Navidad en Guantánamo

Por Rosa Martínez

Guantánamo en navidad

HAVANA TIMES –Hace unos días todos los países del mundo, excepto Arabia Saudita, Argelia, Irán, Tayikistán, Corea del Norte, Somalia, y alguno que otra más, festejaron la Navidad, una de las celebraciones más importantes del año para la mayoría de los habitantes de nuestro planeta.

Aunque en nuestro país, durante décadas, esta fecha dejó de tener significación alguna para la mayoría de los cubanos -por haber sido prohibida por el Gobierno revolucionario-, luego de la visita del papa Juan Pablo II, en 1998, comenzó a retomarse dicha fiesta, aunque nunca se ha parecido a lo que ocurre en la mayoría de las naciones occidentales.

En la Navidad se debe alabar el nacimiento del niño Jesús, quien vino al mundo a salvar a los mortales, ese el mensaje que dieron los ángeles: Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres que aman al Señor. Pero en Cuba, donde la mayoría es atea y otra gran parte cree en la Santería, la Nochebuena es vista generalmente como el momento para estar con la familia o las amistades más queridas.

En las casas y ni siquiera en todas, se trata de preparar una agradable cena, con alguna música alegre -no relacionada con la iglesia-, los tragos que nunca faltan, nada que ver con el carácter algo simbólico que tenía antes del triunfo de la Revolución, cuando mantenía la sobriedad heredad por la tradición hispana.

He leído en muchos sitios, principalmente turísticos, que en la Isla se asan puercos, se preparan dulces caseros, la gente se reúne en jolgorios en las calles, se lanzan fuegos artificiales.

Bueno, no puedo hablar por otras provincias, pero en Guantánamo no ocurre eso. Aquí, algunas familias, muy pocas, podría decirse, realizan una cena familiar, se toman algunos traguitos, y como toda reunión cubana no falta ni la alegría ni el baile. Pero de ahí a ser una gran festividad, hay mucho trecho.

Para la mayoría de la gente es un día como otro cualquiera, para estar tranquilo en casa, compartir principalmente con los vecinos, conversar en sana paz, momento de lograr mayor unión familiar y quizás desear cosas buenas para lo que resta del año y para el próximo periodo.

Aunque algunas personas montan sus arbolitos navideños, y muchos de los familiares que vienen del extranjero durante esta época del año intentan hacer un festejo similar a lo que han vivido en los países donde residen ahora, es muy difícil lograrlo.

Es difícil porque cuando no se cree en algo, simplemente no se puede sentir. Segundo, porque el pueblo experimenta demasiadas crisis durante todo un año para estar dilapidando gastos innecesarios. Tercero, precisamente la escasez de todo imposibilita la entrega de regalos, muchos menos la existencia de algún Santa. Y por último, la gente piensa que ya tiene bastante con preparar una cena especial de fin de año, para estar ingeniando otra solo unos pocos días antes.

Articulos recientes:

  • Foto del dia
  • Mundo
  • Noticias

Las bolsas del CLAP, Lara, Venezuela – Foto del día

Rogelio Mendoza de Venezuela tomó nuestra foto del día: "Las bolsas del CLAP" en Lara,…

  • Mundo
  • Reportajes

Las víctimas de esclavitud en Ecuador merecen reparación

Cientos de familias trabajadoras soportaron condiciones de salarios mínimos, explotación, falta de acceso a servicios…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

El Estado cubano no tiene nombre de mujer

Creo con seguridad que en este tiempo el Estado cubano se ha quitado finalmente la…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.