El derecho a pensar y expresarse sin hipocresía

Lourdes Rojas

Por Verónica Vega (Amrit)

HAVANA TIMES — Los lectores que ya me conocen estarán saturados de mis historias sobre los problemas de la educación en Cuba. Lamento esta reiteración, pero sobre todo lamento esta inercia que, de algún modo, todos hemos ayudado a construir con nuestra indolencia.

Una inercia que produce generaciones amoldadas a un rígido canon donde muchos se sienten asfixiados. Rebelarse, ya lo sabemos, tiene un precio muy alto. Pero vale la pena.

Para los lectores que no me hayan seguido el rastro, debo decir que esta entrevista es la continuación de la victoria parcial obtenida en el Ministerio de Educación, en una reunión a la que aludo en mi artículo “¿Quieren militarizar las escuelas de Cuba?.

En ese post menciono a Lourdes Rojas, una amiga que conocí cuando mi hijo coincidió en la secundaria con su hijo y se aliaron en una causa inusual que les ha traído largas batallas: su derecho a tener el pelo largo.

Sebastian, el hijo de Lourdes, a pesar de la “exención” de poder entrar a la escuela con su melena, obtiene la nota “1” (Insuficiente) en las evaluaciones de las asambleas de la FEEM porque los docentes consideran que el largo de su cabello afecta el uso correcto del uniforme. Arbitrariamente, a mi hijo no le han hecho mas ese señalamiento.

Yo me había cruzado con Lourdes casualmente en la calle y me dijo que había habido una segunda reunión, esta vez no sólo con representantes del Ministerio de Educación, sino de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

¿La causa? Una carta que ella había dirigido a Educación y al no obtener respuesta en el término legal establecido (60 días), la había enviado a la propia Asamblea.

Según sus propias palabras, en esa carta ya ella no estaba defendiendo el derecho de su hijo a tener el pelo largo sino se estaba cuestionando la obligatoriedad del uniforme.

HT: ¿Cual fue el resultado de esta segunda reunión?

Lourdes:  Ellos nos dijeron a Alberto (padre de Sebastian) y a mí que iba a haber un dialogo, por qué no, y que luego ellos nos iban a dar “la respuesta.” No “una” respuesta sino “la” respuesta.

HT: ¿Una respuesta que no iba a ser afectada por el dialogo?

Lourdes: Sí, una respuesta que ya tenían preparada. Y me sacaron esa resolución según la cual la ministra esta facultada a dictar reglamentos, resoluciones, un derecho que todo ministro tiene. Entonces yo les pregunté si el ministro de educación tiene el derecho de poner una salvedad en la Constitución, algo que ni siquiera la Asamblea del Poder Popular puede hacer.

Porque se pueden hacer reformas constitucionales, y eso esta en el último capítulo de la misma constitución, siempre que no se toquen los tres primeros artículos que se refieren a los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos. Para cambiar uno de esos artículos es preciso llamar a plesbicito.

HT: ¿Y ellos qué respondieron?

Lourdes: (Lourdes sonríe) Que tenían otra vez que elevar el asunto para darnos una respuesta… Luego Alberto y yo fuimos a fiscalía a aclarar ese punto en particular. El fiscal que nos atendió nos dijo que era muy interesante esta lucha que estabamos llevando y que ademas era algo necesario.

Él nos confirmó que en términos jurídicos, teníamos razón. La ministra no tiene atribuciones para establecer que el derecho a la educación se subordine al uso del uniforme.

Lourdes, Sebastian y Alberto

HT: Tú me dijiste que también habían ido a la FEEM (Federación Estudiantil de la Enseñanza Media)

Lourdes: Sí, porque se nos había dicho que la FEEM había aprobado el reglamento escolar. Nos costó trabajo encontrar la sede, ya que no tienen ningún señalamiento. Yo se los dije: “Ustedes no están ni en la guía telefónica, yo pensaba que la FEEM había dejado de existir.”

HT: ¿Eran adultos los que los atendieron?

Lourdes: Yo pensaba que serían adultos, pero increíblemente nos atendieron primero un muchachito de unos 18 años, y luego una muchachita, ambos miembros del Secretariado Nacional de la FEEM. Esta misma muchachita me había dicho por teléfono que ellos aprobaban el reglamento escolar porque era algo institucional, no porque estuvieran de acuerdo con él.

HT: ¿La FEEM tiene el derecho de cuestionar el reglamento escolar?

Lourdes: Sí, y yo se lo hice saber, que la FEEM, por la misma constitución, tiene independencia para iniciativas legales. Los estudiantes pueden, desde su organización, presentar una moción para que se quite el uniforme escolar.

Yo fui dirigente de la FEEM en Los Camilitos, una escuela militar, y las reuniones, si nosotros queríamos, eran a puerta cerrada, y ahí no entraba un profesor. Y en una asamblea general de la FEEM nosotros como estudiantes poníamos de vuelta y media, no sólo a un profesor, ¡a un oficial!, porque ahí los grados no valían. Ellos tenían que escuchar al estudiantado.

HT: ¿Y estos muchachos, cómo reaccionaron?

Lourdes: Estaban muy desconcertados. Yo entonces les dije: “Mira, ya ustedes aprobaron el reglamento, ahora quiero que me digan: ¿por qué las hembras pueden tener el pelo largo y los varones no? Y el muchachito me respondió: “Porque el pelo largo siempre ha sido atributo de las féminas.”

No puedo evitar una carcajada.  Lourdes continúa muy serena con su narración:

Lourdes: Y yo le pregunté: “¿Tú estas diciendo que mi marido y mi hijo no son los suficientemente viriles?  ¿Tú estas dudando de la virilidad de los rebeldes que bajaron de la Sierra Maestra? ¿Te parece amanerado nuestro ministro de cultura?” Y ella decía: “No, yo no quiero decir eso, pero es la costumbre…” “Pero la costumbre no puede legislar” –le dije.

Nosotros somos un país civilizado donde rigen leyes, y lo que la ley establece es el derecho irrestricto a la educación. No reduce este derecho a los que usan el pelo de determinada manera.

Porque, que yo sepa, eso entra en el terreno de la estética, que es una expresión de la conciencia social, e incluso en la constitución se establece que la expresión artística es libre.

¿Quién le pone patrones al criterio estético? ¿Quién puede establecer que tu gusto, por ejemplo, es superior al mío?”

Sebastian y su padre Alberto.

HT: Yo creo que ellos no estan preparados para cuestionamientos como esos.

Lourdes: No, y sólo me decía: “El reglamento escolar siempre fue así y así siempre sera.” Yo le respondí: “Bueno, ahí, al lado de la puerta, hay un afiche, damelo que me lo voy a llevar. Ella no entendía: “¿Por qué?”

Y le dije: “Porque ahí esta el concepto de Revolución de Fidel, que comienza diciendo: Cambiar todo lo que tiene que ser cambiado, y eso es la antítesis de Siempre fue así y así siempre sera. Son dos conceptos contradictorios.

“Dame el concepto, es mío, tú no te lo mereces, yo estoy luchando por él, tú no. Tú estas luchando por el proyecto del nuevo siglo americano, de los conservadores, de los neocons, de los Ronald Reagan y los Bush. Claro se los dije sonriendo, no era mi intención agredirlos sino hacerlos pensar, creo que lo logré…”

HT: Generalmente los jóvenes que ocupan esos cargos no tienen conciencia de su responsabilidad, sólo esperan ascender en una escala invisible…

Lourdes: Eso también se los dije: “Si ustedes no se preguntan, si no se cuestionan, se estan comportando como arribistas y oportunistas. Cuando ustedes asuman el liderazgo de esta lucha en defensa de los derechos de los estudiantes, sólo entonces podran recuperar el crédito de la masa estudiantil. Porque la masa estudiantil no cree en ustedes. ¿Ustedes estan conscientes de la responsabilidad que tienen? Ustedes son el futuro de esta nación, son los gobernantes de mañana. No es mi generación la que va a heredar el poder, es la generación de ustedes.”

HT: ¿Y cuál fue la conclusión?

Lourdes: Me pidieron que yo les diera esos criterios por escrito para poder debatirlos con la gente del ministerio. Mira, para mí este es un asunto muy grave, no se circunscribe al asunto del pelo largo, se refiere a cómo cedemos nuestros derechos.

Porque lo que se esta pisoteando aquí es la constitución de la República de Cuba, nuestra Carta Magna. Esta constitución no costó sudor, costó sangre. Muchos jóvenes antes de haber amado, antes de haber vivido, murieron por esa constitución.

No tiene ningún sentido pararse en una Tribuna Abierta, hablar de los héroes, recitar poesía, si cuando se trata de defender su legado nos quedamos callados.

El legado de los muertos es este: el derecho del ser humano a desarrollarse como individuo, como dijo Martí, a ser libre. A pensar y expresarse sin hipocresía. Esa es la deuda que tenemos con la historia.

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