Digna intervención televisiva del director de la agrupación musical “Qva Libre”

Yenisel Rodríguez Pérez

HAVANA TIMES — Carlos Díaz, director de la agrupación Qva Libre, rebasó exitosamente la petición del gobierno cubano de participar en un concierto vinculado a intereses propagandísticos de la burocracia autoritaria.  Con gran sutileza sorteó las encrucijadas del hablar “en vivo” para aclarar su distancia con la política oficial.

Muchos músicos cubanos se ven obligados a tener en cuenta los llamados manipulatorios del gobierno. Saben al dedillo que una negativa sería interpretada como provocación política. Esto pondría en eminente peligro el futuro de sus proyectos musicales.

Es fácil diferenciar a estos artistas de aquellos que se prostituyen voluntariamente con los intereses gubernamentales. Los más carecen de popularidad y talento, por lo que ven en dicho acercamiento un modo de favorecer su carrera artística.

En Qva Libre, como en muchas otras agrupaciones, la colaboración con la burocracia autoritaria se da como efecto colateral al logro de la maestría artística. Han sabido ganarse al público cubano y por eso son captados por el gobierno.

Conozco a Carlos Díaz desde la secundaria. Siempre descubrí en él un sentido común consecuente con lo que sucedía a su alrededor. Por eso no me sorprendí cuando escuché sus declaraciones a la televisión cubana momentos antes de darse el susodicho concierto.

Obvió nombres comprometedores y se limitó a identificarse con el dolor anónimo de cualquier familia cubana. Habló de las posibilidades infinitas de la música y de lo que ella puede lograr. Encontró la palabra precisa, aunque requiriera interrumpir comprometedoramente su discurso.

Sé que le fue difícil ocultar verdades inoportunas. Lo sería para cualquiera que no domine la oratoria.

Felicidades Carlitos por sumar a tus logros artísticos, añorados desde que éramos compañeros de estudio, la virtud cívica de no traicionar tus preceptos personales. Ojalá puedas sortear por largo tiempo ese camino minado que implica hacerse popular hoy en Cuba.  Rehusar el riesgo de comprometer tu imagen política futura buscando asegurar intereses artísticos y económicos en el presente.

Un presente destinado a perecer.