Y yo que me quejaba…

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Escuché hoy en el Noticiero Nacional de Televisión que vicepresidente del Consejo de Estado, Miguel Díaz-Canel, acompañado de Abel Prieto, actual asesor del presidente y exministro de Cultura, se reunieron con la alta dirigencia de la UNEAC para hablar de los acuerdos y temas que son discutidos en sus secciones permanentes.

El trabajar por mantener la línea regente de la política cultural fiel a los preceptos de la Revolución…, no es noticía para mí, ni para nadie. Todos sabemos que esta organización “no gubernamental”, está bien supeditada al gobierno.

Pero lo que sí me gustó de la noticia, es cómo dicha Institución labora de forma mancomunada con otras entidades culturales, como el Instituto de Radio y Televisión, en pos de hacer un mejor diseño de las programaciones, enfocados principalmente en combatir la banalidad y la mediocridad como contenido de los medios audiovisuales.

Y yo que siempre fui una ríspida crítica de nuestra programación televisiva, porque nunca había tenido la oportunidad de compararla con ninguna otra; ahora mismo uno mi deseo y apoyo a esta estrategia de nuestras organismos culturales.

Esto tiene mucho que ver con mi reciente experiencia de visita a los Estados Unidos, donde por lo menos, la mayoría de las televisoras que vi (servicios que contratan mayormente los cubanos y otros emigrantes) me dejó realmente mucho que desear.

Programaciones de 24 horas conformadas de culebrones mexicanos, venezolanos y colombianos de infames libretos, extensas teleseries donde el protagonista siempre es un narcotraficante, reality shows y certámenes amarillistas y fútiles, noticiarios sensacionalistas y otros demonios.

La otra opción serían canales en inglés, pero la barrera idiomática se interpuso entre ellos y yo, por lo que no pude apreciarlos en realidad. Me quedaban los Discovery’s, pero esos puedo verlos acá en Cuba.

Y yo que me quejaba de lo insustancial que a veces me resultaba nuestra programación, juzgué a priori. Sí es cierto que la factura de nuestros sets televisivos es bastante precaria, que la infografía no siempre cuenta con el software adecuado, al menos la intención o los tópicos (salvo algunas excepciones) apuestan por lo didáctico y por la promoción de las artes.

Telemundo que es uno de los canales favoritos del paquete que ofrece Dish Latino, tiene una de las programaciones más espantosas que pueda existir en el mundo. Paradójicamente con unos ratings de audiencia inimaginables.

En mi estancia allá vi en una gala de premiaciones a los mejores programas del canal, los llamados Premios Tu mundo; donde se supone sean galardonadas las mejores novelas, programas de participación, actores y actrices en varias categorías de interpretación, etc.

El colmo de la puerilidad es que existen dos categorías tales como: al mejor papacito, donde las fotos de los nominados es con el torso desnudo mostrando bíceps, tríceps y quien tiene más cuadritos en el abdomen.

El otro horror es el premio a la más sexy y aquí gana la que más cirugías y botox tenga en la cara y en el cuerpo, sin dejar de lado los comentarios de los fashionistas aludiendo a la mejor o a la peor vestida.

Lo menos importante son los niveles actorales. Uh…., y yo que me quejaba de nuestra televisión.