A quien Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga

Rosa Martinez

HAVANA TIMES — El título de este post se apega a mi personalidad. Así soy, me alegro si un vecino construye una nueva vivienda, pinta o hace cualquier otro tipo de mejoras en la casa.

Me sucede lo mismo cuando alguien cambia de trabajo consiguiendo mejorías considerables, ya sea en el salario, horario o condiciones laborales.

Si alguien sale del país, ni hablar, pienso: uno más que va a dejar un poco de miseria atrás, si se va para siempre le deseo lo mejor esté donde esté.

Debe haber más de una persona a la que no le caiga bien y hasta se alegre con mi infortunio, pero yo particularmente no disfruto con las desgracias ni de los que pudieran ser mis enemigos.

A las personas que considero desagradables las mantengo a raya, pero hasta para ellas quisiera todo lo bueno que se puede obtener en la vida.

Digo todo esto porque si les digo que me molestó muchísimo que la cantante Haila María Monpié exhibiera su vivienda a través de un video que ha circulado por toda Cuba, quizás crean que soy envidiosa, y no lo soy.

Si alguien tiene mucho dinero y quiere gastarlo comprándose tres casas, pues es cosa de él, tampoco me interesa si lo gasta solo en calzado o en flores. Cada cual hace con su dinero lo que entienda mejor, y ni yo ni nadie debe entrometerse.

Lo que sí es lamentable que una figura de la cultura cubana como Haila se dedique a grabar un video de su casa y de los lujos con los que vive, en lugar de abrir una casa discográfica para apoyar a los nuevos talentos o inaugurar una escuela de música para niños y jóvenes de la capital, o al menos comprar juguetes para niños enfermos de cáncer de los tantos que hay en nuestro país.

Si hubiera tenido una actitud generosa con las personas de su localidad, quizás tampoco me hubiera gustado que lo exhibiera para que todo el mundo lo viera, pero estoy segura que entonces este post no existiría.