Al cliente, aunque sea socialista, hay que tratarlo bien

Osmel Almaguer

HAVANA TIMES, 13 abr — Ayer, al presentarme a recargar el saldo del móvil a una de las oficinas comerciales de ETECSA, leí un aviso que aparecía colgado en la puerta. Dos características llamaron mi atención en él, o mejor dicho, me provocaron una especie de hostilidad muy molesta.

La primera era la falta de cortesía, el estilo seco y tajante con que había sido redactado el mensaje; casi imperativamente, y con un desprecio hacia el cliente tan manifiesto, que en vez de realizado por un especialista en relaciones públicas, parecía uno de esos regaños injustificados y displicentes que los carniceros hacen a la población cuando le venden la librita de pollo.

La segunda era el estilo confuso del documento. Rasgo reforzado además por la naturaleza complicada de las medidas que anunciaba, que en vez de orientar y ayudar, le hacían parecer más un engaño que un aviso comercial.

El tema tratado eran las garantías y servicios de postventa a los teléfonos celulares, o algo parecido, porque no entendí muy bien. Anunciaba el cobro de 5 cuc por el desbloqueo o reparación del software, y adelantaba que en caso de no ser reparado o desbloqueado el equipo, el importe no sería devuelto.

Por favor, debemos recordar que estamos hablando de Cuba, donde 5 cuc son 125 pesos, la mitad de un salario mínimo.

Otros tipos de reparaciones reclamaban 2 cuc por adelantado y 3 más en caso de ser reparado el móvil, claro, a esto se suma el valor de la pieza sustituida, de ser necesaria.

Más abajo anunciaba que “el servicio de desbloqueo es libre de costo” (pero arriba decía que costaba 5 cuc, y más abajo agregó que) “para todos los teléfonos se deben abonar 5 cuc por la mano de obra”.

¿Por qué siempre recurrimos a la confusión y la arbitrariedad para hacer negocios y ganarnos la vida?

Compañeros que redactan estos y otros mensajes displicentes, para su información, los tiempos de la esclavitud ya pasaron, al cliente, aunque sea socialista, hay que tratarlo bien, porque aunque tus empresas no tengan competencia, la gente se va enojando, y luego en esta sociedad que tú mismo has ayudado a deteriorar, la vida tuya y la de tu familia de tornan cada vez más difícil.