Ser o not to be

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — No, amigos lectores, no es un error ortográfico, ni de redacción, ni está el inglés predeterminado en los documentos Word de mi PC. El título de este post, es una suerte de parábola a lo que su contenido refiere.

He tomado prestado el clásico bocadillo del conocidísimo Hamlet de Shakespeare: …Ser o no ser, esa es la cuestión…Y he escrito la mitad de la frase en español y el resto en inglés, porque así hago una alegoría al sentir de muchos que se debaten, en que es lo mejor para ellos.

Voy a referirme básicamente a la disyuntiva por la que atraviesan la mayoría de los profesionales que emigran de sus países empobrecidos a las grandes potencias, en busca de mejoras económicas. Y vale destacar que casi nunca mejora económica equivale a mejora de status social.

Tomemos como ejemplo a los profesionales cubanos: médicos, profesores, ingenieros, artistas, etc. No es la totalidad de ellos los que logran revalidar sus títulos y poder desempeñarse en sus carreras. Y si lo logran les toca estar períodos de tiempo considerablemente largos haciendo labores ajenas a su perfil ocupacional. Casi siempre muy por debajo de sus aptitudes académicas.

Sé de muchos amigos cercanos, que son excelentes médicos y han tenido que trabajar años enteros de meseros de restaurantes, o en una gasolinera, o limpiando mariscos y hasta fregando pisos. Sin embargo en estas faenas, sus salarios son mayores que los que tendrían como facultativos en sus países.

Una vieja y buena amiga me decía hace muy poco, que es muy difícil escoger entre ser una doctora en medicina en Cuba y andar en guaguas, comer y vestir mediocremente y saber que con tus ahorros (los que nunca puedes llegar a tener), no te pueden pagar un boleto de avión a ninguna parte del mundo. O en ser una simple asalariada emigrada y en poco tiempo tener un auto, vestirte y comer decentemente y pagarte un viaje de vacaciones a otros lugares.

A decir de Hamlet, ¿entonces, qué es más elevado para el alma? Tendríamos que detenernos en otras de las grandes preguntas de la filosofía: ¿el hombre vive como piensa o piensa cómo vive? Evidentemente,…eso depende del cristal con que se mire…, y habríamos de auxiliarnos a la sazón, en otra frase célebre del pensamiento universal.

Lo cierto es, que inherente a la condición humana, el irrefrenable deseo de querer vivir en mejores condiciones,  aunque por ello, a veces tenga que sacrificar ciertas cosas. Algunos han inmolado sus carreras. Otros han pagado con sus cuerpos el precio de su futuro. Otros han renegado de sus anteriores ideologías. Y hay quienes en el intento han perdido la vida.

Sin calificar de válida o no cada una de estas posturas. En muchos lugares del mundo arquitectos e ingenieros, manejan un montacargas en un hangar. Periodistas trabajan en la construcción. Y artistas premiados reparten pizzas.

Siempre que hacen un envío de dinero a los familiares que dejaron atrás, habrán recordado la frase de Hamlet en dos idiomas; Ser o not to be.