Obama da caza a Osama, un asunto entre terroristas

Erasmo Calzadilla

HAVANA TIMES — Gracias a la piratería ya rueda por las calles de La Habana la película “Seal Team Six: The Raid on Osama Bin Laden”, (conocida en español como Código Gerónimo: La caza de Bin Laden) estrenado a fines del año pasado. “Qué buena película, esta gente nunca la van a pasar por el cine ni por la televisión”, me dijo el socio que me la prestó.

Un equipo experimentado de Navy Seals es seleccionado para cumplir una misión secreta de máxima prioridad y comienza el riguroso entrenamiento. El filme va presentando uno a uno a los miembros del team que atrapará al terrorista más conocido del mundo.

Se trata de tipos duros, fieros, temibles, entrenados para matar, pero también simpáticos, amistosos, fieles, gente de familia que lucha por la libertad, la justicia y los valores.

Los marines tienen rostro, familia, vida privada, conflictos y rasgos personales que facilitan la identificación con el espectador; “los malos”, sin embargo, permanecen en el anonimato.

Gracias a un prisionero de la Base Naval de Guantánamo que afloja la lengua, los servicios de Inteligencia yanqui logran dar con el paradero de Osama.

El detenido canta no porque lo torturaran; una inteligente manipulación psicológica y el miedo a ser transferido a una cárcel saudí (comparada con la cual Guantánamo sería como un Hotel) bastan para quebrar su obstinado silencio.

¿Por qué habría que cerrar una Prisión e interrumpir unos procedimientos que han ayudado a atrapar al mismísimo demonio?

La acción en sí

Resulta que el terrorista más temido del mundo no tenía guardaespaldas y nadie hacía guardia la noche que los Navy Seals entraron a la mansión fortificada donde supuestamente se resguardaba, pero aún así los artistas de la Weinstein Company se las arreglaron para crear una aparatosa escena de combate en lo que de verdad debió ser un paseo por el prado: a lo sumo tres hombres armados contra veinticinco.

Pocas personas saben lo que sucedió realmente la madrugada del 2 de mayo de 2011 en el supuesto escondite de Osama bin Laden porque el gobierno de los EEUU nunca mostró el cadáver ni siquiera una foto del mismo; para colmo, a los soldados del “heroico” team les ha dado por morir en misteriosos accidentes. Cualquiera con dos neuronas en activo se da cuenta de que la historia está trucada.

Además, el gobierno de los EEUU actuó unilateralmente, como el amo del mundo que pretende ser, y como el terrorista que de hecho es. La ONU le ha pedido el esclarecimiento de los hechos y ha obtenido el silencio por respuesta.

Sin embargo Obama, el premio nobel de la paz, el carismático, sociable y agudo demócrata, el hombre del CAMBIO, ha dicho sobre el asesinato del terrorista saudí: “Justice has been done”, y “Quien cuestione que bin Laden recibió lo que se merecía necesita que le miren la cabeza“.

Pero en fin, no se trata de Obama sino del Imperio mismo y su siniestra deriva a comienzos del siglo XXI, se trata de la estupidez generalizada y promovida por los medios, de la sociedad del espectáculo y la alienación, del fin de la civilización occidental como paladín de la ilustración y los más nobles valores humanos; se trata de usted y de mí y de la oscura noche que se avecina.