Los jóvenes cubanos rechazan consejos de Pompeo

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES – El Secretario de Estado de Estados Unidos, antes de dar opiniones sobre Cuba y ofrecer consejos a los jóvenes cubanos, debió asesorarse bien sobre la realidad de nuestro país, para no hacer el ridículo con un discurso que solo causó risas a los jóvenes.

La juventud universitaria cubana, en sus asambleas de preparación del Congreso de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), rechazó indignada los consejos de Mikel Pompeo, en el sentido de que luchen por obtener lo que hace muchos años tenemos todos los cubanos: educación de calidad gratis, desde el preescolar hasta la universidad, sin discriminación de ningún tipo y con total seguridad, sin el temor de que en cualquier momento se forme un tiroteo en la escuela, como ocurre con frecuencia en su país.

Tal vez Pompeo debió preguntarse por qué cada año un grupo de jóvenes pobres de su país ingresan en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), en Cuba, para estudiar esa carrera, que en EE. UU. les resulta imposible, por lo caro que es el estudio de la Medicina allí.

Tal vez Pompeo debió preguntarse por qué en su nación los estudiantes negros y latinos representan apenas el seis por ciento de los graduados de Medicina cada año, mientras en la ELAM casi la mitad de los graduados estadounidenses son negros y un tercio latinos.

Después de tener conocimiento sobre los obstáculos financieros que enfrentan los estudiantes de las llamadas minorías para matricular en las facultades de Medicina estadounidenses, Fidel Castro decidió que los estadounidenses, igual que lo hacen los haitianos, los  latinoamericanos y los estudiantes pobres de África y de Asia, estudiaran en la ELAM de forma gratuita con el compromiso de luego ayudar en sus naciones a los necesitados. ¿Acaso Pompeo no conoce esos detalles? Si es así le aconsejamos que se asesore mejor.

Tal vez él tampoco sabe que la tasa de mortalidad infantil en Cuba es más baja que en Estados Unidos y la esperanza de vida es similar, a pesar de que ese país es una potencia militar y económica, y lo que la Isla ha logrado lo ha hecho a pesar de tener sobre su cabeza un bloqueo económico, comercial y financiero, con alcance extraterritorial, lo que lo convierte en una guerra económica de grandes proporciones, con el objetivo de hacer fracasar el sistema político y económico que hemos adoptado, por ser el más justo que existe en el  mundo, demostrado con hechos.

Entre las cosas que Pompeo desconoce es que Cuba es Estado Parte en la Convención de los derechos del niño desde 1991, mientras su país, jamás ha ratificado su adhesión a esa Convención. Tampoco conoce, o prefiere ignorar, que la Constitución de la República de Cuba defiende, desde el capítulo I, que no haya niño que no tenga escuela, alimentación y vestido. También que todos tienen derecho a la educación, lo que proporciona a cada niño y joven, cualquiera que sea la situación económica de su familia, la oportunidad de cursar estudios, en todos los niveles de enseñanza, de forma totalmente gratuita.

Algo que tal vez no conozca es que de cara al 2030, en el mundo vivirán 167 millones de infantes en la pobreza extrema y ninguno será cubano; que 69 millones menores de cinco años habrán fallecido de enfermedades curables, y ninguno será cubano; que 60 millones en edad de asistir a la escuela seguirán sin escolarizar y ninguno será cubano; que los jóvenes en los países capitalistas tienen el más alto porcentaje de desocupación, porque los que logran estudiar una carrera, enfrentan muchas dificultades para encontrar empleo, lo cual no ocurre en Cuba.

Podría señalar muchas otras ventajas que tienen los jóvenes cubanos sobre los de la mayoría de los países capitalistas, pero los que he señalado son suficientes para que el señor Pompeo comprenda por qué estos rechazan sus consejos.