Lisduania Victorero Reinoso
Entre esos alimentos está el pescado. Muchos años atrás daban merluza y jurel. La merluza se desapareció, no sé a dónde fue a parar y en estos tiempos el jurel ya tomó el mismo camino.
Existen pescaderías donde la venta es libre y hay buenos pescados como el serrucho, la aguja, el pargo y otros más, pero cuesta casi una semana de trabajo comerse uno. Yo cuando puedo lo compro, pero muchas personas no se pueden dar el lujo de hacerlo.
Yo no entiendo cómo un país como este, rodeado de mar, no tenga pescado.
Hace años están dando pollo por pescado, en cualquier momento nos salen plumas porque hasta la mortadela la sustituyeron. Solamente dan pescado a los que tienen dieta. ¿Y los que no la tienen no lo comen? Me imagino que tendrán el fósforo por el piso.
A mí me gusta el pescado bueno como a todas las personas, pero me encanta el sabor fuerte que tiene el jurel y no me importa que me digan que tengo mal gusto, para gustos colores.
El caso es que me pregunto a dónde fue a parar ese pez, porque me imagino que no lo estén exportando. ¿A quién le puede gustar eso cuando tienen a su alcance mejores ofertas? ¿O será que se extinguió esa especie?
Y no me van a creer si les cuento lo que algunos son capaces de hacer por tal de conseguir esa dieta que les permita comer pescado un día al mes.
Me he enterado que solicitan un chequeo médico para medirse el colesterol y el día antes de ir al médico se comen una cantidad de chicharrones de cerdo increíble. Eso con tal que el examen arroje resultados alterados y le otorguen la dieta de pescado.
Pensándolo bien, eso debería hacerlo yo también y así mato los deseos de comer pescado por pescado.
Presentamos las noticias internacionales en breve recopilada por Democracy Now el lunes 29 de abril de 2024.
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