Martin Guevara: ¿Es una persona de izquierda, de derecha, centro?

Yusimí Rodríguez

Martín Guevara en Frankfurt (2010).

HAVANA TIMES — Disfruto la lectura de un texto donde encuentro ideas con las que puedo identificarme, reflexiones que siento como salidas de mi mente. Más aún disfruto uno cuyo contenido me obliga a detenerme en argumentos que no había considerado antes, que me «pincha» y me deja pensando.

En este grupo incluyo los de Martín Guevara, quien prefiere «mostrar que juzgar», al escribir. La ironía de sus textos está en los hechos que plasma, más que en las palabras, sin que su escritura deje de resultar inteligente y elegante.

Como a muchos lectores, su parentesco con Ernesto Guevara despertó mi curiosidad, principalmente por lo incisivo de sus textos. ¿Quién es este hombre? ¿Qué peso ha tenido ser el sobrino del Ché en su vida y visión de la realidad? ¿Es una persona de izquierda, de derecha, centro?

Durante meses, me hice estas, entre muchas otras preguntas. La oportunidad de responderlas llegó cuando Martín Guevara accedió a ser entrevistado para Havana Times. El intercambio por correo electrónico comenzó hace alrededor de un mes, y sus respuestas han atizado más mi curiosidad, pero la entrevista debía terminar en algún momento. Espero que su libro “A la sombra de un mito”, que será publicado en español e inglés, termine de satisfacer mi curiosidad.

Martin nació en 1963 en Argentina y vivió en Cuba doce años, pero se fue definitivamente en 1988. Ha regresado varias veces para visitar a su hijo, madre y otros familiares, aunque no tenía permiso para vivir en la isla. Hace 17 años radica en España, con su esposa y un hijo menor. Este hombre que se define como autodidacta en todo escribe para sus blogs y algunos medios.

En Cuba, tuvo privilegios “como todo familiar de lo llamado coloquialmente pinchos. El dinero es sólo un medio hacia el poder. Cuando él proporciona todo aquello que se persigue con el dinero, el poder se convierte en el elemento diferenciador de las clases sociales y castas. En los países del Segundo Mundo, el poder de compra del dinero se cambió por un poder absoluto. Por eso es comparable tener dos coches Lada y una casa en la playa, patas de jamón en la casa y un par de sirvientes disfrazados de militares en un modo de sociedad igualitaria, con tener millones en una sociedad de clases”.

HT: ¿En qué momento y por qué dejó de ser partidario del régimen cubano? (Asumiendo que lo fue en algún momento).

Martín en su habitación en el Hotel Habana Libre.

MG: Nunca llegué a serlo del cubano ni de régimen alguno. Pertenezco al sector crítico, no por disidencia política sino por exigencia de libertades individuales, a ese régimen y a todo el que las reprima. Pero de niño, era pionero, y las ideas revolucionarias entraron en mi espíritu aventurero y soñador con fuerza increíble. Mi falta de temeridad y lo que vi desde pequeño alrededor de nuestro exilio, de mi padre y de sus amistades, me hicieron no considerar buena la violencia jamás.

El desencanto fue gradual; además, el mecanismo de autocensura implementado en los países socialistas, es mucho más profundo que lo imaginable desde otras sociedades. Tengo amigos que han precisado varios años para hablar de los dirigentes cubanos sin cuidarse de alzar la voz, sin usar seudónimos o gesticulaciones representando la barba con la mano. Años hasta entender qué significa el derecho a pensar como les de la gana, mientras esto no invada la libertad y el derecho ajeno.

Por ende veo difícil responder a esa pregunta. En todo caso, desde adolescente presenté problemas en las escuelas, era del tipo indisciplinado creciendo hacia lo denominado lumpen allá. Ese es el terreno contestatario que yo defendía, y en el cual de algún modo sigo creyendo considerándome un hijo de la generación rock.

HT: En una entrevista dijo que necesitó escapar de la sombra de Ernesto Guevara, entre otras cosas para rescatar el cariño que le tenía por su aspecto quijotesco. ¿Cómo lidia con los fusilamientos que llevó a cabo?

MG: Tiene que ver con el espíritu de cada uno, otros primos míos no sintieron ese peso en sus hombros; lo que sí es objetivo es que cuando se tiene un Mito de ese tamaño, que encima murió por los pobres del mundo antes de los cuarenta, tan parecido a otros mitos universales, seguramente sólo se será un “sobrino de”, un “hijo de” o un “nieto de”, etc. Y se perecerá ante toda comparación posible.

En mi caso, con mi padre ya emulando a su hermano, preso político en Argentina, me era doblemente complicado crecer y aportar algo nuevo como ser socialmente útil, acorde con lo que se esperaba de mí. Me resultaba un camino más espinoso, pero más fácil para obtener cierto éxito, ser el anti héroe, sucio, desaliñado y poco disciplinado, diferenciarme en lo políticamente incorrecto, que no significa lo “negativo” ya que en muchas cosas lo considero aún positivo.

En la piscina del Habana Libre.

Esa fue la primera forma, que utilicé para distanciarme en mi cerebro de su sombra. Con el tiempo me alejé de todo lo relacionado con la izquierda, la derecha, con que nadie supiese que era familia de ese icono, positivo para muchos y negativo para otros. Cuando supe a los diez años que había tenido un tío así y que había muerto hacía años, fue una mezcla de orgullo y pena. Al ir creciendo esa fascinación se convirtió en pugna.

Sobre los fusilamientos y toda la violencia, como medio para eliminar la violencia, la represión como medio para mejorar el Mundo, el daño y el dolor para hacer florecer una sociedad de felicidad, he meditado mucho. Mis conclusiones me alejan de lo que creían aquellos revolucionarios del 1959, entre quienes había muchos muy bien intencionados.

La creo contraproducente a la corta y a la larga. No entro en el terreno de la culpabilidad de los condenados, sé que muchos eran torturadores. Pero no por ello creo conveniente hacer lo mismo que decimos hay que cambiar. En mi tío veo una cantidad de virtudes raras y complejas, que no erradican sus errores o desaciertos, pero dejo que sean criticados y expuestos por quienes los padecieron.

Creo que tuvo la extraña cualidad de poner siempre el pellejo en lo que pensaba, de no mentir ni siquiera en eso, cuando dijo en Naciones Unidas “Nosotros hemos fusilado, fusilamos y fusilaremos” , es una declaración durísima, pero ya querríamos que en este mundo de cientos de millones muertos por avaricia y violencia, escuchásemos al menos esas palabras de sus responsables: “Hemos hambreado, hambreamos y hambrearemos a África para obtener el diamante” o “Hemos bombardeado y bombardearemos para quedarnos con los beneficios” , etc.

Terminé por tener mi propio pensamiento no condicionado por la generación de mi padre, ni por el influjo de mi tío. Estoy convencido de que únicamente desde el amor a la Humanidad, el respeto a nuestros semejantes y diferentes, la búsqueda de una sociedad mejor en todo sentido, la libertad total y el crecimiento cultural y económico, llegaremos a la paz y a la felicidad en el mundo, podremos quebrar ese artificial círculo vicioso de Guerra-Paz-Guerra, que nos han hecho ver, de manera muy interesada, como natural.

HT: ¿Qué le hace afirmar que Ernesto Guevara era un desastre como ministro?

MG: Fundamentalmente mi afecto hacia él. Esa búsqueda de que en definitiva lo que él era es lo que terminó siendo, un Quijote algo Sandokán, que se quedó sólo en una selva como se quedan los grandes, con una Utopía, llamándole Rocinante a su caballo. Por último, los resultados de las políticas económicas, aunque creo que su idea de la autogestión de empresas era mejor que la política de económica centralista de lineamiento total con la URSS, que terminó imponiéndose. Pero para mí ser un mal político no es un defecto sino una virtud.

HT: ¿Rescataría algo de Fidel Castro?

MG: En lo personal, cosas como asombrosas en una personalidad. Pero, por el bien común de un país, no rescataría mucho. Si me pregunta de la Revolución, tengo muchas otras cosas que contestar. Fidel será seguramente objeto de estudio, porque tanto para sus seguidores en el mundo, como para sus detractores, no ha pasado inadvertido. Nunca vi a nadie que se acerque al nivel de control sobre todo, que era capaz Fidel.

Retrato de niño.

Obviamente la confianza en sí mismo, la demostración de que contraviniendo el academicismo se puede llegar a donde uno quiera, el ejemplo de hasta dónde puede llegar el ego, son aspectos en los que, si algún día me interesase indagar, estudiaría a Fidel.

En el mundo necesitamos cambiar esa tendencia que nos gobiernen caudillos, cambiar los líderes absolutos por gestores de la administración.

HT: La respuesta a mi siguiente pregunta solo puede ser una especulación y nunca conoceremos la realidad, ¿pero qué cree que pensaría su tío de los cambios que tienen lugar en Cuba?

MG: Responderé aprovechando una frase que a menudo me decían los profesores, directores y cederistas, en Cuba, cuando creían que había hecho algo incorrecto: “Ay si el Che se despertase de la tumba y te viese, se volvía a meter en ella”.

Pues les digo a quienes están derrumbando aquello por lo que tanto reprimieron, “Ay si el Che se levantara de su tumba y los viese, se volvía a meter en ella, pero antes seguramente les pelaba bien el trasero”!

HT: Leyendo sus posts se tiene la sensación de que el gobierno Revolucionario, con Fidel Castro a la cabeza, no tuvo más que desaciertos y no trajo ningún beneficio al pueblo. ¿Eso piensa?

MG: Creo que nadie puede asegurar con cierta seriedad que en cincuenta años nada en un país ha sido bueno, o ninguna política, acertada. Pero pienso que al contraponer los (muchos) aciertos, y los desmanes, los desaciertos y sus consecuencias, para terminar asistiendo a la negación de todo ese enorme esfuerzo hecho por el pueblo cubano (no olvidemos que detrás de todo experimento de este calibre hay y hubo un pueblo), y el regreso al capitalismo por quienes lo negaron, el resultado es más bien negativo.

Es el primer país donde esto sucede, en Vietnam no fue Ho Chi Min, ni Mao en China, ni Lenin en la URSS, ni Ulan Bator en Mongolia, ni Bem Bella, ni Neto, ni Marian, ni Machel en Mozambique, quienes desataron el proceso de regreso al capitalismo. No me corresponde juzgar; prefiero escribir y mostrar, pero creo que tocará a los cubanos analizar esto y tener en cuenta el chiste que se decía en Alemania cuando cayó el socialismo: “Nos hemos encontrado con que todo lo que nos decían del socialismo era una mentira, sin embargo lo que nos advertían el capitalismo era todo verdad”.

HT: En su post “Helms Castro”, sobre el bloqueo norteamericano a Cuba, afirma que para el gobierno de Estados Unidos, que lo ha ido incrementando a lo largo de cincuenta años, resulta obvio que apuesta a su efectividad para derrocar a un tirano que se mantiene a fuerza de represión. ¿Considera usted que es solo a fuerza de represión que se ha mantenido el régimen cubano, descarta que haya cubanos que apoyan genuinamente a los líderes y ven el régimen como la mejor opción para el país?

Cueva de los Portales con mi amiga Olguita Suárez que trabajaba en el periódico Tribuna de la Habana y con un pomo guayabita del Pinar, en Pinar del Río, y ahí precisamente mi tío estuvo a cargo de un puesto centinela cuando fueron los sucesos de Playa Girón

MG: Quise hacer énfasis en lo útil que resultó para las políticas extremistas, y como cualquier cosa que destensara la cuerda no era bienvenida por quienes querían mantener dicha tensión por diferentes razones. Unos en su exilio para una mayor atención del gobierno, y otros en su trono de poder, porque el llamado a la unificación tras consignas patrióticas, frente a amenazas nacionales, es de una eficacia máxima.

Yendo a si sólo con represión se ha mantenido 55 años de gobierno, por supuesto que no. Lo respondí en la pregunta anterior. Pero sí opino que el ingrediente represión, autoritarismo, lo “obligantario” una mezcla de voluntario con obligado, ha estado presente en todos los platos.

El modo en que se inoculó la autocensura en los países mal llamados “Socialistas” debería ser estudiado. En casi todos, con escasas excepciones, la gente prefería lanzarse a un bosque congelado, a un muro guardado por centinelas dispuestos a matar, antes que enfrentar la situación, o siquiera considerar seriamente la posibilidad de protagonizar un cambio.

En Cuba había problemas muy concretos cuando se hizo la Revolución, en ella participaron muchos sectores, no era un movimiento monolítico ni mucho menos.

Durante más de medio siglo por un solo gobierno, se han hecho cosas de todo tipo. Algunas espectacularmente buenas y otras magistralmente malas.

Hay países donde en un trimestre se concentra la misma cifra de muertos por asuntos de delincuencia común, que ha habido durante 55 años en Cuba. Eso no es un logro menor. Hay países que en 55 años han contado con más de veinte gobiernos distintos elegidos por el pueblo, esa no es una rémora menor.

HT: ¿Le reconoce algún derecho a los gobiernos norteamericanos de proponerse derrocar el régimen cubano?

MG: Ningún derecho a ningún gobierno de ningún sitio a derrocar a nadie. Ni siquiera a meterse en los asuntos de otros, sobre todo si cada uno tenemos tanto que arreglar en nuestras propias casas, excepto en caso de una eclosión, de una calamidad, de necesidad humanitaria.

Es difícil establecer la línea, pero en la Segunda Guerra Mundial, la participación de los Aliados contra Hitler sí fue buena y a la vez tremendamente injerencista. Cuando las matanzas de Ruanda, se extrañó mucho la injerencia de todas las naciones; a nadie de ningún signo político le importó un pimiento. No había diamantes ni situación estratégica, ni oro, ni opio.

De igual forma, no le reconozco ni a la nomenclatura del PCC, ni a ningún autoritarismo impedir a su pueblo distintas formas de gobierno.

HT: Del mismo post “Helms Castro”, se deduce que para el gobierno cubano sería desastroso que el bloqueo desapareciera mañana. ¿Por qué el gobierno norteamericano no lo levanta, si su objetivo es “derrocar al tirano que se mantiene a fuerza de represión”?

MG: Me refería a los años pasados. La situación ahora es muy diferente, Raúl está trabajando duro, implicándose en los cambios. Por supuesto habrá cosas mal hechas y errores, pero los aciertos son sólo de quienes lo intentan, y Raúl está moviendo ficha de un modo conservador pero también arriesgado. Prefiero eso al inmovilismo. En esta nueva situación, con las conversaciones que ya deben estarse produciendo a todo nivel entre EEUU y Cuba, con los viajes de los cubanos a Miami, es otro panorama que la Cuba que yo conocía, donde sólo mencionar el deseo de ir a Miami podía acarrear graves consecuencias. En este panorama no creo que al gobierno le convenga el bloqueo, porque no está ya instalado en la intransigencia, o mejor dicho en la “representación pública” de dicha intransigencia. Pienso que caminan ambos, con mucho criterio hacia ese desbloqueo. Pero sí, creo que los extremos se unen; aunque aparentemente presenten objetivos distintos, son idénticos en tácticas.

Cueva de Girón

HT: ¿Qué opina de las recientes revelaciones sobre el programa Zunzuneo*?

MG: Nadie tiene exclusividad sobre la necedad, mucho menos el gobierno cubano. Si el hombre aprendiese de sus propios errores y aciertos, hace siglos estaríamos libres de ser gobernados por tunantes, truhanes, timadores, chupasangres y represores. Pero parece ser que no aprendemos todo lo rápido que nos gustaría. A la URSS se la comieron desembarcando en un vaquero Levi’s, en una hamburguesa Mc Donald’s y en la MTV, jamás les habrían ganado en una guerra.

Si al final lo que todos quieren, pienso yo, es vivir en paz, es que de una vez se cumplan las promesas iniciales de aquella revolución ya lejana en el tiempo, pero no en la vigencia de sus razones, de las necesidades de cambiar el mundo hacia algo mejor. Donde haya garantía de derechos y libertades. Ni más ni menos.

HT: ¿Se siente argentino o cubano?

MG: Ahora debo incluir español en esa lista, es un triángulo identitario curioso. España era la Metrópolis, y Cuba y Argentina, son los dos países con mayor raigambre española de allende los mares. En el caso de Cuba por partida doble, por ser el segundo sitio a donde llegaron y por recibir emigrantes españoles hasta el triunfo de la Revolución, y en Argentina por ser el último país de la conquista de América, pero también con una recepción de emigrantes hasta hoy. Soy parte de los tres. A comer aprendí en Argentina, a beber y guarachar en Cuba, a formar familia y pagar mis impuestos en España.

HT: Mi última pregunta puede resultarle un poco agresiva, pero usted afirmó que “cuando se tiene un Mito de ese tamaño, que encima murió por los pobres del mundo antes de los cuarenta, con barba y delgado, tan parecido a otros mitos universales, hay que contar que sólo se será un “sobrino de”, un “hijo de” o un “nieto de”, etc.” ¿Sin embargo, no cree que termina por ser una ventaja; no le debe el interés de los lectores en su blog, la publicación de su libro en español e inglés, y el reconocimiento derivado de estas cosas, a su parentesco con Ernesto Guevara?

En el monte con mi mujer.

MG: Es interesante esta pregunta, pero me daría pie a una respuesta tan larga que sería casi un libro de reflexiones y revelaciones. Seré lo breve que pueda.

Durante los años que viví en Cuba por supuesto que una cara exterior de ese parentesco es que vivía mejor que los demás, o se me toleraban cosas que a los demás no. Aunque esa moneda tenía otra cara, cada uno es como es, y yo ese desafío en mi desarrollo como niño que se va convirtiendo en adulto no lo atravesé con la mayor naturalidad. Había un proceso de fascinación y a la vez rechazo de ese mito, de ese tótem que arrojaba una sombra poderosa, por supuesto a pesar de él. Nada de esto intenta definir a mi tío o mis padres, sino a mí mismo.
Fuera de la isla ese peso no disminuyó, se acrecentó.

El ejemplo mayor que tengo en vida en el sentido de honrar su recuerdo, es mi tía Celia, que nunca, ha aprovechado nada por ser hermana de Ernesto, siendo la persona viva que más lo conocía a lo cortito, su respeto y su cariño por su hermano es máximo y quizás por ello mismo nunca ha obtenido prebendas. Ella ha dado mucho a los demás, como arquitecta cuando su hermano la invitó a trabajar a Cuba en los ‘60, como hermana de mi padre atendiéndolo durante el tiempo que estuvo preso y por cierto Cuba no movió ni un dedo, ya que la URSS era amiga del Gobierno Militar argentino porque éste le vendía el trigo rompiendo el bloqueo norteamericano de trigo a los soviéticos.

Me aparté durante muchos años de esa sombra. Ahora cuento estas cosas, y muchas más relacionadas con lo que pienso que puede hacer bien a la gente, en principio por la concordia de Cuba, pero en realidad para todo el que le sirva y he utilizado para ello la misma loza que me apisonó.

La diferencia con la gran mayoría es quizás que no empecé a usar ese parentesco para hablar cosas condescendientes, sino cosas incómodas, me he granjeado inconvenientes, discusiones, y no poca animadversión.

Muy probablemente Ernesto se sintiese molesto si viese que uso mi parentesco con él para decir unas cuantas cosas, pero ten por seguro que no se sentiría nada cómodo, con todos aquellos aduladores que usan su nombre para vivir de él, y encima esconder, tapar y ser cómplices de algunas injusticias. Esto es muy importante recordarlo y recalcarlo, él dejó pautas muy claras a sus seguidores de lo que él consideraba ser cabal, en la carta de despedida a sus niños cuando dijo:

“Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más profundo cualquier injusticia cometida en cualquier parte del mundo.”

En Londres con mi hijo menor.

Atentos, no dijo en cualquier parte “excepto en Cuba”; les dejó claro que hay que denunciarlo en cualquier sitio del mundo, porque era, según continuaba su epístola: “la cualidad más linda de un revolucionario”.

Vamos a vivir una sola vida, es importante vivirla de manera tal de reconocernos en cada acto, si después resulta que tenemos la suerte de que hay reencarnación, pues mira, mucho mejor, pero tampoco habremos perdido nada. Es por eso que no me considero ni de izquierdas ni de derechas de una manera monolítico, frente a ciertas cosas opino de una manera y frente a otras de otra. Y sobre todo con las manipulaciones de la terminología que existe en el mundo de la política. Prefiero el terreno de la amistad íntima.

¿Qué quizás diciendo que soy sobrino del Che díscolo puedo captar más atención? Puede ser pero ese “díscolo” me costó lo mío.

¿Si “usase” el nombre del Che permanentemente, para hacer propaganda explícita de un sector interesado, para viajar, asistir a recepciones, cenas, fiestas, congresos, coloquios, ferias, presentaciones, haciendo loas al gobierno cubano, enalteciendo la figura de Fidel, para negar rotundamente toda versión no alineada con el proceso “revolucionario” aún a sabiendas de que miento ex profeso, entonces “usar el parentesco con el Che” pasaría a estar bien visto?

En todo caso, escribo de forma ecléctica, y no me interesa encasillar mi escritura, mis gustos literarios son mucho más profundos que los contestatarios; y el gusto por el buen rollo, por la paz, la tranquilidad aún mucho mayores que los literarios.

Si en algo puedo contribuir con algún relato, o alguna reflexión, si alguien le puede llegar algo de lo que digo y lo puede utilizar en su beneficio, o le alegra cinco minutos, o lo puede usar como yo he usado las ideas ajenas, que al fin y al cabo son conjuntas, son de nuestra especie, pues entonces habrá valido la pena. Aspiro como todos a la paz universal y eterna, pero con eso ya me sentiría bien para comenzar.

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