Algunos hombres no cambian

 

Ellos se lanzan a conquistar, proponen acompañarte hasta tu casa, te roban un beso en medio del baile, o comienzan a decirte tontos piropos

Irina Pino

HAVANA TIMES – Es difícil asimilar, para ciertos hombres, que las mujeres a veces no tienen ganas de responder a sus estímulos sexuales, y tratan de evadirse alegando que lo que quieren es amistad, que no tienen ganas de una relación…, pero ellos se hacen los sordos y ciegos e insisten, a pesar de las evidentes señales, no quieren comprender que la reacción de ellas es un “no rotundo”. +

De nada valen las sutilezas, ellos se convierten en toros (con perdón de esos animales) y van tras su torero, en pos de su objetivo: “El horno caliente de las mujeres”.

Me pasa, algunas veces, cuando visito La Casa de la Amistad o el Submarino Amarillo, ambos espacios dedicados a la música rock, donde la gente suele ser amigable y la mayoría de los hombres son solícitos pagando cervezas o tragos a las mujeres.

Al principio, se muestran abiertos, luego pretenden un acercamiento, no solo corporal, en un baile, sino que plantean compartir en la intimidad.

No importa que alguien pase de los cincuenta (como es mi caso), ellos se lanzan a conquistar, proponen acompañarte hasta tu casa; te roban un beso en medio del baile, o comienzan a decirte tontos piropos.

Una noche un joven me acompañó a mi casa y al despedirnos me plantó un beso salivoso en la boca. Algo sorpresivo y muy desagradable para mí.

Otro, de  treinta y pico, acompañó a mi amiga y le dio un mordisco en un brazo antes de que ella montara en un taxi.

Conocí a uno, agradable e inteligente, que solía conversar conmigo a menudo, compartíamos afinidades, pero cometió el error, una noche, de preguntarme si yo conocía de una casa donde alquilaran habitaciones, para que fuéramos juntos…

¿Por qué no se miden un poco? Es un error forzar las situaciones. ¿Por qué no aceptan como un hecho natural que no siempre son encantadores? Que joden a las féminas con su deseo incontenible.

Poner “la carreta delante de los bueyes” no es bueno. Debían, al menos, cultivar una amistad, y luego paso a paso, si prevalece el interés, avanzar hacia lo otro. Todo lo hacen al revés.

Es verdad que cada mujer tiene su estilo, pero un buen trabajo satisface a cualquiera. No es lo mismo llegar al clítoris antes de  pasar por los labios.

Muchas no reaccionan a esos imperiosos estímulos, si no vienen acompañados de interesantes tópicos.

La psicología femenina es complicada, se debe observar el continente y luego el contenido. Hay disímiles contextos a explorar. La delicadeza de los hombres está en decadencia.

Pero, si una mujer se lanza en su flirt o en su putería (en el mejor sentido), la catalogan de fácil, y dicen: “Esa solo está para la descarga”. Y se desalientan enseguida, porque la “descarga” no es templar, solo besos y apretones.

Yo que no tengo pelos en la lengua, se los digo a la cara: “tú no me gustas, no existe la menor atracción entre nosotros; podemos ser amigos sin sexo…

Aunque esas frases ácidas molestan, son necesarias para espantarse a esos “fáciles”, a los que apuran el trago sin disfrutarlo.