Me he vuelto casera

Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Desde hace un tiempo me he vuelto casera, es decir,  no quiero salir de casa ni para ir al cine, que es mi salida predilecta.

Ya no suelo caminar por las tiendas para deleitarme con los ajuares de hogar que nunca podré tener, ni me siento en el principal parque de la ciudad para ver jugar a los niños en la fuente de la vida, ya tengo mis propios niños para mirar y la fuente de la vida no llama más mi atención.

Tampoco voy a casa de los amigos que tienen horarios de trabajos complicados y consecuentemente, menos posibilidades que yo de realizar una visita.

Ya no desando por las calles en busca de una historia, un amor o un perro. Ya no pienso en escribir un libro,  ya tengo un amor, y mi niña menor trajo un cachorro a casa.

Me he vuelto casera y no sé porqué. Dicen mis hermanos que solo pienso en el trabajo y nada más. Según los amigos ser madre me cambió, ahora solo pienso en mis niñas, en educarlas, en estar todo el tiempo con ellas.

Mis hermanos exageran, trabajo solo lo necesario, o al menos lo necesario para poder aportar  a la economía del hogar.

Mis amigos, mis amigos tienen algo de razón, pero no son mis hijas las causas de mi nueva adicción por el hogar. Al contrario,  por ellas es por quien planeo algunas saliditas para sacarlas de la rutina y del barrio.

Me he vuelto casera, y es por temor a ser empujada en una cola, o recibir un grito en la parada y responder de la misma forma. Me he vuelto casera por temor a los abusadores, indolentes y  egoístas de este mundo.