¿Eres de izquierda? ¡Escríbele a tu diputado/a!

Dmitri Prieto

HAVANA TIMES — A raíz del inconcluso proceso de debate del “Anteproyecto del Código de Trabajo”, decía yo en un post anterior que –según la prensa cubana- ahora está previsto que lo estén debatiendo en grupos territoriales de diputados de la Asamblea Nacional.

Los medios cubanos ya están cubriendo algunos momentos mínimos de la discusión de un proyecto legal cuya aprobación puede marcar una ruptura en cómo operan las relaciones laborales en Cuba.

Y es que la parte del anteproyecto de código que regularía el trabajo en el sector no-estatal le da a quienes emplean la fuerza de trabajo un grupo de facultades inauditas, mientras quienes laboran se quedarían virtualmente sin protección real contra las decisiones de la patronal.

Es un empoderamiento de la emergente clase burguesa, y –creo- actualmente la actitud frente al “Anteproyecto” es la que marca la brecha entre izquierda y derecha en Cuba, o –si prefiriésemos evitar el uso de términos ideológicos- entre quienes defendemos la justicia social y quienes defienden el pragmatismo autoritario de mercado.

Mi propuesta para esta fase es que nos armemos de papel y bolígrafos, y le escribamos masivamente a nuestros/as diputados/as.

No importa si tenemos o no fe en la operatividad de un sistema que suele ser burocrático y poco sensible a críticas… lo que sí importa es que no podemos dar coartadas políticas a decisiones unilaterales.

Si viene la carga de una movida capitalista sobre quienes trabajan en el sector no-estatal, sea ¡NO EN MI NOMBRE! nuestra palabra colectiva.

Y, respecto a la eficacia, son pocas las situaciones (aunque evidentemente las hay) cuando la AUSENCIA de una acción resulta más productiva que la decisión de actuar… por pequeñas que sean las expectativas de éxito.

Afortunadamente, según lo que vi en la TV han existido posturas muy lúcidas entre algunos/as diputados/as en cuanto al “Anteproyecto”; me impresionó en particular una abogada que con mucha claridad explicaba la necesidad de que las relaciones laborales sean construidas desde el reconocimiento de todos los derechos de quien trabaja.

No podemos predecir ahora si tal tendencia será la dominante (en cuyo caso puede ocurrir el feliz evento de que sea retirado del proceso parlamentario el “Anteproyecto” en su actual y ciertamente fatal redacción). Lo que sí creo es que debemos encargarnos de AYUDAR a los/las Representantes a tomar conciencia de lo inaceptable del mismo, y sobre todo de la capacidad de la ciudadanía de tomar decisiones y emprender acciones claras al respecto si los intereses mayoritarios resultan defraudados.

En caso de una aprobación masiva del susodicho proyecto (como la que tuvo lugar el año pasado con el “Código Cacho”, la ley impositiva cubana de cuyo contenido y debate sólo trascendieron a los medios las declaraciones bastante caóticas [¿o se trata de una postura “estética”?] del conocido escultor Cacho [o Kcho, como él prefiere firmar…], y después de la cual en las elecciones siguientes “se salió” de la candidatura oficial un 2/3 de la composición del Parlamento) – debemos estar listos para iniciar procesos de REVOCACIÓN del mandato de quienes ostentan el título de nuestr@s Representantes en la Asamblea Nacional y hayan votado a favor de la nueva ley laboral.

Porque votar a favor del Anteproyecto actual significa votar contra los derechos e intereses legítimos de la clase trabajadora, así como contra la Constitución cubana vigente.

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