Posibilidad Teórica o Abstracta

Erasmo Calzadilla

¿Se acuerdan de aquella famosa idea del Fin de la Historia?

Su creador fue un neoconservador de bonito apellido, Fukuyama, y no tan bonito currículum: Co-fundador del Proyecto (imperialista) para el Nuevo Siglo Estadounidense y firmante de la Carta de los Intelectuales (norteamericanos) en reclamo al presidente (de los EEUU) de una Segunda Guerra en el Golfo.

Mientras en otras coordenadas se bailaba el pasillo del fin de los metarelatos, Fukuyama inventaba uno bien apegado a la idea de progreso:

El desarrollo industrial, el avance de las ciencias naturales y el deseo de reconocimiento que tenemos todos los seres humanos ha conducido al triunfo y la estabilización del único sistema sociopolítico y económico que garantiza – pensaba él- la satisfacción de los anhelos fundamentales del hombre: la Democracia Liberal. La historia como lucha entre ideologías ha llegado a su fin y ello significa:

.”..el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas.”(1)

Recuerdo a los marxistas afirmando enardecidos que mientras hubiera desigualdad y miseria la historia (de luchas) continuaría.

Pero Fukuyama tenía una respuesta para ellos (más o menos así): No todos los países han llegado al Fin de la Historia, y mientras esto no suceda van a estar revueltos, inestables.

Con la misma lógica cuando en el 92 alguien en Chile (2) le preguntó al descendiente de japoneses por el destino político de Europa éste contestó:

“… en Europa ha tenido lugar, en general, un aburguesamiento de la sociedad. De manera que las revueltas a que aludí antes son más bien una posibilidad teórica o abstracta antes que real.”

Notas:

1. Tomado de la página dedicada a Fukuyama en Wikipedia.
2. EL FUTURO DESPUÉS DEL FIN DE LA HISTORIA, Centros de Estudios Públicos, Chile 13 de noviembre de 1992.