Gracias a la Salud de mi país

Mercedes González Amade

HAVANA TIMES — Hace unos meses, por varias fracturas en el tobillo izquierdo y el metatarso, unido a mi patología de base que es una paraparesia espástica, tuve la necesidad de ingresar en un hospital de rehabilitación. Había perdido la movilidad de las piernas, el equilibrio, la fuerza muscular y otras cuestiones que percibí al ingresar al hospital Julito Díaz. Mundialmente es conocida la calidad de la Salud cubana, me refiero a la preparación de los profesionales y su especialización.

Hacía tiempo que no visitaba este centro ni en consulta, error de mi parte. Como queda lejos, he preferido seguir la rutina de atención médica en otros hospitales o policlínicos.

Al entrar quedé maravillada con los cambios positivos de restauración que se han hecho. Más allá de la reparación de la estructura inmobiliaria, se han incorporado equipos de última tecnología, casi a la par del primer mundo.

Aquí también se recuperan personas de otros países con lesiones graves: de la médula, cerebrales, amputaciones, etc. He conocido a varios y hemos intercambiado ideas, gustos y hasta sudores, porque algunos tratamientos los hacemos juntos. Por ellos he sabido que el costo de su rehabilitación acá, en comparación con otros países, es barato y están muy contentos con la atención médica que reciben.

En contacto directo con ellos, conversando, se sorprenden cuando les digo que yo no tengo que pagar nada por mi rehabilitación. Sus ojos se ponen enormes al escuchar que en mi cubículo podían encontrar a una doctora, una deportista, una económica, un ama de casa y una jubilada de la Marina de Guerra; todas tenemos los mismo derechos y atenciones. Se emocionan cuando se dan cuenta de que al pasar tanto tiempo juntas, nos tomamos aprecio y surgen amistades duraderas. A uno de mis compañeros en el deporte lo conocí en este hospital años atrás y ya hemos ganado más de un partido juntos.

Somos afortunados de tener esto, porque si viviera en otro país, estoy segura de que no caminaría como lo hago hoy. Debo ingresar dos o tres veces al año a recibir tratamientos caros, buena alimentación y medicamentos. Mi familia es pobre, yo no puedo trabajar y mi hijo aún está estudiando.

Ya camino casi como lo hacía antes de las fracturas en el tobillo izquierdo; comencé dando pasitos cortos, con dolor, pero ya recuperé la movilidad que había perdido. Estoy contenta conmigo misma, sé que es difícil, sin embargo, siempre salgo adelante, con esfuerzo y voluntad.

Articulos recientes:

  • Cuba
  • Reportajes
  • Segmentos

San Antonio de los Baños, donde el humor dio paso al dolor

Sin electricidad y sin acceso a la red de redes, así pasan los habitantes de…

  • Cancion del Dia
  • Mundo
  • Noticias
  • Segmentos

Mayra Andrade – Canción del día

La artista destacada de hoy es Mayra Andrade de Cabo Verde con la canción Tan…

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.