Que hacer con la mente?

Erasmo Calzadilla

En un folleto de inspiración Jare Krishna que andan repartiendo por ahí puede leerse:

.”..la mente … sin rastros de piedad ni compasión nos arrastra de un lado a otro, obligándonos a complacer hasta sus más inverosímiles deseos, convirtiéndose en nuestra dueña.”

y unas líneas después:

“Si logramos emborrachar nuestra mente con el dulce sonido de las nectáreas glorias de Harí, entonces la habremos derrotado”

Descubra ahora semejanzas con la advertencia de Osho:

“manténte alerta y no escuches a la mente. La mente representa al pasado que permanentemente intenta controlar tu presente y tu futuro. Es el pasado muerto que sigue controlando el presente vivo. Simplemente, toma conciencia de esto.”

En uno de sus muy bien vendidos libros el aprendiz de brujo Carlitos Castaneda cuenta cómo su carismático maestro Don Juan le enseñaba a “parar la mente” como via de acceso a otro nivel de realidad. De ancestrales toltecas venía este singular conocimiento.

Por otro lado, los anuncios políticos y comerciales nos manejan con sus técnicas de persuasión. Aprovechan sobre todo cuando la “maquinaria” del receptor, es decir la mentecita nuestra, marcha a muy bajo nivel o anda entretenida en boberías. El cine y la televisión nos dejan listos y mansitos para la “abducción.”

Un ingenuo creería que la filosofía y la ciencia que se estudian y practican en la universidad, giran en torno al pensamiento, pero en verdad manejan un sucedáneo barato de este (Hay muchas excepciones claro).

Del deporte profesional (incluida la serie nacional de Beisbol) mejor ni hablar. Cada año rompen records de mentes paradas o enlentecidas con su ayuda.

Místicos, científicos, políticos y especialistas en marketing parecen empeñados en una única función: evitar que la gente piense; a menudo lo consiguen.

Conozco muy buenas personas que con el mejor de los propósitos trabajan arduamente en detener su propia mente y la de sus amigos, algunos traspasaron ya el límite de lo irreversible, o eso aparentan.

Nota: dirán los místicos que su intención es radicalmente contraria a la de los políticos y

los MASS MEDIA. Estos últimos -según ellos- no detienen la mente sino más bien la aceleran. Pese a las profundas diferencias entre ambas posturas, las dos terminan en lo mismo: la desaparición de las condiciones de posibilidad para la existencia de una postura crítica frente a la “realidad.”

A la mente no hay que detenerla, entretenerla o emborracharla sino perfeccionarla, y ella misma será su propio contén.

Además siendo estrictos ¿quién es el que anda tratando de aniquilar la mente sino ella misma?  Una genuina anulación de la mente implicaría a su vez la anulación de la intención de anular la mente, por cierto.