Tres exposiciones de arte en un Taller de crítica

Yanelys Nuñez Leyva

"Suerte" ´por Rigoberto Menamena. foto: galeriacubarte.cult.cu

HAVANA TIMES, 23 feb — Como parte de la asignatura Taller de crítica de Artes Plásticas, impartido por la especialista Adelaida de Juan a la altura del quinto año de la carrera de Historia del Arte, tuvimos que asistir en el pasado año 2011 a tres importantes exposiciones de arte.

Hablando en lenguas, Saber tirar y tirar bien y Estampas para un premio constituyeron las muestras seleccionadas para realizar tres tipologías de crítica – para catálogo, publicación masiva y revista especializada – con carácter evaluativo.

La experiencia fue buena porque pudimos poner en práctica un conjunto de herramientas de análisis en el intento de decodificar las particularidades de cada exhibición.

Pintura abstracta y diferentes modalidades de grabado las conformaron, resultando propuestas interesantes, por lo menos, en cuanto a la incentivación por el oficio de grabar.

Muchos fueron los artistas implicados en estas exposiciones de las cuales una fue individual – Rigoberto Mena en Hablando en lenguas – y las restantes colectivas; por lo que se hace imposible nombrar a todos, aunque se repiten nombres como el de Octavio Irving y el de Frank Martínez.

Un rasgo especial caracterizó a Estampas para un premio, y fue la presencia de artistas extranjeros dentro de su nómina. Este elemento respondió al objetivo principal de la muestra: hacer un recorrido simbólico por las Diez ediciones del Premio La Joven Estampa a través de las obras de sus máximos galardonados, de sus jurados, de sus menciones y de sus seleccionados a muestra.

Esta muestra nos enriqueció profundamente puesto que permitió dilucidar estrategias de trabajo y discursos artísticos con los que no pudimos confrontar en su contexto histórico por ser en ese tiempo muy niños. (1993 – 2005)

El museo de Arte Cubano, la galería Villa Manuela y La Casa de las Américas, instituciones situadas en La Habana, fueron los espacios destinados a dichas presentaciones, en las que se pudo constatar un arte ingenioso y trascendental, aún si se trataba de creadores jóvenes.

En cuanto al desarrollo del Taller en sí mismo vale decir que el momento más tenso fue cuando al azar un estudiante debía leer su texto frente al grupo para luego ser sometido a crítica por él mismo, quien a su vez estaba motivado por la promesa de una buena evaluación.

Errores imperceptibles y otros muchos más palpables fueron señalados, pero lo que más me aportó fue el diálogo con las piezas artísticas y el atractivo de lo múltiple.

 

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