Rebelión en el solar

Erasmo Calzadilla

Taxi colectivo en La Habana. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — En el post anterior propuse un tema de discusión que me preocupa a nivel social y me fastidia un perro en el plano personal: la ola chusma que inunda este país.

El fenómeno, aunque desagradable, no deja de ser interesante, por lo endémico y porque es el resultado de un experimento antropológico que mantuvo esperanzada a media humanidad. Chusmería debe haber, incluso, entre los esquimales, pero en Cuba se ha elevado a la categoría de Identidad Nacional. ¿Por qué?

Todavía no he encontrado un análisis a la altura del problema. Lo más detallado que he leído sobre el proceso de degradación moral y psicológica tenido lugar en los sistemas totalitarios lo hallé en las novelas de Orwell. Pero está haciendo falta algo más aterrizado en nuestro contexto, algún criollo que se anime escribir sobre la Rebelión que un día tuvo lugar en una república bananera.

Resumo mi visión del asunto.

El comunismo, con su dinámica modernizante y su vocación totalitaria (las dos ruedas de la aplanadora), estropeó el tejido social y a sus principales actores e instituciones: comunidad, familia, Iglesia, trabajo, sociedad civil y un largo etc. El tejido social es una especie de ecosistema delicado; tarda siglos en formarse, pero muy poco necesita para estropearse. La extinción de roles y figuras en apariencia intrascendentes suele generar efectos catastróficos.

Responder a la pregunta “¿Cómo llegamos a esto?” es un asunto más complicado de lo que parece. Prescindamos de una vez de ideas simplonas al estilo de “consecuencia del Periodo Especial y la escasez crónica”, “secuela de la represión psicológica” -véase el enfoque de Dagoberto Valdés sobre el Daño Antropológico-, o resultado de “poner a la gente a vivir en la mierda” -como asegura una comentarista habitual- “propagación de los malos ejemplos del gran líder”, “influencia de las películas del sábado por la noche”… No, señores, todo eso puede incidir, sin dudas, pero estamos en presencia de un asunto más estructural. Hasta que no lo entendamos no vamos a dar pie con bola.

En un principio, el paso del buldócer de la Revolución sobre el tejido social tenía una intención sublime: acabar con la costra colonial. Muy pronto, empero, sus líderes aprendieron a trabajar “el paño” con cinismo. Descubrieron, por ejemplo, que azuzar a la chusma contra sus opositores constituía un efectivísimo mecanismo de control y dominio. Chusmatizar al pueblo  –que va un paso más allá de empoderar a la chusma- puede que sea el más brillante de los descubrimientos políticos de Fidel Castro.

La chusma fue promovida hasta por el Instituto Cubano de Radio y Televisión. Era lo auténticamente cubano y popular, la barrera con que el sistema apantalló la influencia occidental. Pero lo más interesante de todo es que, una vez empoderada, la chusma adquiere vida propia. No hay necesidad de abonarla ni regarla, mala yerba al fin se vale por sí sola y es altamente refractaria a cualquier intento de cambio. Lo que le falta en autoconciencia le sobra en autoconfianza y resiliencia ¿Podría el capitalismo ponerla en su lugar?

Muchos albergan esa esperanza. Y sí, tiene su lógica; si el capitalismo avanza -gracias a su embajador, Obama- regresará a la chusma a su lugar de nacimiento: los barrios periféricos y marginalizados, pero convertida en un demonio de feo rostro. De hecho, la leve penetración de Capital que ha tenido lugar bajo la égida de Raúl Castro, no ha hecho otra cosa que alborotarla.

¿Entonces, que será preferible, una chusma esparramada de baja malignidad o una más concentrada pero endemoniada? Por si acaso, si usted vive en la periferia, trate de ir buscando la manera de acercarse.

 

Articulos recientes:

  • Foto del dia
  • Mundo
  • Noticias

Las bolsas del CLAP, Lara, Venezuela – Foto del día

Rogelio Mendoza de Venezuela tomó nuestra foto del día: "Las bolsas del CLAP" en Lara,…

  • Mundo
  • Reportajes

Las víctimas de esclavitud en Ecuador merecen reparación

Cientos de familias trabajadoras soportaron condiciones de salarios mínimos, explotación, falta de acceso a servicios…

  • Cuba
  • Opinión
  • Segmentos

El Estado cubano no tiene nombre de mujer

Creo con seguridad que en este tiempo el Estado cubano se ha quitado finalmente la…

Con el motivo de mejorar el uso y la navegación, Havana Times utiliza cookies.