La fortaleza de Cuba ante las agresiones

Elio Delgado Legón

HAVANA TIMES — En un artículo escrito por mí anteriormente y publicado en Havana Times afirmaba, con toda mi razón, que Cuba no es enemiga de Estados Unidos. Ni podría serlo, Cuba jamás ha agredido a ningún país, ni ha desatado guerras contra nadie. Por el contrario, ha desarrollado una política de amistad con todos los pueblos del mundo y colabora en los campos en que puede hacerlo, con todos los que le piden ayuda, incluso con el pueblo norteamericano.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos, que hizo todo lo posible para que la Revolución cubana no triunfara, apoyando a la dictadura de Batista, con asesores y armas, se declaró abiertamente enemigo del gobierno revolucionario cubano desde el mismo primero de enero de 1959.

No voy a hacer la historia de las agresiones que ha recibido Cuba de Estados Unidos, que son bien conocidas. Es una triste historia de actos terroristas organizados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que sólo mencionarlos mueven a la indignación, pues van desde la organización de bandas armadas terroristas, pasando por la invasión por la Bahía de Cochinos, la explosión del vapor La Coubre y de un avión civil cubano con 73 personas a bordo, la introducción de plagas y enfermedades para cultivos, animales y personas, etc, etc.

En todos los casos, Cuba ha salido victoriosa y fortalecida, aunque esas agresiones han significado la muerte o mutilaciones a miles de cubanos y retrocesos en los planes de desarrollo del país; sin embargo, los sucesivos gobiernos de Estados Unidos no han aprendido la lección e insisten en derrocar a la Revolución para implantar un régimen más adecuado a sus intereses hegemónicos sobre América Latina.

El bloqueo económico, comercial y financiero se mantiene incólume y se ha convertido en una persecución a las operaciones de Cuba en cualquier parte del mundo; pero ante el evidente fracaso de esa política, condenada en las Naciones Unidas casi unánimemente, se ensayan otras vías para tratar de influir en la juventud, con el objetivo de que a largo o mediano plazo este sector de la población pueda presionar para producir un cambio hacia el capitalismo.

Con el pretexto de ayudar a la población a comunicarse, se han robado datos de miles de jóvenes que tienen cuentas de teléfonos móviles y crearon una especie de Twitter para Cuba, de manera clandestina, para enviar mensajes a las personas, sin su consentimiento, con la esperanza de lograr una movilización contra la Revolución, pues ya están convencidos de que la contrarrevolución que ellos han sostenido durante años, está totalmente desprestigiada y no ha logrado ningún apoyo en las masas.

No se dan cuenta los gobernantes yanquis que Cuba no es un país cualquiera, que en Cuba se hizo una Revolución que unió al pueblo en torno a sus líderes, y que la juventud cubana ya no es analfabeta y sabe distinguir la verdad de la mentira. Nadie en nuestro país quiere regresar al capitalismo subdesarrollado de antes del 59, cuando la mortalidad infantil era de 60 por mil nacidos vivos y la esperanza de vida no pasaba de 59 años.

Es cierto que algunos jóvenes emigran hacia países desarrollados en busca de mejoras económicas, pero no son la mayoría. La mayoría prefiere quedarse en su Patria ayudando a que salga adelante, confiados en un futuro mejor, a pesar de todos los obstáculos que se nos imponen.

Esa es la gran fortaleza de la Revolución ante todas las agresiones pasadas, presentes y futuras. No se hagan ilusiones, que el pueblo cubano está unido -jóvenes y adultos- para defender su Revolución, como quedó demostrado el pasado Primero de Mayo. Y la historia ha demostrado que un pueblo unido no puede ser jamás vencido.