Angst: Cuba dice

Dmitri Prieto

HAVANA TIMES — Al llegar de Rusia (sí, estuve par de semanas en Rusia, visitando a familiares…) veo que una innovación ha llegado a la TV cubana: un nuevo programa, o –mejor dicho- sección del Noticiero Nacional, bajo el interesante nombre de “Cuba dice”.

Se trata de un condensado crítico que sale algunos días de la semana, donde en unos breves minutos periodistas de la  TV entrevistan al público viandante, y también a personas de la Administración o autoridades ramales, locales y empresariales.

Este martes hablaron de lo malo que está el transporte.

Todo el mundo sabe que el transporte (entiéndase, público: no el que se alquila, presta o privatiza a los dirigentes, burgueses o turistas) en Cuba está pésimo. Lo interesante es ver en la TV el mismo comentario –no exento de valentía y decoro- que uno acostumbra oír en la calle.

Parece que el segmento persigue ventilar el poco transparente e ideologizado (ideologizado por teques políticos, o por burguesismos del universo global pop) universo de los medios cubanos.

Bueno, es lógico que el cliente critique, que el administrativo se defienda, que vuelvan a salir viejas y no por ello faltas de realismo trovas sobre la falta de recursos o de disciplina o de conciencia o de organización…

No escucho propuestas concretas… es lógico que si un chofer estatal hace parte de su trabajo “por la izquierda”, en un contexto de escasez ídem puede suceder con un chofer cooperativo. El drive mercantil tiende a acercar al actor económico a un patrón cada vez más privatista y des-socializador.

En el caso del transporte, una cooperativa de consumo podría ser un primer paso sobre todo para aquellas personas que tienen que viajar mucho. Pero de eso no se habla.

En general, se impone un patrón cognitivo de que hay gente que saben y que lo tienen todo estudiado y que además mandan. Sólo que mandan pero todo sigue igual. Pero ahora “los de abajo” pueden hacer sonar sus quejas en la tele.

No está mal. Sin embargo, la misma tele en el Noticiero dice que hay otro curso para que los dirigentes cubanos aprendan a ser “líderes”.

Me pregunto cuántos de los dirigentes cubanos son verdaderos líderes. Aunque sea dentro de sus oficinas.

La transparencia sólo de por sí no construye el feedback que necesitaría una sociedad democrática y libertaria.

Las quejas suenan bien alto en el momento estelar de la TV.

Como sedimento, nos queda el Angst.