El Estado cubano hace quinta columna a la Salud Pública

Yenisel Rodríguez Pérez

HAVANA TIMES – Los problemas epidemiológicos regresan a Cuba cuando el gobierno no puede contar, como antes lo hacía, con la mano dura de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) para imponer a la población sus métodos y procedimientos en el control de epidemias.

Históricamente, el castrismo ha acudido a su potencial autoritario para acelerar los procesos de administración y gestión social. Ha sido la urgencia de la problemática a enfrentar (brotes de dengue y cólera, por ejemplo) y el impacto que ésta pueda tener en la imagen internacional del régimen, el marco que ha establecido el límite de las libertades ciudadanas.

Para llenar este vacío de control sobre los barrios, el gobierno acude con determinación a las instituciones de Salud Pública. Conforme a esto, el personal médico ha salido a las calles a tomar el toro por los cuernos, sumando a la labor médica, el control autoritario sobre sus pacientes.

Presionan, amenazan, e incluso hasta pueden denunciar policialmente a aquella persona que no acceda a hospitalizarse tras la detección de síntomas que activen la paranoia de médicos y burócratas.

Aquí lo más bochornoso es que se desconozca la voluntad del ciudadano, menospreciando la situación familiar en la que éste pueda encontrarse en el momento del pesquisaje, llevado a extremos inimaginables el atropello a la autodeterminación.

De modo que el régimen sustituye la militancia de los CDR por el ejercicio profesional de la Salud Pública en el despliegue de un autoritarismo trasnochado, pero aún efectivo.

Descubre en el prestigio que posee la Medicina en la sociedad cubana, un capital de intercambio que asegure una quinta columna sustentada en acuerdos contractuales y no en adoctrinamientos políticos que tienden a desaparecer junto con los mitos revolucionarios.

En el fondo, es la condición de depauperación laboral generalizada y la despolitización extrema de la clase trabajadora cubana, en este caso del personal de la Salud Pública, lo que le permite al régimen dar un giro corporativo y sustituir demagogos por tecnócratas.

Recientemente, han consolidado la maniobra con la aprobación de un incremento salarial para los trabajadores de la Salud, haciendo casi ineludible para el sector este “llamamiento” quintacolumnista.

El pasado primero de mayo miles de trabajadores de la salud pública protagonizaron los desfiles por el del día del trabajador y la trabajadora. El mar de batas blancas hizo patente ese protagonismo que reserva el régimen cubano a la tecnocracia en la instauración de un Capitalismo de mercado “Socialista”.