Damas de Blanco y el derecho a protestar

Rosa Martinez

HAVANA TIMES, 18 ene — La primera vez que escuché sobre las Damas de Blanco, solo pensé: Son muy valientes esas mujeres al protestar y manifestarse en un país donde opinar contra el sistema social es un delito penado por la ley.

Para aquella fecha leí en internet algunos detalles sobre el grupo.

El motivo de entonces me pareció justo: la liberación de sus esposos, hijos, hermanos que habían sido llevados a prisión durante la conocida Primavera Negra del 2003.

Todo el que intente realizar un sabotaje, atente contra la economía y seguridad ciudadana, así  como el que intente atacarnos, merece ser juzgado con toda la fuerza de la ley.

Pero el que crea que el socialismo no es la solución, el que no esté de acuerdo con nuestro gobierno y sus líderes, y el que quiera una sociedad más democrática, no debería estar en prisión.

Nadie debería ir a prisión por pensar diferente.

Por eso comprendí a Las Damas de Blanco, las entendí hasta que liberaron a cada uno de los prisioneros de conciencia, después ya no las entendí más. Si su objetivo era la liberación de sus hombres, ahora ¿por qué protestaban?

Aunque ya no entendía por qué seguían sus marchas por calles habaneras, no compartía la idea de que fueran atacadas ni por la población ni por nadie. Si solo eran marchas pacíficas, debían dejarlas en paz.

Si su interés era protestar contra un régimen que consideran injusto, tampoco debían molestarlas;  ya debería ser hora de que los cubanos puedan protestar, gritar, pedir lo que consideren mejor para la nación sin mayores problemas. Desafortunadamente no es así.