La “izquierda” es cada vez más fuerte

Osmel Almaguer

HAVANA TIMES — Recientemente leía un artículo sobre los problemas de la educación en Cuba, en el cual se manejaba un criterio que llamó mucho mi atención.

Su autor, cuyo nombre no recuerdo en este momento, sostenía, y apoyaba con ejemplos, que la enseñanza a nivel nacional está atravesando un paulatino y discreto proceso de privatización.

Aludía a los “regalitos” que hay que dar en las escuelas para que los alumnos, tan poco interesados en el estudio, aprueben.

También se refería a las clases y repasos que muchas veces los padres tienen que pagar a profesores particulares porque las clases de los de la escuela no son buenas.

Apuntaba que incluso, muchos de estos profesores, son los mismos que trabajan por el día en las escuelas, en cuyos hombros recae parte de la responsabilidad de que las cosas hayan llegado a tan mal estado.

Hoy, precisamente, me acuerdo de dicho material al escuchar a mi padrastro contando sus avatares en el “somatón”. No el somatón del hospital, sino la inspección que cada cierto tiempo deben pasar todos los vehículos automotores, donde se comprueba si su estado técnico los hace aptos o no para la circulación en las vías.

¿Pero qué le sucedió a mi padrastro? Tuvo que pagar 5 CUC por el “aprobado”.  “El que no me entre con monja no pasa el somatón”, citaba la jerga de uno de los miembros del equipo de técnicos.

Ya ni siquiera importa que su vehículo cumpla las normas requeridas. Todos y cada uno de los inspeccionados deben abonar la cifra, excepto los autos de mayor tamaño, cuyo precio es aún más elevado.

Ellos (los técnicos) aludirán sus razones. Los salarios no alcanzan, la vida está dura, somos jóvenes y tenemos que vivir, o tenemos familia y zapatos que comprar a nuestros hijos.

Así, muchos funcionarios que tienen la oportunidad, abusan del poder que le otorga el Estado, por motivos que tampoco deberemos obviar.

Casi todo el mundo cobra su trabajo “por la izquierda”, y el trabajador o funcionario que aún no lo hace, paga las consecuencias a la hora de sentarse a la mesa.