Definidos por siglas

Dariela Aquique

HAVANA TIMES — Las reglas gramaticales se han auxiliado en determinados comodines, tanto para la lingüística, como para la escritura y buen ejemplo son las siglas.

Las que en ortografía y en el habla son empleadas como signos que sirven para ahorrar caracteres, usando cada una de las letras iniciales de un grupo de palabras que se utilizan unidas en lugar  de la expresión entera.

En los primeros años de la Revolución en Cuba, a raíz de la creación de tantas oficinas, departamentos, organizaciones y ministerios, para implementar el burocratismo y el riguroso control de los individuos. Este recurso fue harto explotado y desde entonces, los cubanos quedamos agrupados en siglas.

Los CDR (Comités de Defensa de la Revolución)
La FMC (Federación de Mujeres Cubanas)
La UPC (Unión de Pioneros de Cuba)
La UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba)
Las ESBU (Escuelas Secundarias Básicas Urbanas)
Los IPU (Institutos Pre-Universitarios)
La ENA (Escuela Nacional de Arte)
El ISA (Instituto Superior de Arte)
El MINCULT (Ministerio de Cultura)
El MINSAP (Ministerio de Salud Pública)
La AHS (Asociación Hermanos Saiz)

O siglas tristemente célebres y eufemísticas como la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción), los conocidos campos de trabajos forzados que existieron en Cuba entre 1965 y 1968, para religiosos, homosexuales y disidentes básicamente jóvenes en edad militar.

Los PIO

De pronto todo se circunscribió a nomenclaturas, pero lo curioso es que no quedaron reservadas para nombrar a instituciones, consejos o asociaciones, sino que las siglas pasaron también a conformar la fraseología de ciertos departamentos, como los de la Seguridad del Estado o el Ministerio del Interior.

De esta suerte surgieron los PIO, esto que recuerda la onomatopeya de los pollitos o el nombre de un Papa, aquí es otra cosa.

PIO (Personal de Interés Operativo), son las gentes con una constante vigilancia sobre ellos. Regularmente tienen pinchados sus teléfonos, para escuchar todas sus conversaciones, llevan seguimiento para saber sus contactos, ¿con quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?

Recogidos en esta sigla están los disidentes o cualquier personal del que se sospeche tenga vínculos estrechos con ellos, los blogueros y los grupos sociales no gubernamentales (previamente fichados).

Estos datos me fueron transmitidos por un amigo, que se encontraba a un excompañero de estudios, casi todos los días a la misma hora en la misma calle por la que él pasaba al regresar de su trabajo. Un buen día le preguntó, si estaba a la caza de algún romance con una muchacha de aquella zona.

A lo que el excolega, le respondió que no, que estaba tras un PIO y le dio a nuestro amigo en común los datos de la sigla.

Así durante toda nuestra vida, hemos sido pioneros, cederistas, federadas y ahora mismo quizás, sin saberlo, solo por ser valientes y defender nuestra opinión, y resultado de la paranoia estatal, en un listado cualquiera de cualquier ordenador, o en una lista archivada en algún gabetero, una nueva sigla nos define.