La unidad y el diálogo prevalecerán

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — La entrevista que durante dos horas sostuvieron este 12 de febrero en La Habana el papa Francisco y el patriarca de Moscú y de toda Rusia de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, ha puesto punto final a casi un milenio de desencuentros y de hostilidad entre dos iglesias cristianas, que tienen puntos de vista diferentes sobre algunas cuestiones religiosas, pero los une la fe y el amor a Cristo.

La declaración conjunta firmada por ambos dignatarios al término de la reunión, expresa en sus dos primeros puntos lo siguiente:

“1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia.

“Con alegría, nos reunimos como hermanos en la fe cristiana que se encontraron para “hablar… personalmente” (2 Juan, 12), de corazón a corazón, y discutir las relaciones mutuas entre las iglesias, los problemas palpitantes de nuestro rebaño y las perspectivas del desarrollo de la civilización humana.

“2. Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el norte y el sur, el este y el oeste. Desde esta Isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las naciones de América Latina y de otros continentes.

“Nos alegra el hecho de que hoy en día aquí la fe cristiana evoluciona dinámicamente. El potencial religioso de gran alcance en América Latina, sus tradiciones cristianas multiseculares, manifestadas en la experiencia personal de millones de personas, son clave para un gran futuro de esta región.”

Tanto el papa Francisco, máximo dirigente de la Iglesia Católica, como el patriarca Kiril, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, acaban de dar un ejemplo de cómo el diálogo franco y abierto puede ser la mejor solución para todas las divergencias, aunque sean seculares y que las soluciones a las crisis del mundo actual están en el entendimiento y la unidad dentro de la diversidad, no en la imposición mediante las armas.

El mundo entero ha estado atento a esta reunión de los líderes religiosos y ven en ella una luz de esperanza y un ejemplo de cómo pueden y deben solucionarse los problemas que aquejan al mundo de hoy. No es con sanciones, bloqueos, ni amenazas de guerra, como se logra el entendimiento entre todos los que habitamos esta patria común que es el planeta Tierra.

Los líderes de ambas iglesias, que atienden un rebaño de cientos de millones de creyentes, están preocupados por la situación que enfrentan los cristianos en diversas partes del mundo, donde sufren la violencia generada por las guerras y las incomprensiones.

Ha sido en Cuba, tierra donde coexisten en armonía un mosaico de religiones, donde se ha efectuado este histórico encuentro, al final del cual el Papa Francisco agradeció al gobierno cubano por todas las facilidades y la acogida, y expresó: “Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad”. Y no podía ser de otra manera, pues los cubanos estamos convencidos de que los esfuerzos diplomáticos siempre dan los mejores frutos y que la unidad y el diálogo prevalecerán sobre el odio y la guerra.