Protesta pacífica de un cubano frente al Hospital Oncológico de La Habana

Yanelys Núñez Leyva

Ariel Urquiola

HAVANA TIMES — Son las 9 de la noche y él está sentado en la tierra, con la cabeza entre los brazos, acurrucado dentro de una manta roja.

Me acerco despacio, tratando de identificarlo.

-¡Ariel! –lo llamo.

Incorpora el rostro, le doy un beso en la mejilla, y me percato que está mojada por las lágrimas.

Desde la mañana del 3 noviembre, Ariel Urquiola está realizando una protesta pacífica frente al Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología (INOR)[1], pues su hermana, una de las pacientes que más años lleva atendiéndose en él, ha perdido ya dos ciclos de un tratamiento vital para ella, simplemente porque la cuota de medicamentos se ha agotado.

La administración de esta institución le ha informado que no sabe cuándo llegará el anticuerpo monoclonal que necesita llamado trastuzumab, el cual se debe administrar cada 21 días.

Urquiola conoce perfectamente lo que puede provocar este retraso, y no solo porque sea Doctor en Ciencias Biológicas sino porque desde hace 11 años ha tomado las riendas de la enfermedad de su hermana, a la que se le pronosticó en el 2005, solo 3 meses de vida por padecer un “carcinoma ductal infiltrante, de alto grado de malignidad”.

Me siento a su lado y Ariel comienza a hablar en un tono muy bajo, casi en un susurro, como si quisiera guardar toda la energía para las horas venideras.

Me cuenta que sobre las 11 am fue llevado a la Unidad de Policía en medio de improperios y groserías por parte de sus captores, quienes no concebían que una persona pudiese reclamar su derecho a recibir asistencia médica.

Él no les dirigió la palabra, ni siquiera la mirada. Ellos trataron de humillarlo, le arrebataron la camisa en la que se leía el nombre del medicamento que exige, pero no se dejó amedrentar y esperó callado hasta la cinco de la tarde, momento en que fue liberado.

Durante los últimos días, Ariel ha tratado de recurrir a varias entidades. Ha escrito a la representante de la compañía suiza Roche que fabrica el trastuzumab  y que radica en Cuba, de la cual no recibió respuesta. También estableció contacto con la Doctora que dirige el programa de anticuerpos monoclonares para mujeres en la misma compañía, a la que le pareció sorprendente la evolución médica de su hermana en todo el trayecto de su padecimiento.

Además ha divulgado su historia en distintos espacios informativos de la web. Pero Ariel no ha conseguido lo que demanda. Por lo que ha decidido plantarse el tiempo que sea necesario sin ingerir agua o alimento, frente a la institución que tiene la responsabilidad de auxiliarlo en este asunto.

Ariel tiene fe, y yo también, de que el medicamento llegará pronto y que esta protesta pública que hace, será una presión importante para que suceda.

Creo que todos tenemos el compromiso de apoyarlo pues mañana o quizás hoy mismo podríamos encontrarnos en una situación similar.

Pido entonces con urgencia la colaboración de todos para obtener esta solicitud: al menos un bulbo de trastuzumab cuyo nombre comercial es herceptin y que constituye un anticuerpo monoclonal de dosis única.[2]
—–

[1] Dirección del INOR: 29 entre E y F, Vedado

[2] Contacto personal de Ariel Urquiola: ariel.urquiola@gmail.com

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