Obama viene y Cuba sigue siendo la misma

Rosa Martínez

HAVANA TIMES — Cuando aquel 17 de diciembre los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el regreso de los Cinco cubanos que habían estado presos en Estados Unidos durante más de 15 años, no por deseada, la noticia dejó de asombrar, especialmente a los que habían perdido la esperanza del reencuentro de los luchadores cubanos con su Patria y familiares queridos.

Pero si increíble fueron las emotivas imágenes del regreso de los Espías en el norte, Héroes en Cuba, mucho más fue el anuncio del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones después de más de 50 años de ruptura.

Cuánto especulamos entonces los millones de cubanos que vivimos a un lado y otro del estrecho de la Florida. Desde los pioneros, a quienes se les ha inculcado un odio visceral hacia la mayor potencia del mundo, pasando por los jóvenes cuyo único anhelo es llegar hasta allí (el país de las oportunidades), llegando hasta los que en Miami no podían imaginar una comprensión con los dictadores Castro, ni con el imperecedero Fidel, mucho menos con el menor de todos, Raúl.

Entonces comenzamos a soñar. Al fin nuestros familiares cubano-americanos podrán viajar a la Isla cada vez que quieran y, por supuesto, aumentará el envío de dinero y de remesas familiares. Los empresarios podrán traer sus productos a Cuba, invertir aquí o establecer negocios que paguen elevados salarios, por lo menos en moneda dura. Los yanquis inundarán La Habana como lo hicieron hace muchos años atrás y sus verdes darán vida a los negocios particulares y estatales.

Los anuncios del Día de San Lázaro no fueron fanfarronadas como creyeron muchos, y los cambios continuaron…

Este año, una última sorpresa dejó boquiabiertos a los que escuchamos la noticia en Telesur: Obama visitará Cuba.

Varias veces el primer presidente negro de los Estados Unidos mencionó su deseos de ir a la Isla, pero muchos, me incluyo, pensamos que eso solo sucedería si llegaba la transición tan esperada por los yanquis y por algunos cubanos.

Pero ya ven, Cuba sigue siendo la misma, y así y todo el hombre de la Casa Blanca estará aquí en unos pocos días. Lo recibiremos con el respeto que se merece y seguiremos soñando con las mejorías económicas que no han llegado ni con el restablecimiento de las relaciones ni con la inundación de yumas a La Habana.