Un pueblo revolucionario es como un muro de acero

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – Se equivocan los que piensan que con una intervención militar contra un pueblo revolucionario se puede cambiar fácilmente el Gobierno e implantar otro contrarrevolucionario, plegado a los intereses imperiales de Estados Unidos.

La dignidad de un pueblo es invencible. Se podrá derrotar a un ejército profesional, por superioridad en hombres y armas, pero no cuando ese ejército es parte intrínseca del pueblo, o el pueblo mismo armado y uniformado.

Con Cuba, por ejemplo, ya tuvieron una experiencia en 1961, cuando entrenaron y armaron una brigada para atacar por sorpresa, tomar una parte del territorio donde desembarcarían a un gobierno títere que tenían preparado a bordo de un barco estadounidense, el cual pediría una intervención militar para destruir la naciente Revolución.

No les valió el sabotaje al vapor La Coubre para destruir el armamento comprado en Bélgica. Tampoco los ataques a los aeropuertos cubanos, donde destruyeron parte de la pequeña aviación de combate que tenía el país. El pueblo uniformado y organizado en milicias, todavía con poco entrenamiento, más una parte del Ejército Rebelde y la policía, derrotaron los planes del imperialismo en menos de 72 horas.

Hoy somos millones de cubanos, con más entrenamiento y con la consigna que nos enseñó en su momento el mayor general Antonio Maceo: “Quien intente apoderarse de Cuba, solo recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre, si no perece en la contienda”.

A Venezuela la están amenazando con una intervención militar, con el apoyo de otros gobiernos títeres de la región. Han tratado de desestabilizar el país con agresiones callejeras en las que han matado a cientos de personas, civiles y policías, solo porque eran partidarios del Gobierno, pero fracasaron. Le dieron un golpe de Estado al presidente Hugo Chávez, pero el pueblo y el ejército chavistas abortaron el golpe en menos de 72 horas. Intentaron paralizar la producción petrolera para quitarle al país su principal sustento, pero fracasaron.

Más recientemente inventaron un “presidente encargado” autoproclamado, intentaron introducir una “ayuda humanitaria” para formar desorden en el interior del país, de manera que el títere, autoproclamado presidente, pidiera una intervención militar, pero fracasaron.

Los Estados Unidos se apresuraron a reconocer al autoproclamado presidente y les pidieron a otros gobiernos sumisos al imperio, que lo reconocieran; pero el títere no tiene respaldo ni del ejército ni del pueblo y se ha ido desinflando poco a poco. Recientemente convocó a una concentración y asistieron únicamente unos pocos, mientras cuando el presidente constitucional Nicolás Maduro convoca, se llenan las calles y las plazas.

Los principales países del mundo, entre ellos grandes potencias como China, Rusia, India, Irán y muchos otros apoyan al presidente Maduro y están en contra de una intervención foránea. Incluso la Unión Europea ha declarado que la situación en Venezuela debe resolverse por los venezolanos, mediante el diálogo, sin intervención extranjera.

Estados Unidos convocó al Consejo de Seguridad de la ONU para que aprobara una intervención en Venezuela, pero fracasaron. El mundo está cansado de ver y sufrir las intervenciones del Imperio del norte, con sus secuelas de destrucción y muerte y no quiere que en América Latina, declarada Zona de Paz, se produzca otro fenómeno de ese tipo, porque el pueblo venezolano no se rendirá y luchará junto a su ejército hasta derrotar al enemigo imperialista, porque un pueblo revolucionario es como un muro de acero contra el cual se estrellarán todas las agresiones.