La moda en Cuba y el regreso de los mameyes

Graham Sowa

HAVANA TIMES – La moda de la bandera británica comenzó en algún momento a finales del año pasado. Ahora, la bandera del Reino Unido forma parte del paisaje habanero, adornando todo, desde las figuras humanas hasta las antenas de los carros. Después de una ausencia de 250 años los ingleses regresaron a Cuba.

En 1762, los británicos ganaron la Batalla de La Habana después de sitiar el Castillo del Morro durante un largo mes, el mismo que ahora se llena de turistas en el lado oriental a la entrada de la bahía. Las tropas británicas invadieron la capital cubana.

Según la leyenda los cubanos llamaron mameyes a sus nuevos amos imperiales, por la fruta tropical que tiene la masa de color rojo intenso igual que los uniformes de los soldados británicos.

Sin embargo, la ocupación inglesa del puerto español más valorado en el Nuevo Mundo fue estacional, igual que la fruta. Los españoles regresaron al poder unos meses más tarde, después de que el Tratado de París terminara con varios conflictos imperiales internacionales, reorganizando las tierras colonizadas en todo el mundo.

El legado británico fue olvidado casi por completo, excepto por los libros de historia y el nombre anglosajón de alguna que otra calle (como la O’Reilly en La Habana Vieja).

Pero este año la bandera del Reino Unido ha resurgido. Comencé a notarlo, sin prestar mucha atención, en las camisetas y los bolsillos de los pantalones vaqueros y sayas durante el mes de diciembre. Cuando regresé a Cuba en enero ya estaba en todas partes.

He visto a la insignia inglesa adornar ropa de todo tipo, uñas pintadas, pelo al estilo británico con el tinte correspondiente, bolsos e incluso zapatos. Llego a imaginar que algunas personas incluso han llevado el tema a sus ropas interiores.

Un compañero estadounidense me dijo que esta moda es el resultado de que Cuba comprara un montón de ropa que quedó durante los Juegos Olímpicos de Verano que tuvieron lugar en Londres.

Al principio me creí esa explicación. Generalmente los eventos internacionales suelen producir un exceso de mercancía que encuentra su destino hacia los países en desarrollo. Ese es el final de toda la ropa talla extra, y de algún evento específico que nadie quiere en el primer mundo.

Comenté esa hipótesis a algunos de mis amigos cubanos, pero no concordaron con eso. La explicación de ellos fue que la gente creía que era genial que Londres realizara los Juegos Olímpicos y que la moda de la bandera británica era el resultado de una nueva afinidad por todos los productos ingleses.

Me parece que la explicación de mis amigos cubanos es más probable. La bandera está presente en demasiado lugares de la ciudad y con mucha diversidad de expresión para que sea sólo el resultado de unas pocas sobras de los juegos Olímpicos.

Creo que una parte de la explicación de esta moda está relacionada con los cuentapropistas. Durante los dos últimos años he visto como numerosos patios y balcones de las principales calles de La Habana se han convertido en tiendas particulares. Los productos que más se venden son la música y las películas (la pornografía es oficialmente ilegal, pero la mayoría lo tienen si lo pides), productos de limpieza del hogar y de reparación y ropa.

Es verdad que ninguna de estas tiendas de ropa está completa si no tiene, por lo menos, una pequeña selección de camisetas, zapatos y bolsos con la bandera británica. También son comunes los aretes,  pegatinas, llaveros y calcomanías para autos.

Muchos de estos artículos son diseñados y fabricados en el vecindario. Uno de mis diseños locales favoritos es una combinación de la bandera británica con otro tema popular en las calles de La Habana: el personaje de los dibujos animados Bob Esponja (quien es un recordatorio constante de las muchas razones que tengo para creer que Estados Unidos está en desventaja culturalmente).

El otro día vi a una camiseta con Bob Esponja y la bandera británica en el fondo. Bob Esponja estaba fumando un pitillo gigante, creo que también había  una hoja de marihuana dibujado en su camiseta. Aunque ninguno de esos temas de forma individual son únicamente cubanos, con seguridad la combinación de ellos en la misma camiseta sí lo es.

Quiero decir, ¿por qué gastar dinero en comprar una camiseta promoviendo la hierba, otra con el dibujo animado Esponja, y otra con una bandera de tus anteriores amos imperiales si puedes conseguir todo eso con una sola compra. Si hay algo que he aprendido en Cuba es como economizar.

Me imagino que esta moda seguirá la regla de crecimiento exponencial y pronto desaparecerá de las tiendas de los cuentapropistas. No conozco ninguna tienda estatal que tenga artículos con la bandera británica, y dudo estas sean lo suficientemente dinámicas como para mantenerse al día con la moda.

El otro día me mantenía atento mientras desandaba por la calle Obispo y sólo vi los familiares y poco interesantes temas del Che y la bandera cubana. Los turistas realmente no están interesados en ninguno.

Al igual que la fruta y la ocupación británica original en La Habana, el regreso de los mameyes no está destinado a permanecer durante todo el año. Pero la presencia de modas dinámicas en Cuba abre la puerta a, por lo menos, dos pensamientos en mi mente: o el comunismo no es estático y homogéneo, o Cuba no es comunista.

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