Se retira un héroe

Osmel Almaguer

HAVANA TIMES — Hace unas semanas, un grande del taek-won-dó cubano dijo adiós al deporte activo. Me refiero a Ángel Valodia Matos, quien fuera el primer campeón olímpico que diera Cuba en esta disciplina.

Se le veía alegre ante cámara agradecer los honores rendidos por el pueblo y las autoridades holguineros, prometiendo asimismo no abandonar jamás este terruño.

Mientras pasaban la noticia por el noticiero me viré y a grandes rasgos le conté su historia a mi padre, que se había mostrado interesado.

“Él fue suspendido por golpear a un árbitro en plenos Juegos Olímpicos”, le dije, pero sentía la injusticia que mi apretado resumen hacía de un hombre que bien podríamos considerar un héroe.

Entonces agregué: “Es cierto que eso no se debe hacer, que es un acto de violencia ante una persona indefensa, pero si lo pensamos bien aquel árbitro cabrón no se encontraba tan desprotegido. Lo amparaba un sistema deportivo corrupto”.

Y proseguí: “Lo menos que se podía imaginar aquel árbitro era la reacción de Valodia. Normalmente, los despojos en el deporte quedan impunes. Corre mucho dinero por debajo del tapete por intereses a menudo políticos”.

“Pero Valodia no se dejó intimidar, ni por la gente, ni por estar en un país extraño, ni por la presión que estos eventos provocan en los atletas, ni por el riesgo de perder su carrera como deportista. Se le subió el calor a la cabeza y proyectó su pierna al cuerpo del oficial corrupto”.

“Cuando Valodia golpeaba, defendía su derecho a ganar con justicia, sus años de entrenamiento, el respeto al deporte y a los deportistas, y hasta su estirpe de mambí. Tal vez después de esto, aquellos inescrupulosos que lucran a costa de los sueños de los deportistas lo piensen un poco más para hacer sus fechorías. Tengo fé en esto, si no el sacrificio de Valodia habrá sido en vano”.