Guardafronteras cubanos queman embarcaciones de pescadores informales

Yenisel Rodríguez Pérez

Fondo de la Embarcación.

HAVANA TIMES — Los guarda fronteras cubanos queman cientos de embarcaciones improvisadas de pescadores informales. Esperan la llegada de la madrugada para de esta forma divisar bien las boyas lumínicas de estos pescadores y darles caza.

Muchas de las embarcaciones quemadas consisten en bloques de poliespuma reforzados con tablones de madera. Son invenciones que  posibilitan que algunas familias accedan a los productos marinos tan escasos en Cuba.

De este modo se viene desarrollando una silenciosa confrontación entre la perseverancia de los pescadores informales y la insensibilidad y el autoritarismo de los guardiamarinas.

Los hechos se producen fundamentalmente en las aguas que bañan a comunidades urbanas y semiurbanas en la capital del país, sobre todo en la zona éste.

Pescador con la presa.

Cada noche cientos de pescadores informales se echan a la mar para enfrentarse a los peligros del litoral, a las fuertes corrientes, al ataque de tiburones, a la posibilidad de tener un accidente de pesca y al maltrato de las autoridades.

Con el pasar del tiempo se ha ido conformando una cultura pesquera entre estos hombres. En comunidades como Alamar se ha instituido popularmente un saber sobre la cultura de la pesca informal en bloques de poliespuma.

Ésta es la principal circunstancia que hace tan difícil a los guardafronteras erradicar o disminuir significativamente este tipo de pesca.

El Estado cubano no acepta que los ciudadanos accedan libremente a las riquezas del mar como bien común. No tolera que se asuma autogestivamente esta práctica de sobrevivencia familiar, siendo a la vez responsable de la precarización del mercado de productos marinos en el país.

Hace unos días, mientras visitaba algunas amistades en Alamar, divisé a lo lejos y desde la ventana de un noveno piso, un espectáculo de luces que más bien parecía una invasión de alienígenas.

Julito, que estaba justo detrás de mí, me explicó que esas luces eran boyas lumínicas que usaban los pescadores del barrio para atraer a los chicharros; un pez muy preciado en la cultura culinaria cubana contemporánea.

Pescador.

Grande fue mi sorpresa, cuando pasado algunos minutos surgieron de la nada enormes llamaradas que opacaban a las boyas lumínicas. Pregunté a julito si ese era un modo de pescar grandes peces.

Desconcertado mientras observaba el espectáculo, julito gritó a su madre que estaba en la cocina fregando los platos de la comida:

– ¡Mami!, que suerte tiene este cabrón, se dirigía a mí, se ha comido el último filete de pescado que se verá en esta casa por un buen rato.

Era de Chicharro.  

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

  • Foto del dia
  • Mundo
  • Noticias

Lake Sabrina, California, EUA – Foto del día

Jodie Newell de Estados Unidos tomó nuestra foto del día: "Lake Sabrina" en California, EUA.

  • Cuba
  • Opinión

Discurso deshumanizante y represión en Cuba

En Cuba, el discurso oficial de intolerancia se entrelaza directamente con la deshumanización de aquellos…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.