Texto y fotos por Kelly Knaub
Finalizaron mis diez semanas en Cuba y salí de la Habana hace unos días. Como tenía que hacer escala en Miami, decidí quedarme en esta ciudad por unos días antes de regresar a Nueva York. Visité a la Pequeña Habana y pasé el día explorando el vecindario y conversando con algunas personas.
En la tienda Botánica de calle 8 conocí a Roberto. Mientras le echaba una mirada a las cartas orichas que se encontraban detrás de la barra, comencé una conversación sobre Cuba. Roberto abandonó la isla con destino a Miami en 1993, sus padres ya vivían aquí, así que pudo venir a través de una visa familiar.
Roberto me explicó que los exiliados cubanos de Miami están divididos, de la misma forma que la gente en la Isla tiene opiniones diferentes sobre lo que quieren para el país. Su familia, como la de muchos cubanos, está dividida físicamente, sus hijos y muchos familiares todavía viven en Cuba.
Cuando caminaba por Botánica tomando fotos de la colorida mercancía, conocí a una santera llamada Corinna. Ella había entrado en la tienda para comprar algunas cosas para la fiesta de un amigo que se celebraba aquella tarde. Corinna me aconsejó no tomar fotos de la mercancía Orisha. Le aseguré que no quería ser irrespetuosa.
Por supuesto, que nos discrimina, nadie quiere oír lo que está mal, todo el mundo…
Acusan al medio independiente "El Toque" de poder más que sus políticas económicas para frenar…
Ortega y Murillo nunca pudieron amedrentar a Rolando Álvarez para que guardara silencio bajo sus…
Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.