Mejor dejo de escuchar a La Lupe

María Matienzo Puerto

LA LUPE. foto: pbs.org

HAVANA TIMES, 27 abr — Ahora me ha dado por escuchar a La Lupe. Mientras cocino voy cantando sus bolerones con sabor a reproche o de mujer que sabe lo que quiere. Yo la descubrí hace algún tiempo ya. Y es parte de mi manía por revisitar la música cubana de la primera mitad del siglo XX.

La Lupe es una cantante de mediados y finales de los 50. Ella está en la frontera entre la interpretación del bolero clásico y el movimiento de feeling. Y es famosa por sus interpretaciones escandalosas donde se rasgaba la ropa, tiraba los zapatos al público, se golpeaba contra la pared. Sí, una loca, pero con una voz sui géneris.

Pero lo importante no es que yo escuche a la Lupe o no, sino a lo que me remite ella. La escucho e intento imaginarme una década del 50 como la que me contaron en la escuela o como la que repiten algunos por ahí como papagayos. Y hay algo que me resulta contradictorio.

¿Cómo es posible que una mujer como la Lupe tuviera tanta fama en una época como esa, racista e intolerante? Porque ella era mulata y poco instruida. Y eso lo dice ella misma con el inglés de sus interpretaciones que por momentos es hasta grotesco y denota que no tuvo escuela alguna.

Seguro que me saldrán algunos al paso contándome algún chisme que yo desconozca, pero la realidad es que se estaba abriendo paso en una sociedad que siempre no las han pintado en blanco y negro.

Lo mismo pasa con otros que se abrieron paso a puro talento y trabajo, y ya no hago solo alusión a los artistas sino a los maestros de obras de albañilería, a los carpinteros, a los maestros (siempre los más vilipendiados en toda sociedad posible).

También me pregunto por las sociedades de negros y mulatos, tan frecuentes en la época, y no solo, como ocurre ahora, de descendientes ibéricos, y por demás blancos.

Me pregunto cómo fue que un negro como Bola de Nieve llegó tan alto, como el Benny, Rita Montaner, Pérez Prado y un listado más largo de lo que muchos se imaginan vivían de su trabajo o cómo estudiaron.

Como era tolerada o aceptada (habría que haberlo vivido para saber los matices) la homosexualidad de Ernesto Lecuona.

Mira que nos han mentido. Es lo único que alcanzo a pensar. Nos han simplificado 50 años (1902-1958) en unas pocas frases. Se olvidaron de contarnos que había una sociedad civil en desarrollo.

¿Qué se pasaba hambre? Es verdad. Pero dicen algunos viejos (unos cuantos viejos) que no más que ahora.

Sí, creo que era necesario un cambio porque no es mentira que aparecieran muertos en las esquinas y que las diferencias entre el campo y la ciudad eran catastróficas. Pero ¿había que llevarlo todo a la miseria que vivimos ahora? Hablo tanto de miseria material como espiritual.

Total, ahora las diferencias persisten e insisten. A eso se le suma todo lo horrendo, lo feo, lo sucio que nos rodea. Porque a veces hay que abstraerse muchísimo para ver lo bello en esta ciudad (ahora hablo solo de La Habana). O simplemente, verla con el corazón.

Aunque no sería mala idea contar la historia de Cuba a partir de su música, creo que tengo dejar de escuchar a La Lupe porque me hace cuestionarme demasiadas cosas. Incluso algunas que no caben en un diario.

 

Articulos recientes:

  • Mundo
  • Noticias

Haití estrena presidencia colegiada de nueve miembros

De los 11,5 millones de habitantes en este país, unos 4,5 millones necesitan ayuda humanitaria…

  • Foto del dia
  • Mundo
  • Noticias

Lake Sabrina, California, EUA – Foto del día

Jodie Newell de Estados Unidos tomó nuestra foto del día: "Lake Sabrina" en California, EUA.

  • Cuba
  • Opinión

Discurso deshumanizante y represión en Cuba

En Cuba, el discurso oficial de intolerancia se entrelaza directamente con la deshumanización de aquellos…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.