quiera que sea el negocio cambia a la comunidad: por la publicidad, por el servicio que brinda.

HT: Algunos creen que cuando una laptop se rompe, termina su vida útil. ¿Cómo consiguen las piezas de repuesto?

LPB: Compramos laptops rotas para sacar de ahí las piezas de repuesto, aunque no es suficiente. Tenemos un proyecto en mente que, además de facilitarnos piezas, propiciaría el acercamiento y la interacción de los turistas con la comunidad. Sería un intercambio, los visitantes traerían equipos rotos o en desuso y nosotros le ofreceríamos algún producto o servicio: una gira turística por la comunidad, alguna artesanía, etc. Sería una oportunidad para los trabajadores independientes, pues darían salida a sus productos; para el turista, que se llevaría un beneficio; y para nosotros, pues nos permitiría ampliar nuestros servicios. Estos pequeños negocios tienen muy limitado el margen de creación.

Muchas empresas cubanas no tienen solución para las laptop rotas, además, no les interesa arreglarlas; prefieren comprar una nueva. O sea, nosotros, un país pobre, nos damos el lujo de repetir la misma filosofía de comprar y botar que incluso los países ricos se están cuestionando.

En el mundo hay mucha tecnología que se desecha debido a la obsolescencia programada: una maldición con la que hay que saber vivir. Países e individuos se dan el lujo de descartar una tecnología que costó años en producirla, solo porque ya no es atractiva o no es suficientemente rápida o los software que se usan no son compatibles, etc. Y no me refiero al tiempo exacto de su producción, sino de llegar hasta ese nivel de conocimientos, porque los seres humanos estamos viviendo el beneficio de 200 años de civilización, desarrollo, revolución industrial y tecnológica. La obsolescencia programada es una justificación para el consumismo, el derroche e, indirectamente, dañar a la naturaleza.

HT: ¿Qué otros proyectos pudiera llevar adelante TostoneT?

LPB: Muchos, pero hace falta infraestructura. No tiene gracia que Copextel nos dé cinco computadoras nuevas, porque estaríamos repitiendo el mismo modelo. Hemos discutido proyectos con las autoridades del Gobierno local -formamos parte de la comisión de trabajo comunitario del Consejo Popular- para propiciar soluciones a muchos de los problemas que existen en la comunidad, que se han ido postergando y las tecnologías de información y comunicación pueden resolver de una manera coherente; son soluciones que ya están en el mundo, no estamos inventando la rueda.

HT: ¿Algún proyecto específico?

LBP: Informatizar la captura de datos de temas epidemiológicos en los Consultorios del Médico de la Familia. Aquí se hace manual y bajo pocos sistemas de regularidad. Los médicos explican que es un trabajo laborioso, incómodo, tenso y del cual no ven los resultados, porque los datos no se usan correctamente. Nosotros le damos una importancia triple a ese proyecto. Primero porque no se valora bien el esfuerzo que hace el Gobierno por tener un médico en cada comunidad; el profesional se agobia con la cantidad de tareas que tiene sobre sí: atender el Programa Materno-Infantil, el tema epidemiológico, los pacientes habituales, los de la tercera edad, las embarazadas, tiene que hacer visitas a las casas, en fin, es tanta la demanda que termina por estresar el sistema. En segundo lugar, somos un país tropical y necesitamos tener un programa de control epidemiológico que esté montado sobre un sistema informático que funcione bien. Por último está el turismo, que es una fuente de ingresos para el país, por lo que el tema de la salud es muy sensible: un brote de alguna enfermedad puede ser muy dañino para la persona, la familia o el entorno, y para la imagen de país que proyectamos.

HT: ¿Les han abierto las puertas para que ejecuten el proyecto?

LPB: Sí, pero tendríamos que ponerlo todo. Contamos con el apoyo de la presidenta del consejo popular, la directora del policlínico lo aprueba aunque no tiene computadoras; sabemos que en los consultorios tampoco hay. La dirección de Etecsa plantea que no saben cómo hacer esa red. Nosotros no somos magos, pero sabemos que eso se logra con equipos de prestaciones mínimas.

En este municipio hay varios ministerios y empresas que tiran equipos como chatarra tecnológica. TostoneT tiene contrato con la Empresa de Materia Prima, no para darle chatarra, sino para que ellos nos permitan adquirir la chatarra tecnológica de otros lugares. Generalmente a los equipos se le daña algún elemento específico y hay muchos otros componentes que siguen siendo útiles, pero no hay conciencia sobre el asunto.

HT: ¿Qué otros obstáculos o limitaciones deben enfrentar?

LPB: Es complicado, llevo dos meses para sacar un crédito del banco de solo 20 mil pesos, que serían 800 cuc; eso no alcanza ni para cubrir los gastos del mes. Queremos hacerlo todo coherente, sin tener financiamiento de afuera. Hay empresas que nos han contratado servicios de un volumen determinado, pero la tasa de impuestos también es real, nos cobran el 50 por ciento de los ingresos, no de las utilidades, incluyen el 10 por ciento de las ventas mensuales. Y no contemplan el gasto de lo que se invierte en brindar los servicios.

HT: Pero ya TostoneT cumplió tres años…

LPB: Sí, estamos con vida bajo condiciones de mucha incertidumbre, porque no hay insumos, partes y piezas que te garanticen hacer bien tu trabajo. Todos sabemos que no hay mercado mayorista destinado a satisfacer nuestras necesidades.

HT: ¿Es posible comprar piezas al por mayor en otro país?

LPB: Puedo traerlas como individuo, no por la vía comercial; debo pagar un impuesto de aduana, los llamados aranceles, que lo hacen todos los países para proteger su mercado nacional, pero aquí no hay mercado interno; en Cuba no hay ni pasta térmica.

HT: ¿Esa sería la dificultad: la inexistencia de un mercado nacional?

LPB: No, esa es la punta del iceberg. Aquí no existe ninguna distinción entre cuentapropista e individuo, salvo la cuenta bancaria corriente y los impuestos a pagar. Y eso no está bien porque nosotros aportamos a la seguridad social directamente, con ingresos. Trabajamos de forma abierta y en la mayoría de los casos hemos dispuesto invertir en Cuba los recursos que tenemos.

No es que tengan más méritos los que se quedan, yo creo que todos somos cubanos con el mismo nivel de dignidad, solo diferimos en el rumbo que escogemos. Pero los que se quedan deberían tener el respeto y el reconocimiento de los que están acá, porque decidieron quedarse aquí con todo lo que implica atar tu futuro a lo que pase en este país. Tú puedes tener éxito en el negocio que si el país va decreciendo tu negocio ni se va a ver ni lo vas a sentir tan próspero. O sea, a la vez que hagas un negocio aquí siempre estarás ligado a la suerte y al destino del país.

El taller de TostoneT está ubicado en Calle K, No. 422, e/ 21 y 23, Vedado; justo al fondo del parqueo de Coppelia.

HT: ¿Qué otros obstáculos y limitaciones tiene que enfrentar un cuentapropista?

LPB: Una de las cosas más fáciles que pudiera hacer el Gobierno es brindarnos capacitación, y no lo hace. Después están todas las tasas y compromisos que nos imponen. En la Ley de Inversión Extranjera un inversionista, sobre todo, en la zona especial de Mariel, tiene hasta ocho años para empezar a pagar impuestos; sin embargo, a nosotros solo nos dan tres meses.

Yo creo que si nos facilitaran más oportunidades de crecer, establecernos bien y después pagar impuestos, los ingresos del cuentapropismo al país serían mayores. Aquí tampoco hay “capital semilla” que es como se le llama al dinero que se necesita para comenzar un negocio. Empiezas y solo después de un tiempo es que puedes solicitar créditos al banco. Esa es una limitación grande porque la gran mayoría no tenemos ese dinero, entonces hay que buscar préstamos de familiares o amigos.

Está limitado el asunto del alquiler y renta de locales para oficinas y/o talleres, el tema del alquiler, renta o compra de transporte. El transporte para un negocio no es un lujo, es una necesidad porque tenemos que adquirir insumos, partes y piezas para poder brindar un servicio.

Otra cuestión-tan esencial como las demás- es el recurso humano. Solo no se puede hacer algo grande y TostoneT no ha sido la excepción, ni siquiera por mí que he entregado mi tiempo a construirlo. Empezamos Roberto González Pérez y yo, junto a nuestras familias allegadas, luego se fueron sumando personas valerosas, motivadas y competentes. También hemos debido prescindir de otras, pues no siempre aparece gente dispuesta a trabajar duro, diariamente y sin ser chequeadas con asiduidad; es un desafío encontrar el personal adecuado para el equipo.

HT: Con todas estas contrariedades ¿por qué mantienes el negocio en Cuba?

LPB: Muchos me dicen que es absurdo, que con mis conocimientos pudiera tener un mejor negocio en otro país, pero la gracia es hacerlo aquí. Eso tiene una mezcla de patriotismo con sentido de pertenencia. Yo soy un resultado de la Revolución: mi familia es bien pobre, soy el primer profesional de ambos lados de mi familia, soy de un segmento social más bien desplazado: mis familiares son casi todos obreros, gente simple, negros rumberos y de sociedad. Aunque tengo algunos parientes que residen fuera, todas mis raíces y mis vínculos son de acá. Y sí, es cierto, se puede tener resultados positivos y mejoramiento económico, sin embargo, no van a estar ligado a lo que me hizo, por lo que para mí no tendría el mismo sabor. Mi deseo es construir algo nuevo con las mismas piedras y minerales que me hicieron. Puede sonar altruista, ilusorio, pero voy a disfrutar más la obra final.

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