“La quimioterapia en el Oncológico es gratis”

Dmitri Prieto

HAVANA TIMES — Estaba parado al borde de Vía Blanca –la carretera que une Habana con Matanzas-, por la parada del primer intermitente de Alamar. Ahí usualmente paran guaguas de turismo –Transtur y Transgaviota- cuyos choferes están autorizados a recoger pasaje para Matanzas y lugares intermedios.

Vivo en Santa Cruz del Norte, justo a medio camino, y muchas veces he tenido que resolver mi retorno a casa por esa vía. El viaje hasta Matanzas cuesta 20 pesos cubanos, y hasta Santa Cruz, 10.

Era viernes por la tarde, y la zona estaba llena de gente, con niños, algunos, otros con mochilas y bultos. De repente, un ómnibus de Transgaviota se arrimó al borde y abrió su puerta.

En la aglomeración de personas esforzándose por subir, logré encaramarme en la escalera de la guagua, y sumando esfuerzos individuales de mis pies y brazos con el impulso colectivo que consensuadamente me propulsaba ascensionalmente y hacia delante, ya estaba justo frente al puesto del chofer.

Le extendí un billete carmelita de 10 pesos, y le dije el habitual “hola; Santa Cruz, una persona”.
El hombre me miró y dijo: “Santa Cruz no, yo sólo cargo hasta Matanzas”.

Traté de insistir; no funcionó. “No voy a dejar de cobrar un pasaje a Matanzas por llevarte a Santa Cruz”, puntualizó.

En realidad, podía perfectamente dejarme frente a mi casa y recoger acá en mi ciudad a alguien para Matanzas; siempre hay almas necesitadas de un aventón por Vía Blanca, y el transporte de oportunidad de las guaguas turísticas es muy popular…

Pero no tenía corazón ni ánimo para responderle con ese argumento. El chofer no lo desconocía, de todos modos.

Fui abriéndome paso a contramarea y hacia abajo. Una vez logrado el poner pies en tierra, volví a mirarle el rostro al chofer, y le dije:

“Está bien. Pero recuerda que la quimioterapia en el Oncológico es gratis”. Los rostros de las demás personas no mostraron interés en la réplica.

Y para hacerla más consistente, hice una señal con la mano derecha cerca de la muñeca de la izquierda, justo ahí donde a los enfermos les encajan la aguja por donde entra al flujo sanguíneo el suero citotóxico de la quimioterapia, mientras la guagua iba tomando su rumbo por Vía Blanca…